miércoles, 29 de octubre de 2014

Rusty Bladen: Alguien Tiene Que Hablar Del Vuelo De Los Gorriones


Ignorante, este que suscribe, se ve de ese modo al constatar que tipos tan acojonantes como Rusty Bladen habían escapado al pretencioso radar musical del que alardeo ante las margaritas del campo y las engreídas amapolas. Y es que, muchas veces descoyuntamos en exceso el pescuezo en busca de las águilas y halcones majestuosos del firmamento musical y nos olvidamos del aleteo precioso de los  modestos gorriones, que, sin embargo, también vuelan ese cielo esplendorosamente azul.

Impresionado al comprobar como el amigo Bladen posee siete discos anteriores a este magnifico LP corto o EP largo, siete canciones, titulado "For The Better".

Inaudito que un tío con la capacidad compositiva e interpretativa de Bladen haya permanecido alejado del mainstream donde pululan mataos sin talento, o con el talento extinto, y aprovechados de esto de la música que viven de rentas y de promocionarse como algo necesario y trascendental.

Increíbles las siete canciones que el de Indiana nos ofrece en este álbum. Canciones para la clase trabajadora, temas cotidianos cargados de una poesía de asfalto y amaneceres que buscan ese momento mágico en que el alma es capaz de ver el mundo con ojos legañosos y el café sabe igual que un beso de la mujer que amas y ves las ramas de los árboles bailando con la ropa tendida y el viento seduciendo a cada hoja y las nubes cuchicheando sobre amores y romances. Y todo está hablando ahí fuera y las palabras se enredan al corazón del que escucha como un aroma de momentos únicos.Las frases, sencillas, de Bladen me han llegado al corazón.."Las cosas cambian para mejorar".."Construiremos un nuevo puente...frases de las  que solo yo  y los que de verdad me conocen bien pueden sacar la sonrisa y comprender la ironía.

Imposible desasirse a una continuada reescucha de este disco soberbio y poderoso, cargados de todo lo bueno que el Rock n´Roll, el Americana y los sonidos Country-Rock posee. Los temas albergan en sus huesos ese tuétano único y poderoso que hace que la estructura de las canciones se erija, sobre tanto erial destalentao como una catedral de puro Rock n´Roll. Al fin, lo que buscamos tan denodadamente es la posibilidad de elevarnos, aunque sean unos míseros centímetros, por encima de ese barro atosigante del día a día que ignora el sentimiento y rezuma superficialidad.

Inteligente es, pues, acercar las orejas y unos minutos de tu vida hacia este territorio llamado Rusty Bladen. Dejarse arrastrar por canciones repletas de Rock n´Roll, "Brand New Bridge", "Where Did I Go Wrong", "Warm Cup Of Coffee" con ese puñetero punteo final que arrastra el alma a un baile cargado de sonrisas. O los sonidos Americana de " The Lucky One", "Best Kept Secret" o "Broken Heart Crippled Mind"  y la que da título al disco.

Imprescindible para mi corazón de Rock n´Roll este álbum, sus letras, su delicioso y adictivo optimismo, 

Impactante el modo en que el músico norteamericano interpreta pedazos de si mismo ofreciendo lo mejor que tiene un ser humano para regalar, la capacidad de volver el sentimiento canción, de hacer de los minutos de una vida, una tormenta que llueva sobre las vidas lejanas de todos aquellos que escuchamos sus canciones y haga crecer una hierba cargada de ilusión y ganas de vivir.

Ilusionada, para muchos días anda el alma, buscando más discos del de Indiana, que  lleva en danza musical desde 1987; y esa búsqueda, esa incertidumbre deliciosa de hallar tesoros del calibre de este "For The Better", hace que se despliegue una esperanza del color del ala de las mariposas que, alucinadas, revolotean en este verano de octubre.

Rusty Bladen:Brand New Bridge

Rusty Bladen:Where Did I Go Wrong






viernes, 24 de octubre de 2014

Wired: La Vida Galopante De John Belushi


Enganchado, como no podía ser de otra manera, ando a la atípica biografía que el periodista norteamericano Bob Woodward, uno de los "ejecutores" del hiena de Richard Nixon, escribió en 1984 sobre la vida y muerte de ese todo terreno artístico que fue John Belushi. 
Asombrado y pillao a la manera y los modos en que el redactor jefe del Washington Post desmenuza la vida de un tipo con talento, de un ser humano desencajado en un mundo que, por momentos se le hacía insoportablemente pequeño y, en demasiadas ocasiones, terriblemente grande.

