domingo, 31 de octubre de 2010

Y a tí, ¿Qué acontecimiento musical te hubiera gustado vivir?


Ésto es un ejercicio de imaginación. ¿Os acordáis de la entrada que hicimos el invierno pasado titulada "¿Que hubiera pasado si...? Pues lo que hoy nos ocupa es algo parecido. Os cuento:
Estaba yo el otro día charlando con Iván, nuestro jóven rokanrolari y guitarrero seguidor del blog, cuando de repente el pequeño Angus me hizo una pregunta de lo más curiosa: “Oye, a ti ¿Qué suceso te hubiera gustado vivir?” Me quedé un poco parado. “no sé, -le contesté-. Quizás haber estado en el módulo espacial que pisó por primera vez la luna, o haber presenciado la construcción de la pirámide de Keops, o tal vez contemplar la época de los grandes dinosaurios… que se yo…” El pequeño Van Halen comenzó a reírse. “No hombre, no. Te hablo de música. ¿No te hubiera gustado ver a Jimi Hendrix en directo, por ejemplo?. Gran pregunta. Porque no sé, hay tantísimos acontecimientos musicales para contestar a eso…. Haber asistido a Woodstoock, haber visto la histórica actruación de The Beatles en el Ed Sullivan Show, haber vivido la época hippie, el nacimiento del Punk, los shows de Comeback de Elvis, las históricas giras de The Beatles por América o España…. Sí señor, gran pregunta. Y me dije: “Que coño. Pues voy a hacer una encuesta por ahí, hombre. A ver que opina la gente.”

El primero en contestar fue el propio Iván, fan acérrimo de Kiss, y según me dijo el pequeño aprendiz de Ace Frehley, lo que a él le hubiera gustado es ver en directo a la formación original de Kiss (los no originales ya los ha visto en directo dos veces), o la original de Guns & Roses. Y que si se le ocurría algo más, ya dejaría un comentario. Eso dijo. Bueno pequeño Slash, lo de los Guns todavía es posible si al bueno de Axl le da algún ataque de lucidez y decide reagrupar a la banda. En cuanto a lo de Kiss, lo veo más difícil, por no decir imposible. ¿Ace Frehley aguantando de nuevo a Simmons?. O viceversa. Venga ya!!!

Unos días más tarde estando en el Iris, nuestro antro favorito de la ciudad, tomando unas cervezas junto a una cuadrilla de amigos, fue cuando de repente me vino a la mente la preguntita de marras, y comencé cual reportero coñazo de Caiga Quien Caiga a preguntar a todo bicho viviente (ya que allí sólo entran bichos como nosotros).


Comencé por mi compadre Máximus Infernus, o Luciferion, como ustedes lo prefieran (llamémosle así, porque si se publica su nombre real igual me pone su cinturón de balas por corbata y no es plan, además de que el puto cinturón pesa un huevo), un colega Blak-Death-Grind Metalero hasta la médula, que enfrentándose a mi pregunta gruñó: “A mí lo que me hubiera gustado es haber estado en Noruega a principios de lo 90’s. Se iban a enterar esos pringaos de lo que es quemar iglesias, joder”, o algo así dijo, porque con la cerveza en el gaznate no se le entendía muy bien. Joder con Luciferion. Que tío.

Otro de los coleguillas que allí se encontraban, muy borroka él, me dijo que para él el acceso a las puertas del cielo hubiera sido presenciar aquel festival de los 80's que organizó el diario Egin, en el que participaron RIP, Cikatriz, La Polla Records, Kortatu..... y unos cuantos más que no entendí.


Eddie (imaginaos el porqué se le conoce así) es un heavy de reglamento, a la vieja usanza, fan a muerte de los Maiden (no Iron Maiden no, para él siempre serán los Maiden) que impertérrito me confesó que a él le hubiera gustado estar en el US Festival 83. Tremendo. Tremendo porque precisamente hace una semana o así mi cuñado me regaló un DVD que había bajado de internet con el resumen de aquel infernal festival y que ahora se ha comercializado. Y lo que allí se ve es lo más parecido a las puertas del infierno, un pandemónium de gente abrasándose poco a poco bajo el sol, Quiet Riot, Motley Crue, Ozzy, o Triumph, entre otras bandas (otras bandas que tuvieron la suerte de tocar de noche), intentando sobrevivir en escena, mientras un heavy e infernal cuerpo de bomberos intenta apagar aquella barbacoa humana, sacando a gente semiinconsciente de las primeras filas. Y a Eddie le hubiera gustado estar allí.... Brindo por él.