Wired es un repaso exhaustivo y, para nada tedioso de la vida de Belushi desde sus inicios hasta su muerte por la ingesta de una exuberante dosis de speedball.
Wired narra, a saltos temporales, pero aferrado a una necesaria y lógica consecución de momentos, la vida de un chaval gamberrete, asustado de las capacidades interpretativas y condicionado, en un afán casi nihilista, a meterse la vida por la pinocha,a saltarse reglas, a estropear la vida de los demás y la suya propia, a darle al mundo, todo eso que a él le faltaba y reclamaba constantemente y que, una vez conseguía, le arrancaba las alas sádicamente. Como un crío aburrido de que el mundo le adorase, necesitado del amor de todos y buscando constantemente su desaprobación, su temeroso asombro ante gestos caóticos y suicidas.

Woodward narra con distancia y, asombrosamente, con un minucioso cariño por los pequeños detalles y una extraña ternura la vida de John Belushi, actor, artista, músico ocasional, yonki de todas y cada una de las sustancias que esta sociedad hipócrita y pacata ha decidido prohibir catalogándolas de drogas perniciosas para dicha sociedad.

La vida de un yonki, de un  neurótico, de un pasao, insoportable en demasiadas ocasiones que compensaba su egoísmo y sus debilidades humanas tratando por todos los medios de buscar tu risa y tu confort.
Wired es, también, una precisa y preciosa radiografía de los Estados Unidos de finales de los  setenta y primeros ochenta. Es también una manera de acercarse a ese fenómeno televisivo, aún en antena llamado Saturday Night Live, al proceso de creación, a la presión que supone darle al público unos minutos de risa que, se deshacen demasiado rápido y hace que éstos, reclamen otra dosis que les haga subir más deprisa. Similar, mira tú por donde, a la sensación de vacío y ansia constante que el propio Belushi sufría.
 Confiesa Belushi al ayudante que tenia contratado par evitar que la espiral de drogadicción fuera algo irreversible: "Este negocio resulta extraño,
- ¿extraño en que sentido?-
-Bueno, trabajas como una bestia al principio...luchas de verdad. Tiras sin nada.
-Te lo curras
-Si, entonces llega el momento en que lo consigues..eres una estrella-dice con sorna-De pronto todo el mundo se preocupa por ti, se encarga de todo, te dirigen, otros se ocupan de todo..Y de pronto soy millonario, la vida dura, lo de tirar sin nada se acabó..Y aparecen todos los amigos, los contratos, las fiestas...Me asusta porque todo va demasiado deprisa, tengo más dinero del que puedo gastar..Cuanto mejor va peor es...Te ves atrapado en este negocio y las drogas son inevitables...Estaban aquí antes que yo y seguirán aquí después.
-¿Que quieres decir?
-Voy a quedarme solo..Vivo inquieto..Tengo un miedo interior..."
Y no es cuestión de apiadarse del tipo. Todo lo que se hizo, lo que le hizo a los demás, fue de manera consciente e intencionada. Pero uno se pregunta cuanta culpa tenemos nosotros de esas actitudes, de esa mierda de comportamientos que los artistas tienen. Esa necia adoración que muchas veces tenemos hacia gente que merece solo el reconocimiento de su capacidad artística, nunca el amor, la pleitesia la rendida veneración. 
Me viene a la cabeza tipos como Ritchie Blackmore, Ted Nugent, (si, otra vez él), Marlon Brando, Pablo Picasso, Salvador Dali y tantos otros y otras a los que se ha elevado al Olimpo sacralizando cada uno de sus gestos y convirtiendo su actos y pensamientos en dogmas de fe mientras, la buena gente, desapercibida construye universos maravillosos en el aleteo de un colibrí y hermosos poemas en los días que amanecen demasiado prontos y se terminan, también, demasiado pronto.

Como músico, Belushi tuvo la fortuna de contar con gente como Steve Cropper, Donald "Duck" Dunn, Matt "Guitar" Murphy o Lou Marini.
Su gusto, casi diría yo que obsesión por el Blues y el Soul, hizo que junto a su viejo amigo y compañero de Saturday Night Live, Dan Aykroyd protagonizaran una serie de conciertos y grabaran tres discos, así como la comedia que mejores resultados le reportaría The Blues Brothers. Eran dos hermanos con gafas, sombrero y de traje negro, al más puro estilo C.I.A., que decidían organizar conciertos para evitar que derribaran su hogar, el orfanato de Santa Elena. En la peli intervendrían monstruos de la música Soul y Blues como James Brown, Ray Charles, o Aretha Franklin.
Es conocido que también tenía un gusto exacerbado por el Punk, siendo seguidor de Black Flag o los Dead Boys. Precisamente él fue uno de los participantes (en su época Saturdat Night Life) del escándalo con la banda Fear, , que se tradujo en 20.000 dólares en daños.

Es un lujazo desgranar anécdotas, momentos caóticos y terribles plasmados de manera tan precisa, tan intensa y tan elegante del modo en que Bob Woodward deconstruye la vida de John Belushi. Y, desde luego, recomiendo a todo aquel que le guste la literatura bien escrita y quiera saber más de ese submundo pernicioso y nada atractivo que es la fama.
Niños asustados o malas personas, egoístas, estúpidos, ajenos e ignorantes a la realidad, gente con talento para las artes y ninguno para la vida..gentes para nada distintos de ti o de mi.





lunes, 20 de octubre de 2014

Lowell Thompson: Todo Está Brillando Ahí Fuera


Las cosas sencillas que la vida te depara sin tú proponértelo.  Esos momentos que se anclan a tus sentimientos de manera univoca y te hacen avanzar un día más. La manera en que tu corazón se encaja con momentos que, por vividos más de una vez, no pierden la magia que les hace especiales. Una charla con un colega por el cual experimentas una afinidad especial, la mirada limpia e intensa de la vida arrasando las sombras que tu cabeza pretende crear. El calor del verano en medio del otoño...La vida, poderosa y cargada de notas que son canciones...Joder que ya he hablado y he machacado estos conceptos..creo que está claro..me encanta sentirme vivo, me apasiona la ignorancia del día de mañana, me gusta cansarme y sentir mi cuerpo agotado, pugnando por un beso de oxigeno,

Ni me planteo si este tipo tiene tres diez o cien discos. Ni se si sigue o imita a uno de los popes de la industria. Solo sé que el mendas ha currado diez canciones bonitas. Diez canciones que se mezclan con tu respirar y empujan tu corazón a sonreír,a caminar por una vida que se engalana como un amante seductor solo para tí.

¿Es Rock n Roll, es Americana es Alt Country?..¿de verdad importa? Son canciones cantadas y creadas desde ese lugar extraño, tan lejano y misterioso que queda al alcance de un suspiro, y que vuelve el mundo algo más bonito por tres minutos y medio.
Lowell Thompson es un chaval que se aferra a su guitarra como el capitán del Zarina Catalina se amarra al timón de su  barco. Su banda, The Crown Pilots, más las aportaciones de Page  McConnell  de Phish al  piano, Grace Potter (coros) y Mark Spencer de Son Volt al  lap steel hacen de "Stranger's Advice" un disco delicioso, cargado de matices y buenas canciones de esas que haces de este otoño tan veraniego un paseo por los días coloridos y los momentos sencillos y preciosos que todos deberíamos experimentar.

Dice su biografía:"Oscuros inviernos en el norte, un conocimiento enciclopédico de la cultura  y el sonido Americana mezclado con la sensibilidad del Punk Rock, y un corazón roto fácilmente (y vuelto a romper) para hacer canciones y representarlas en  espectáculos que te hacen creer en el poder redentor de la música.

Es fácil entender por qué Lowell Thompson y su banda están siendo aclamados como la "The next big thing" para el conjunto de fanáticos del Alt-Country.
 Es difícil encontrar una opinión que no incluye las comparaciones favorables a los gustos de Gram Parsons, Bruce Springsteen, Neil Young, Rolling Stones y los diversos revivalistas del sonido  Americana que solían aparecer en la portada de No Depression.