Tim (Timmy) seguro que estuvo allí, en el US Festival. Timmy es un amigo americano, de Atlanta, Georgia, que tenemos en común los del Bar Iris y que en los 80 no se perdía una. Así que seguro que estuvo por allí. Y le mandé un e-mail con la preguntita de marras. Claro, siendo de Atlanta (en realidad es de las afueras, cerca de Macon) no iba a contestar que lo mejor hubiera sido ver a los Skynyrd o Allman Brothers, entre otras cosas porque los ve casi a diario, e incluso ha estado de copas con ellos. Vamos, que es como ver al Drogas de Barricada echando potes por la Txantrea. Bueno, pues dos días más tarde recibo su contestación en la cual me dice: “Para mí lo mejor de la historia sería haberme llevado a la cama a Tawney Kittaen, la esposa de David Coverdale en los 80”. Que bueno, todavía me estoy riendo. De todas formas es una respuesta típica de Timmy, menudo personaje. Algún día tengo que hacer una entrada sobre él, vais a flipar.


Total, que ésta es la típica pregunta con la que podemos andar a vueltas durante toda la vida. A vosotros, ¿Qué acontecimiento musical histórico os hubiera gustado vivir? Vamos, no os cortéis, escribid, queremos saber (como decía aquel programa televisivo coñazo).

En cuanto a mí, pues me van los imposibles. Quiero decir, que lo que me hubiera gustado es vivir un concierto de Led Zeppelin en el 75, por ejemplo. O haberme corrido una buena juerga con Ozzy, Lemmy, Phil Lynott, o Bon Scott. O con las cuatro. O todavía más imposible: Que mi careto aparezca en la portada de Sgt. Peppers, a ser posible al lado de Aleyster Crowley (¿os lo imagináis? Menudo puntazo). O haber estado en la mente de Syd Barrett durante cinco minutos (sólo cinco minutos, ¿eh?). O haber estado en la azotea de Apple Records, en Abbey Road, contemplando la última actuación de The Beatles. O haber asistido al mítico primer concierto de Ramones en el CBGB (en vez de cinco personas hubiéramos sido seis, wow!!). Más imposibles: Haber estado en la misma habitación en la que nuestro amigo Timmy de Atlanta se lo monta con Tawney Kittaen. O peor aún, verle la cara de una puta vez a Billy Gibbons, o a Lemmy sin barba y sin verruga. O ver a TwoHeadsOneBrain sin patillas. Lo dicho, un imposible.

viernes, 29 de octubre de 2010

Mike Dunn & The Kings Of New England "El deseo de ser montaña"


Cuando uno es joven y tiene aspiraciones, encara su futuro con determinación, ímpetu y falsas esperanzas. Además de ciertos trucos mediocres como son los de querer ser, o al menos, imitar en la medida de tus posibilidades, a ese dibujante, a ese escritor o a ese músico al que siempre has admirado y con el que te has sentido identificado.
Mike Dunn es un chaval que ha admirado a Bruce Springsteen, Tom Petty y Bob Dylan desde siempre y esto se traduce en un dulce apasionamiento en cada nota, y estrofa de cada canción de este magnifico disco de Dunn y su banda The Kings Of New England.
Algunos cabrones tienen suerte, talento y encima aprovechan sus oportunidades. Y Mike Dunn ha hecho pleno en lo anteriormente escrito y ha creado once canciones de una textura y sabor apasionantes.
Además del talento, siempre viene bien tener a mano un amigo que ya ande por las tierras musicales. Caso de Louis DeFabricio, cantante y compositor de Gasoline Heart una banda de Hard-Americana con un par de discos en el mercado. El apoyo de DeFabricio es fundamental para que los Kings Of New England salgan a la luz y creen en 2006 “The Edge Of America”, al cual, desgraciadamente, no he podido echar mano. Sin embargo este Sundowner me lo he pateado de manera exhaustiva e intensa pasando a convertirse en uno de los mejores discos del año para este que suscribe.
Sonidos de pura textura Springsteen, o Paul Westerberg. Riqueza en las letras y en un desarrollo apasionado y lleno de Rock n´Roll y sonidos de mediados de los setenta; al cual se le une esa suave capa de caramelo Pop que enriquece cada tema del disco.
“The Promise Land” tiene, incluido su titulo, un sabor netamente springstiniano. “Princeton” o “Cigarette” poseen el espíritu del Boss pero tamizado por la manera de entender la música del antiguo compositor de los magníficos The Replacements.
“Crooked Tooth Grin” es, a partes iguales, Nebraska y The Pete Seeger Sessions. Una intensa canción sincera e intensa. Y el álbum culmina con una canción maravillosa; cosa curiosa, otro de los mejores discos de este año, el de Willie Nile, termina, tambien, con una de las mejores canciones oídas por mí este año. “Sundowner” hace lo propio con este disco de Mike Dunn, dejándote con ganas de más y llenándote el corazón de un reconfortante buen sabor a optimismo.