Pero, al final, las palabras no definen la verdadera naturaleza del poder que posee la música. Esa capacidad para acelerar el alma y tallarle una sonrisa al corazón más desvencijado y perezoso en la cosa del sentir. Las canciones, su fuerza y misterio cuando se combinan con ese algo único que eres tú, es lo que verdaderamente importa.  El que un tío de Burlington de a luz un disco sin pretensiones, cargado de buenas canciones y con la intención de llegarte a ti, que andas viviendo esa vida que crees, a veces, arrebatada, es lo que hace que esto tenga sentido..Las palabras repetidas una y otra y otra vez y riki-raka, riki-raka no son más que el sonido que hace el viento cuando te canta, bajito al corazón, que la vida es tan grande como un susurro y tan pequeña como la radio galaxia J1420-0545.... 
Lo que importa es que este mundo, sus pequeños ruidos, las sinfonías que crea la risa, la poesía que los pequeños gestos imprimen a fuego en el alma, son lo que al final queda cuando llega la oscuridad..Pero, aún en ella...todo está brillando ahí fuera.

Lowell Thompson:Lately (I'm Down)

Lowell Thopmson:You've Got A Lot Of Explaining To Do




miércoles, 15 de octubre de 2014

Paul Collins: Yo También Digo Yeah, Yeah, Yeah



Dice el viejo proverbio:"Hombre viejo, tranca dura" Enhiesta y poderosa como mastil de Fender Stratocaster, la actitud de Paul Collins, sesenta años de vellón. Un corazón de oro y puro Rock n´Roll, una actitud que es como el mascarón de proa de un bajel pirata, llamado "el Temido", por todos conocido, de uno al otro confín. 
Paul collins, ese nota sincero y capaz de descojonarse de si mismo y, por extensión del mundo..Léete su autobiografía,reseñada en este tu blog y me cuentas.
Paul Collins, superviviente, que  empezó su carrera como percusionista, y a veces cantante y letrista, en The Nerves. Desastre humano, sincero, honesto en su música y en su modo de afrontar una vida que, demasiadas veces, se le escapaba de las manos, resbaladiza como un pececillo demasiado brillante y luminoso para una mundo que es, tantas veces, gris plomizo.
Paul collins, rey sin trono del Power Pop, del Rock n´Roll más fresco y enamoradizo de las armonías, la frescura y esa joy de vivre que es tan necesaria, que me es tan necesaria.
Cuando todo falla, en el horizonte de la música y, parece, que no hay nada que emocione y lo que te  llega al alma está tan machacado que, da la sensación que el oxigeno se está agotando, ahí está ese tipo, machacado pero entero, desencantado pero con el corazón de un niño en pos de la piruleta hecha de campos de fresas más deliciosa que puedas imaginar. Y con el pundonor y el deseo de morirse tocando un Rock n´Roll en un puto escenario ante diez o diez mil personas. Y, si esto sucediese, y le pidiésemos un bis, seguro que el tío resucita con una sonrisa franca y contagiosa y se arrancaría con un "I´m The Walrus" o con "Rock and Roll Shoes" o con "Falling in Love With Her" o con, ¡¡por favor que gloriosa!!, "Don't Wait Up For Me"

Paul Collins ese tipo que acaba de sacar al mercado un discazo maravilloso titulado "Feel The Noise"; doce canciones cargadas de una necesidad de gritar a la vida que llueva sobre nosotros toda la risa, toda la magia, toda la intensidad de una canción.
Paul Collins, ese señor mayor que sigue queriendo jubar como un niño con guitarras eléctricas y que le pide a otros amiguitos que salgan a jubar con él. Chavales como David Shettler a los tambores, Jim Diamond: bajo y guitarras eléctricas,  con Eddie Baranek metiendo guitarras en tres canciones y Nikki Corvette haciendo coros en "Baby I Want You". Y el puto Paul cantando tocando guitarra rítmica y batería en la fantástica "Little Suzy". 

Y a sentir el ruido. A dejarse caer de espaldas al Rock n´Roll porque sabes que siempre estará allí para recogerte.
Dice Paul Collins:"Sí, es la historia tío... Rock n 'roll ... ¿recuerdas eso? Pues yo, como si fuera ayer. De pie en la esquina de Hollywood y Vine en Los Ángeles o en Columbus y Broadway frente a Aquarius Records en North Beach San Francisco alrededor de 1975 ... Pensando que todo lo que quería hacer era bailar. Tan harto de todo lo que estaba escuchando en la radio, todas esas bandas parecían  querer darme por culo. 
Yo no podía entender  que pasó con el Rock n Roll real con el  que yo crecí. ¿Dónde ir? ¿Dónde estaban las pelotas? ¿Dónde estaban las agallas? ¿Dónde estaban las canciones que acariciaban mi cabeza, los licks de guitarra, las armonías ... ¿qué pasó?