Mike Dunn - The Promise Land

Mike Dunn - Sundowner


miércoles, 27 de octubre de 2010

The Jim Jones Revue !!!!!!!!!! Arrrrrrdiendo ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡


Las cosas suceden tan deprisa en este primer mundo “idílico” y lleno de oportunidades y posibilidades para nosotros, los privilegiados receptores de tanta dicha y tanto talento desperdigado, que nos aburrimos enseguida de todo lo nuevo y nuestro cerebro yonqui busca desesperadamente el nuevo Axel Rose, o el nuevo Bon Jovi, o los nuevos U2 o…¿me explico?
Lo triste del asunto es que esos monstruos insaciables que se llaman “empresas discográficas” carecen en absoluto de imaginación y los sonidos que ofrecen son más de lo mismo. Así, el oyente con dos dedos de frente y un desarrollo mental normal, se lanza a la búsqueda de algo que de verdad le estimule las neuronas.
Lo fascinante de este asunto es que esa búsqueda se encamina hacia sonidos que dominaban el mundo de la música ochenta o noventa años atrás.
Parafraseando aquella vieja canción “Everything Old Is New Again”. Y bajo esta premisa, The Jim Jones Revue nos lanzan diez cañonazos sonoros capaces de romper cualquier prejuicio que se pueda tener respecto del Blues, del Rock más añejo y primerizo y de los sonidos más primitivos de la música negroamericana.
Tras militar en bandas como Thee Hypnotics y Black Moses, bandas que a mi modesto entender, eran más de lo mismo y carecían de carisma; el músico decidió dar un golpe de timón a su aventura sonora lanzándose en picado hacia lo más crudo, primitivo y salvaje de los sonidos negros de la Norteamérica de principios del siglo XX.
Mezcla la actitud y la energía de Howlin Wolf y Little Richard. La manera de afrontar la música que desarrolló Scott Joplin en los prostíbulos donde aprendió a tocar el piano, unido al estilo de tocar el Blues de Memphis Slim o la enrevesada forma de tocar de Fast Waller. Únelo a una actitud Punk y a unas ganas de arrasar en cada corte musical que desarrollan y tendrás este “Burning Your House Down”, infinitamente mejor, al menos para mí, que su anterior álbum del 2008.
Mención aparte merece la actuación, en todo el disco, del pianista Elliot Mortimer el cual parece poseído por el espíritu, hasta las trancas de farlopa, del primer Little Richard.
Las canciones del disco navegan por los pantanos más correosos del Punk-Blues sin, por ello, faltarle al respeto a todos los grandes.
Al estilo de ese otro “neurótico” del Punk-Blues que es Matt Hill, The Jim Jones Revue abanderan un movimiento que le saca brillo al alma más gris y compungida.
El mundo, este primer mundo tan mísero, egoísta y aburrido se resquebraja a cada guitarrazo, a cada aullido a cada tecla golpeada con rabia y pasión.
Por algo se empieza una revolución, o, al menos, se sueña una.

The Jim Jones Revue - Foghorn

The Jim Jones Revue - Elemental


lunes, 25 de octubre de 2010

Pat Travers Band “Live! Go For What You Know”


El pasado agosto hice una escapadita a Barcelona, un fin de semana destinado a intentar localizar en las tiendas de discos de la famosa calle Tallers varios vinilos que aquí son inencontrables y que hacía tiempo andaba tras ellos. Y uno de esos discos es el que aquí nos ocupa, intentado conseguir sin éxito por ferias de discos y en tiendas de segunda mano durante mucho tiempo, y que en una tienda de la Tallers Street encontré en apenas cinco minutos. Así ocurren a veces las cosas. En cinco minutos tenía en mis manos un disco que andaba años buscando.