Durante muchos años después de que todo lo que escuché era siempre lo mismo ... " El Rock and Roll está muerto". Cada vez que lo escuchaba me volvía loco, me hacia pensar ... sí ... FUCK YOU!

Entonces oí los Ramones, y las cosas mejoraron por un tiempo, y luego se puso mal de nuevo. Entonces escuché Nirvana y las cosas mejoraron de nuevo por un tiempo, luego se pusieron mal de nuevo, pero en este momento realmente no me importa nada, porque se que el Rock N Roll nunca va a morir ... ¿sabes por qué? Debido a que siempre habrá una nueva generación de niños que cavará  en esta mierda tanto como yo lo hago ... Feel The Noise!

Recuerden niños, el futuro está en sus manos! Keep on Rocking"

Más claro imposible ¿No?
Lo que el norteamericano hace es jugar a tocar Rock n´Roll como una necesidad, como un deseo pedido al genio de la botella, con el ímpetu de un adolescente, con la ternura de un poeta mirando a la mujer que ama antes de coger la pluma, o la guitarra eléctrica y descerrajar poemas que parecen canciones. "Only Girl·, " Don_t Know How to Treat A Lady", " All Eyes To See" " Baby I_m In Love With You", "Feel The Noise" o la deliciosa versión del hit de los sesenta:"Reach Out I_ll Be There" son odas al verano de gominola y cielo azul, de margaritas que hacen coros mientras el viento juguetea con tu pelo y lo vuelve Power Pop. Canciones llenas de amor por la música, pasión por como tocarla y la necesidad de estar vivo y en pie en ese campo de fresas que le enganchó hace tantos años ya.


Paul Collins:Only Girl

Paul Collins:All Eyes To See




lunes, 13 de octubre de 2014

Dan Adams: Si Dejas Que La Vida Te Alcance


"...Es nuestra voluntad la que así nos encadena al infortunio permitido... podríamos ser de otra manera" gritaba, más que escribir Percy Shelley en uno de sus arrebatados poemas. Es la voluntad las que nos empuja o nos frena para vivir esa vida, para perderla, para esperar vientos de cambio, para que surja el milagro, para que todo eso, lo que sea, pase de largo. Y mientras, somos el tiempo que nos queda, que decía el poeta. Mientras los días pasan o se apelotonan en la puerta o las ventanas de nuestra existencia pugnando por una oportunidad que, muchas veces, no llega.
Empujar a esos días perezosos, forzarlos un poquito a inhalar todo ese aire fresco que tanta falta hace o, reclamarles un poquito de calma, que bajen el ritmo y se asomen al mundo y vean llegar al otoño con ese sosiego necesario, con la música de hojas ocres revoloteando la ciudad, es tan necesario, tan puñeteramente necesario, que no entiendo como, demasiadas veces, tomamos nuestra vida como rehén de nuestros miedos, incertidumbres y miserias y, ésta, no muere en la operación de rescate.

Hoy el día se vestía completamente de otoño. La tormenta bailaba con la ciudad levantándole las faldas y besándole las aceras y las casas con la lluvia fresca y juguetona.
Hoy el día era un paso quedo, reposado. Un mirar prisionero desde la ventana mientras las gotas de lluvia deformaban la percepción que tenemos del mundo.
Hoy el mundo sonaba a canciones desnudas. A palabras arrancadas al corazón con voz áspera y alma honesta.
Hoy, el día sonaba muy parecido a "Under The Live Oaks & Lights" la canción que da título e inicia el nuevo álbum del norteamericano Dan Adams. El de Austin publica, junto a Steve Bowers al bajo, Avery Anderson a la guitarra y el violín y Josh Gore a la batería, diez canciones llenas de Americana, Roots, Blues, Country y Rock. Al más puro estilo de gente como Wade Bowen, Radney Foster, Stoney LaRue o Eli Young Band. Nada del otro mundo, nada que te haga cambiar tu percepción de éste y de tu lugar en él;pero, a veces, canciones sencillas, cantadas con honestidad, sin las ínfulas o las pretensiones con que muchos "talentos" prodigan en sus canciones, son necesarias.

Cantar la vida con la frágil fortaleza de esas belleza tituladas "When The Whiskey Starts", "Under The Live Oaks & Lights", darle al mundo la ironía y el jaja necesarios de "Home Is Where The Bar Is", o la intensidad de "Sounds Of A Heart Breaking", "A Little More Yesterday" o "Straight Whiskey & Bent Strings", reconcilian el corazón y el alma con el pensamiento tambaleante y la sinrazón asesina del día a día. Nada que descubra esa entrada secreta a la felicidad o la palabra mágica que nos convierte en superheroes; solo la  honestidad en cada gesto, la intención de hacer la cosas desde dentro con la pasión, la rabia y el deseo de que sean perfectas dentro de su bizarra y retorcida naturaleza.
El otoño dentro. Las canciones revolviéndome el pelo y cegando, de  manera intermitente, mi percepción del mundo..las hojas, escribiendo en las aceras poemas que solo puedes leer si te tomas tu tiempo y dejas que la vida te alcance...

Dan Adams:Straight Whiskey & Bent Strings

Dan Adams:When The Whiskey Starts







jueves, 9 de octubre de 2014

Counting Crows: Alas De Cuervo Volando Hacia La Luna Llena


Hoy el día se ha asemejado al springstiniano comienzo de "Palisades Park", tema con el que da inicio el último disco de los norteamericanos Counting Crows.
 El amanecer se desperezaba indolente, ignorando mi enganche a la luna llena que se enredaba con nubes tan perezosas como el amanecer. Los quince grados que había a las cinco y media de la mañana parecían descojonarse del recién estrenado otoño. El mundo, en esos momentos era inmenso y, a la vez, tan estrecho como los pensamientos  que se aferraban a mi mente como parásitos intestinales, como heridas lacerantes que mi puta cabeza defecaba por la pura inercia de no ser capaz de ver la belleza que se desplegaba ante unos ojos  legañosos y un corazón torpón y aturullado que reclamaba emoción, sensaciones eléctricas recorriéndole cada puta célula del cuerpo, eso para lo que se había estado entrenando, en soledad, desde hacia tantos tantos años.

Salir de la miasma ridícula en la que neciamente me había metido. Escalar o despeñarme por las canciones, por las risas. Darle al alma la excusa para bailar el día, para bailar la vida. Una banda sonora, una sola canción o, si fuese posible, tres, cuatro, seis...un disco entero...Y ahí estaba.."Somebody screamed, All of Jim Jeffries' dreams, Explode into a black fist,He falls to the floor".."Palisades Park"..Cambiándome el color del alma, torciendo el ángulo muerto que era mi vida en ese momento rociándolo de la azul eléctrica emoción, que cantaron La Granja hace tantos años que parece otra vida.
Una canción, una detrás de otra y, ¡¡la ostia, todas buenas!! Y yo admirando mi rotunda estupidez por ignorar este disco, "Somewhere Under Wonderland" de los Counting Crows, porque llevaba años tachándolos de planos, de acomodaticios, de repetitivos. Yo perdiéndome " Earthquake Driver", "Scarecrow", "John Appleseed's Lament", o "Cover Up The Sun" y, desde luego, la soberbia "Palisades Park", con esa estructura tan épica, tan de historia más allá de los minutos que dura la canción. Ese tipo de canción que  Springsteen y su banda estructuraron como un poema, un prologo a la muerte y un epilogo a la vida...", "Come outside .Climb out your bedroom window..." Las palabras se elevan, se arremolinan alrededor de una emoción ávida de sangre que recorra la venas cantando canciones que llenan la vida con ese algo indefinible pero tan necesario para avanzar por el mundo como si fuera un puto baile bajo la lluvia.