Pat Travers. Uno de esos míticos guitarristas de los 70’s, que junto a gente como Johnny Winter, Robin Trower, Ted Nugent, Carlos Santana, Frank Marino, Randy California, o Pat Thrall reinaron en la década guitarrera por excelencia. Los discos de éstos artistas inundaban las cubetas de las tiendas, y sus giras se convertían en acontecimientos blues-rockeros a los que el público asistía sin dudarlo. Eran otros tiempos. Hoy en día se hubieran comido el terreno unos a otros.

Nacido en Canadá, y sabedor de que para vivir de esto y conseguir el reconocimiento debía emigrar a tierras más propicias para la música rock, se echó la manta a la cabeza y un buen día de 1976 aterrizó en Londres armado únicamente con un Marshall, una guitarra, y un pedal de efectos a fin de intentar conseguir el contrato que hasta el momento se le había negado. Finalmente tras grabar una maqueta consigue un contrato con Polydor, compañía con la que edita sus primeros trabajos, con los que poco a poco se va haciendo un nombre con su maestría y su particular forma de tocar la guitarra. A destacar “Putting It Straight” con Nicko McBrain a la batería (sí, el de Iron Maiden) o “Heat In The Street”. Blues-rock con arranques de fiereza hard rockera y unos ritmos peculiares y muy personales. Tras los cuatro primeros discos decide editar un directo, fórmula que se repetía cíclicamente en los grupos de la época, (ya sabéis, era la época de los grandes live-albums), grabado en su gira estadounidense con una banda de primera: el gran Pat Thrall cubriéndole las espaldas con su guitarra, un efectivo Mars Cowling haciendo cabriolas con el bajo, y el poderoso Tommy Aldridge a la batería, ejecutando ritmos frenéticos a ésta engrasada máquina de hacer Hard-blues-rock que era la Pat Travers Band. Canciones como las inmensas “Hooked On Music”, “Gettin’ Betta”, “Go All Night”, y su hit “Boom Boom (Out Go The Lights)” seguidas, de un tirón, dan forma a una cara A sencillamente espectacular. La cara B no desentona, hay alguna canción más tranquila, variedad, “Makes No Difference” por la que siento especial predilección, los duelos guitarrísticos son de primera, el sonido espectacular, la sensación de que están improvisando constantemente sin que la canción ni decaiga ni se resienta por ello. Un disco de obligada escucha para aquellos/as a quienes nos gusta el guitarreo setentero bien hecho. Sólo tiene un defecto: que no es un doble LP. Imprescindible.



viernes, 22 de octubre de 2010

The Adventure Spirit "Buscadores de Canciones"


Vale. Es un hecho. La alimentación, o la situación geográfica, la genética heredada de presidiarios desterrados al continente, o el giro inverso que el efecto coriolis produce en Australia, debe condicionar a los músicos de ese país y fomentar entre los mismos un inusitado nivel de talento y capacidad para la interpretación.
Desde que este blog nació, los aussies han proliferado por sus post. Tanto en Rock n´Roll, o Pop, como en sonidos más acústicos y cercanos al Folk y el Americana.
Si hace poco hablamos de esa maravilla de proyecto que atiende al nombre de Basement Birds, ahora le toca a una banda proveniente de Melbourne llamada The Adventure Spirit.
Sus fundadores y cantantes Tim Fry y Leigh Young optaron por llenar ese globo músico-aerostático con aire procedente de lugares tan diversos como Bob Dylan, el pianista de Jazz Oscar Peterson o el magnifico compositor y guitarrista Steve Cropper.
Amen de esas primeras y decisivas influencias y con la unión de Mirra Seighman a la batería y Ben Tansey al bajo, lanzaron a publicar un disco titulado “Hope Shall Carry On” en 2006. En él los sonidos Folk, y las estructuras derivadas de Crosby, Stills And Nash, Cat Stevens o Simon & Garfunkel, se daban la mano con sonidos Rockabilly y blues rural en canciones en las que primaban las armonías vocales y el gusto por la melodía.
El globo que estos australianos fletaron en 2006, ha dado como resultado la creación de un nuevo álbum en este 2010 que lleva el nombre de “Grand Standard”. Doce nuevas y fantásticas canciones que consolidan esa intuición que había por el grupo con su primer disco.
El sonido característico de los Spirit se ve enriquecido en esta nueva aventura con sonidos cercanos al Soul y al Blues; amén de todas esas geniales estructuras vocales y esa inspirada bocanada de aires Pop que hacen que canciones como “Follow the Lines”, “Whiskey and Wine” o “Everyone Moves Up” se conviertan en delicia para las orejas.
Lo que sea que tomen, coman o beban estos tíos para hacer canciones como las que hacen, espero que duren muchos años.