"En Algún Lugar Debajo Del País De Las Maravillas" son once canciones, las dos últimas, demos acústicas de dos de los temas del disco, cargadas de Rock n´Roll, "Dislocation" de toques de un delicioso Soul, "Elvis Went To Hollywood" de Americana "Cover Up the Sun" y Folk- Rock, "God of Ocean Tides", de melodías que se dan el lote con tu corazón y vuelve del revés las sístoles y las diástoles.
Todo lo que este positivo y brillante álbum que los de  Berkeley te ofrecen parece estar dirigido a arrancar las miserias del alma y a pintar la vida del color que más te guste. Las instrumentaciones suenan orgánicas, cargadas de una contagiosa necesidad de alzar orgulloso la cabeza y sonreír. De hacer correr hasta la extenuación a un cuerpo emocional perezoso o con sobre peso de tristeza y pesar. Hay, pues, una necesidad de sudar, de arrancarse del alma el peso superfluo y volar hacia la música  como quien vuela hacia la luna llena más hermosa que puedas soñar.





viernes, 3 de octubre de 2014

Canciones Desde Adentro: Jungleland De Bruce Springsteen & The E Street Band


"A los Rangers les dieron la bienvenida
En Harlem anoche a última hora
Y el Rata condujo su coche reluciente
Atravesando la frontera de Jersey
Una chica descalza sentada en la capota de un Dodge
Bebiendo cerveza caliente bajo la suave lluvia veraniega
El Rata entra en la ciudad, se arremanga los pantalones
Juntos dan una oportunidad a la aventura
Y desaparecen por Flamingo Lane......." Así comienzan nueve minutos y treinta y siete segundos de épica, de intensa emocionalidad, de corazones dispuestos a arder en un fogonazo absurdo y mágico, en una historia como cientos, como ninguna. Una historia que habla de amores y derrotas, de luchas callejeras y de honores ridículos, de personajes empujados a un limite histriónico, arrebatador, adictivo y borracho de una poesía desordenada, intensa, ebria de una pasión por desgranar ese pedazo de grandeza de callejón, esa locura de acera agrietada que enloquece por no poder hacer el amor al asfalto que tan cerca y, sin embargo, tan lejos está de ella.
"Jungleland", la canción con que Bruce Springsteen y su E Street Band cerraban su poderoso disco de 1975, "Born To Run". "Jungleland"....¡joder!, ¿que se puede escribir de ella que no hayan hecho cientos antes que yo, con, seguramente, más tino y fortuna?
La introducción del violín de Suki Lahav y el precioso piano de Roy Bitan ya prometen que no estás escuchando otro tema más, que ese inicio tan lírico, tan envolvente, te agarra por los huevos el alma, estrangula tu sentido de la emoción y saca de tus tripas la noción de drama más grande que la vida que llevas dentro. "Jungleland" es otra vuelta de tuerca en la forma de contar historias a través de la música, con una estructura muy similar a las novelas del estilo de Hubert Selby Jr. en su "Última salida Para Brooklyn" con esos personajes extremos donde casi todos están frustrados, quieren otra cosa: el sindicalista que detesta a su mujer y desea en secreto a los maricas; el tipo que prefiere salir de juerga y emborracharse antes que cuidar de sus hijos; el travesti enamorado de un hombre rudo; el vago que prefiere a cualquier tirada antes que a su mujer. Y esa frustración acaba degenerando en violencia, sea verbal o física...sin embargo, Springsteen Adereza con pedazos de poesía al más puro estilo Dylan Thomas, pedacitos de personajes y situaciones y la noche cerrada se torna claroscuro, desesperanzado, si, pero aún en pie.
La obra es una película, de esas que influenciaban a Springsteen en sus comienzos.El estilo cinematográfico con que el de New Jersey dota a sus canciones es algo reconocido por autores de la calidad de John Sayles, el cual aseguró que "Jungleland" y "Meeting across the river" (también incluida en"Born To Run"),tienen más fuerza en pocos minutos de lo que yo conseguí en una película entera, ("City Of Hope") .

El poderoso  sonido de Clarence Clemons, con uno de los solos más épicos, intensos y emocionales que he escuchado en mi puta vida, es una de las piedras angulares de la canción al que se une los arreglos de cuerda, y unas guitarras rítmicas que parecen las puertas del Valhalla cerrándose por última vez tras el advenimiento del Ragnarok.
El Rock n´Roll en que se convierte la canción, tras una cadencia de silencios y aperturas instrumentales dotan al tema de una poderosa y dramática intensidad que envuelve cada fibra de tu ser, a poco que sientas la música como algo mágico y único.