The Adventure Spirit - Follow The Lines

The Adventure Spirit - Spirit Golden Spells


miércoles, 20 de octubre de 2010

Jackie Greene "El regreso de un viejo amigo"


Conocí a Jackie Greene cuando éste sacó al mercado su disco “Sweet Somewhere Bound” de 2005.
Uno que, afortunadamente, buscaba, y sigue buscando esa nueva banda, ese nuevo músico. Esa nueva canción que te motive, que te emocione, que te haga sentir ese “algo” que, espero, me entendáis.
Me gustó del norteamericano ese equilibrio tan difícil y, a la vez, tan sencillo de hacer por algunos músicos que supone el hacer canciones intensas tanto en su vertiente rockera como en esos temas de aparente fragilidad que tan gratos son para el estilo que conocemos como Americana.
En esta nueva aventura musical, Greene se aleja, empero del estilo que más ha cultivado y dirige sus ojos hacia los grandes grupos ingleses de, sobre todo, principios de los setenta. Y de estos, los sonidos que The Kinks, The Who o Small faces e, incluso cantautores como Donovan y el primer Cat Stevens.
Y es que este disco es el más Pop de Greene y el más británico. Sólo basta oír canciones como “Take Me Back In Time”, “Medicine” “Stranger In Sand” o “Ti´ll The Light Comes”, que da título al álbum para sentir esos sonidos que llenaron las orejas de tanta gente hace más de cuarenta años. Si no me crees, escúchate una de las mejores canciones del disco:”Spooky Tina” y busca ese bajo tan absolutamente John Entwistle que se escapa por todas las notas al igual que la araña Boris del tema homónimo de los Quien.
Si algo se le puede achacar a esta nueva obra del autor norteamericano es un excesivo minutaje en las canciones, cosa que, por otra parte, se estilaba bastante en los setenta.
Bonitos coros, bonitas canciones y una necesidad o tal vez una intención de explorar nuevos caminos en ese mar infinito que es la música.

Jackie Greene - Spooky Tina

Jackie Greene - Take Me Back In Time


lunes, 18 de octubre de 2010

Crazy Diamond - Syd Barret y el amanecer de Pink Floyd


“La muerte el 7 de julio de 2006 de un hombre de mediana edad en un adosado mediocre de una zona tranquila de Cambridge, no solo puso fin a uno de los capítulos más extraños de la historia de la música popular británica, sino que también puso punto final a una época casi mitológica conocida como los Swinging Sixties”.
Así da comienzo el prólogo del libro que nos ocupa. Supongo que muchos de vosotros/as conocéis la historia: Syd Barrett, la mente creativa en los primeros tiempos de Pink Floyd, autor casi en su totalidad del primer disco de la banda, parece ser que esquizofrénico y con una compleja personalidad que, unido a su desmedida afición al LSD. Lo condujo en muy poco tiempo a las tinieblas de la locura de la que ya no pudo escapar hasta su fallecimiento en 2006 a la edad de 60 años.
Durante varias décadas su vida fue un verdadero misterio. Solamente se relacionaba con familiares y amigos cuyos testimonios dieron forma a éste libro, por lo que se puede decir que su relato nos descubre cosas que han sido ignoradas por la prensa generalista durante todos esos años, asegurándonos con ello la veracidad de todo lo que en el libro se comenta. Asimismo el resto de integrantes de Pink Floyd cuentan sus experiencias con Syd, lo que tuvieron que aguantar en las giras..… En un principio parecen reproches, pero según avanza la lectura te vas dando cuenta de que no es así, y que verdaderamente apreciaban a su amigo. Los escritores consiguen una fluidez narrativa que hace muy divertida la lectura. Además recordemos que aquí no hay leyendas urbanas ni sensacionalismos. Los que colaboran con sus testimonios cuentan lo que verdaderamente pasó.
Eso es lo mas importante de éste libro: la veracidad. La familia se involucró en el proyecto, supongo que con el fin de acallar la gran cantidad de tonterías que los periódicos sensacionalistas británicos publicaban cada cierto tiempo sobre el artista en sus días de retiro, cuando ya no era un personaje público, musicalmente hablando. Es principalmente gracias a su hermana y a su cuñado que podemos saber como era en realidad el Syd más familiar y alejado del negocio musical. El libro nos cuenta como era su día a día, como lidiaba y hacía compatible ese día a día con su enfermedad, su relación con los fans que aún le seguían adorando-acosando, sus obsesiones, sus inquietudes artísticas, sus proyectos..... En los primeros capítulos se nos explica como fue la infancia y adolescencia del artista, su cada vez más creciente interés por la música, y finalmente la creación de un grupo al que llamó Pink Floyd en homenaje a dos viejos bluesmen que le gustaban: Pink Anderson y Floyd Councyl. Asimismo vamos descubriendo poco a poco su imparable deterioro psíquico y su creciente afición a las drogas. Como ya hemos comentado antes, lo principal del libro es su veracidad, pero también hay cabida para la “carnaza” que todos buscamos en un personaje de éstas características. Carnaza en forma de situaciones que verdaderamente ocurrieron, y que ninguno de los protagonistas niega. El libro documenta sus legendarios colapsos en directo, donde con los brazos colgando era incapaz de tocar un solo acorde mientras el resto del grupo sacaba la actuación adelante como podía. Sus locuras en los sets de televisión, como aquel en el que en la desastrosa gira americana, el presentador le va haciendo pregunta tras pregunta mientras Syd se limita a mirarle totalmente alucinado sin pronunciar una sola palabra. Existen grabaciones de éstos programas, yo he visto alguna y la verdad es que es impactante ver al artista totalmente ido, como un “flautista a las puertas del alba” (título del primer álbum de Pink Floyd: The Piper At The Gates Of Dawn). Mi anécdota favorita es aquella en la que varios amigos explican como se hicieron con una botella de LDS líquido puro, y fueron al apartamento de Syd para preparar unos azucarillos con varias gotas de ácido en cada uno de ellos, pero el LSD al ser líquido se absorbía por vía subcutánea (como una pomada) y acababan todos viajando por el espacio sin saber los azucarillos que tenían ácido y los que no. Cuentan que en apartamento de Syd, lo único que podías probar estando seguro de lo que tomabas era agua del grifo, siempre que te la sirvieras tú mismo, por supuesto. Y a veces ni aún así.

En cuanto a su música, comentar que es difícil, muy difícil. Sus canciones reflejan tanto su personalidad como la de la época en la que se hicieron. El rock “psicodélico” estaba en su punto álgido, y según los entendidos en la materia, Mr. Barrett lo elevó a la categoría de arte. Según Paul McCartney, que grababa en Abbey Road “Sgt. Peppers” en el estudio de al lado, “The Piper At The Gates Of Dawn” es una obra maestra. Yo, después de años de escucharlo periódicamente, he aprendido a comprender seis o siete canciones. Nunca he tomado LSD, pero el principio del disco con “Astronomy Domine” y “Lucifer Sam” seguramente sea lo más parecido a meterse un ácido por vía auditiva. Impresionante. Es como si a míticas canciones “psicodélicas” de Beatles como “Lucy In The Sky With Diamonds” o “Strawberry Fields Forever” le quitases toda orquestación y las dejases desnudas, con un extraño y sideral tono de guitarra. Básico, sin florituras y sin adornos innecesarios. Sin embargo canciones como “Bike” me sigue pareciendo la mayor estupidez grabada de la historia de la música “rock”, en dura competencia con “Yellow Submarine”.
Más difíciles aún de digerir son sus discos en solitario después de marchar de Pink Floyd. Sus dos discos, “The Madcap Laughs” o “Barrett” es lo más parecido al certificado de defunción musical de éste artista. Aquí hizo lo que le dio la gana, y se nota. Para muchos fans del mito, son obras maestras imprescidibles. A mí me parece que para entonces ya estaba más cerca de Saturno que de la tierra, no sé si me entendéis. En éstos discos le ayudaron David Gilmour y Rick Wright y sus declaraciones en el libro no dejan lugar a dudas sobre el estado mental de Syd. Literalmente le tenían que sentar en una silla, ponerle la guitarra entre las manos, y decirle “toca algo, Syd”, y grabar deprisa y corriendo. Cuando se levantaba de la silla, directamente se iba a la puerta del estudio para salir de allí, y le tenían que dar la vuelta y sentarlo de nuevo. Lo curioso del caso es que verdaderamente le estaban ayudando, ya que Syd Barrett quería grabar esos discos.