"Jungleland" es un tema épico casi diez minutos de una historia de amor  en un horizonte de violencia y bandas callejeras en un sitio cualquiera de unos Estados Unidos desesperanzados, que habían sido testigos apáticos de la derrota de sus ejercito en Vietnam, y la dimisión del chanchullero de Richard Nixon tras el Watergate.
La obra, en su texto, es un patrón espejo de todo el álbum, comenzando con un sentimiento de esperanza que se va deslizando, tenuemente, como la sangre derramada del Rata, acribillado por su propio sueño, Mientras el eco de disparos llena los pasillos en la noche y nadie observa cuando la ambulancia se va alejando, ni mientras la chica apaga la luz de la habitación  hacia la desesperación y el fracaso.
Las dos caras del disco "Born to Run" fueron pensadas para ser una el espejo de la otra. Así, la canción es similar en tono y tema a “Backstreets”, la pista final de la cara 1.
 Backstreets, aunque acaba también con nota pesimista, no tiene un final tan acentuado en la desesperanza, dejando abierta una puerta a la posibilidad de algo mejor. No así el final de "Jungleland" con los propios sueños del Rata matándole con esa apatía de los de alrededor, simplemente, mirando o, ni tan siquiera eso. Es el final del optimismo desesperado y los sueños, articulados desde el comienzo del álbum.
Escuchar La tierra de la jungla, una diez cien, mil veces y agarrar tu corazón y estrujarle lo poco o mucho que es capaz de sentir, acoplarse al sonido que, la banda, como un organismo vivo que transmite emociones es capaz de crear es uno de esos raros y necesarios lujos que necesito sentir de vez en cuando. Y, no solo con esta canción de Springsteen, "Hungry Heart", "Thunder Road" "New York City Serenade", "Incident On 57 Street", "Thundercrack" "Open All Night", "Atlantic City", "Racing In The Streets" o "Prove It All Night" son, por citar unas cuantas, chutes emocionales que el alma precisa. Es un horizonte necesario al que caminar. Hacia esos lugares donde el amor brilla, eterno, como el primer día en que sus ojos raptaron tu alma para siempre..esos lugares donde el amor duele lo suficiente como para escribir los más hermosos poemas, donde los perdedores no acaban tirados, o no del todo, en el arroyo de la desilusión y la desesperanza y se vuelven épicos en una caída que se antoja eterna mientras su ser se difumina como niebla. 
Esos lugares, en definitiva, donde no creces del todo, donde la realidad no te alcanza y desuella tu  alma mientras prostituye tu esperanza para que los días anodinos se la follen sin placer ni vicio, por pura violencia y humillación.

Decía Springsteen que el Rock n´Roll nunca fue un hobby para él, fue una razón de vivir. Y uno, escuchando sus canciones, siente que está escuchando Rock n´Roll  por primera vez en la vida. Tal es la capacidad de este tipo para llegar hasta lo más profundo del alma. Y, "Jungleland" logra ese objetivo a cada escucha que hago de ella. Ver el DVD en que un joven y desaliñado Springsteen  sale al escenario del Hammersmith Odeon en 1975, contemplar como, por momentos le supera todo lo que en aquel momento le estaba sucediendo y, sin embargo, cabalgar con la entereza y la obstinación de un kamikaze todo el concierto, abrazar la vida con rabia, dominar los miedos y volverlos adrenalina para que el corazón marque el ritmo de lo que es estar gloriosa, poderoso y jodidamente vivo es, como "Jungleland", algo épico.

La mayor parte de los directos de Bruce se caracterizan por su larga duración ( a sus 62 años de edad, sigue ofreciendo conciertos de más de tres horas) y la energía que desprende en ellos, su intensidad y pasión y la absoluta entrega a sus fans . y este, desde luego es uno de ellos.
Bruce Springsteen en 1975, un pintas, un matao, casi un delincuente, con la barba descuidada y embutido en un gorro de lana, sale al escenario para ofrecer su alma, más que eso, su sentido de lo que significa estar vivo, de lo que es vivir con electricidad en las venas y poesía en la mirada...un puto lujo.....
Mientras...Afuera la calle está ardiendo
En un auténtico vals mortal
Entre lo que es real y lo que es fantasía
Y los poetas de por aquí no escriben nada en absoluto
Simplemente observan y dejan que ocurra
Y en el vértigo de la noche
Esperan su momento
Ofreciendo una honrosa resistencia
Pero acaban heridos, ni siquiera muertos
Esta noche en la tierra de la jungla.