Y después de eso, la nada. Y es el relato de ésta época oscura lo que más me ha gustado del libro. Su día a día y su lucha. En fin, si tenéis oportunidad de leerlo, no lo paséis por alto. Siempre es un placer sumergirte en las peripecias de uno de los mitos del siglo XX.

viernes, 15 de octubre de 2010

Willie Nile "Lunas vagabundas, Rosas de medianoche y Canciones de Pub"


Willie Nile. El pequeño gran hombre del Rock n´Roll regresa al mundo gris y yermo del show business para pintarle un poco de color y abrirle una ventana por la cual entren los rayos de ese sol en forma de disco que es la nueva maravilla del de Buffalo titulado “The Innocent Ones”.
Lo que Nile hace en este nuevo álbum es lo que siempre ha hecho. Canciones, grandisimas canciones; plenas de poesía (el amigo Willie está doctorado en filosofía y literatura inglesa) y esos temas que están compuestos de tres acordes, y parecen sencillos pero, mira, ni a ti ni a mí nos salen.
Proveniente de una familia donde la música siempre ha estado presente, Nile toca el piano desde los ocho años, el poeta y escritor acaba poniéndole música a su poesía y decide probar suerte en la gran manzana cantado temas de Folk y Rock en locales como el CBGB y demás garitos del Village con curiosos seudónimos como Oosgood Pequod o Huey Resinbag. Si amigos hay mucha ironía, algo habitual en Willie Nile.
Nile lleva componiendo y tocando sus canciones desde los setenta. Sin mucha suerte, todo hay que decirlo. Sin embargo todo lo que le falta en lujo y tirón mediático queda compensado en unas canciones que han encandilado a gente como Bruce Springsteen, Patty Smith o los Who. Los cuales pidieron expresamente que fuera Nile quien los telonease en la gira americana del grupo inglés de 1981. Por cierto que otros músicos de la tierra de los Who, los Rolling, plagiaron su canción “She´s So Cold”, que formaba parte en su primer disco “Willie Nile”, y fue, descaradamente incluida en su disco “Emotional Rescue”, atribuyéndose la autoría de la misma. El pobre Nile, aconsejado por su discográfica, tragó. No seria la única vez que unos directivos joderian al músico. No obstante, preguntado en alguna ocasión al respecto de tan espinoso tema, Willie siempre se ha mostrado diplomático y ha eludido con elegancia cualquier mención venenosa al asunto
La vida de Nile se ha desarrollado con discos magníficos como “Hard Times In America”, “Golden Dawn”, “Beautiful Wreck Of The World”, “Streets Of New York” o “House Of Thousand Guitars”, una alabanza continuada de músicos y crítica y una, casi, absoluta ignorancia por parte del público en general.
Este 2010 nos ha regalado el nuevo disco del gran Nile. Once canciones al más puro estilo del, ya, neoyorquino de adopción. Rock n´Roll, aderezado de fina lluvia Pop y canciones Punk de influencias irlandesas. Temas que se tararean en los púbs. del Village con cervezas, humo de la alegría y ganas de que el amanecer no llegue nunca.
Canciones como “One Guitar” o “My Little Girl” podrian ser número uno si las cantase cualquiera de los divos de la industria ya asentados. Pero las canta este pedazo de autor y las disfrutaremos cuatro; (espero que con este blog podamos ser, seis o siete). “Topless Amateur” y la garrula “Can´t Stay Home” nos lleva a finales de los setenta y a la explosión del Punk. “Can´t Stay” tiene unos coros al más puro estilo Toy Dolls.
Pero Nile tiene su lado sensible y tierno, hecho que queda demostrado en temas como “Song For You” y “Sideways Beautiful”. Canciones desnudas, honestas y llenas de alma. Y, para momentos bajos, la sola escucha de “Fargreen Hill” te reconcilia con un mundo algo más bonito tras oír la canción.
Lo que Nile logra en este “The Innocent Ones” es barrer la miseria y la opacidad que, a veces, es este mundo y nos llena en once canciones, de luz, de horizonte, de emoción; arrancándonos una sonrisa desde el fondo del alma. Y esto, mes amies, es un lujo en estos tiempos asesinos.

Willie Nile - Far Green Hills

Willie Nile - One Guitar


miércoles, 13 de octubre de 2010

Mike Farris & The Roseland Rhytmn Revue "Antzokia 11-10-2010"


Un gran autor dejó cantado y contado que “la presunción de inocencia nos obliga a pensar que somos ángeles en suspensión” y, la verdad, este pasado lunes, por dos intensas y embriagadoras horas, creí esa frase de manera absoluta.
Mike Farris And The Roseland Rhythm Revue nos hicieron sentir a los allí congregados gente especial, personas felices cuyos problemas desaparecieron en esas horas de Soul, Blues, Gospel y Rock
Que Farris es buena gente ha quedado demostrado para el que suscribe en las diversas ocasiones que he tenido la fortuna de verlo en directo. Este lunes en el Antzokia de Bilbao, volvió a dar muestras de ello. Comenzó rindiendo homenaje al tristemente desaparecido Solomon Burke iniciando su show con la fantástica “Everybody Needs Somebody”. Y, a partir de ahí, todo fue una comunión con la sonrisa, el buen rollo, la intensidad del alma al descubierto traducido en una música intemporal interpretada con la pasión, el corazón y el cariño que Farris sabe transmitir.
Mirando a mí alrededor, muchas caras tenían pintada una sonrisa. Eso, es algo que hacía tiempo que no veía en tiempos en conciertos en los que, muchos asistentes ponen cara de pasa y mantienen esa pose de “venga, impresióname”.
Los momentos mágicos se sucedían canción tras canción, con una Roseland Rhythm revue a plena potencia, desarrollando canciones del propio Farris y versiones que provocaron el éxtasis del que suscribe e, incluso, de la corista Regina McCrary; la cual no pudo evitar abrazarse emotivamente a Mike tras la interpretación de éste de una emocionante “A Change Is Gonna Come”. Este hecho, esa complicidad entre los músicos, el buen rollo que Mike da en el escenario es algo que, insisto, no se ve en conciertos a menudo.
No pretendo extenderme, ni daros envidia a los que, desgraciadamente, no tuvisteis la fortuna de asistir a esa celebración de gloria musical que fue el concierto. Pero si me gustaría sugeriros que, si tenéis la oportunidad, os hagáis un favor y asistáis a unos momentos de magia, Soul y Gospel Rock.
Lamento que las palabras se queden tan parcas y limitadas y no sea capaz de expresar todo lo que tuve la fortuna de ver y disfrutar el pasado lunes. Deberían de salir los académicos de la academia de la lengua a la calle, a buscar palabras nuevas que puedan definir toda la fiesta que Mike Farris And The Roseland Rhythm Revue.
La gloria, o lo que más se le parece.



lunes, 11 de octubre de 2010

Yesterday & Today "Facemelter"


Con unos meses de retraso (ya sabéis, San Fermín, agosto, vacaciones… es que no paramos!!), aquí tenemos el nuevo disco de los californianos que sorprendentemente, tal como están los tiempos, todavía conservan a quienes siempre fueron las dos cabezas visibles de la formación: Dave Meniketti, y Phil Kennemore. La verdad es que me ha sorprendido, y mucho. Yo no esperaba un trabajo de ésta calidad, está claro que por ésta banda no pasan los años, musicalmente hablando. En cuanto a inspiración están en plena forma, cosa que no se puede decir de muchos de sus compañeros de generación.

El disco en cuanto a sonido y calidad es de nota. Menudo sonido. Son conscientes de cómo debe sonar una banda de Hard Rock clásico, y así lo hacen, con el añadido de algún detalle de modernidad. En mi opinión es lo mejor que han hecho desde aquel lejano “Ten” de 1990. Que narices, tras muchas escuchas me atrevo a decir que es incluso superior. Las canciones siguen la onda típica de una banda de éstas características. Himnos rockeros que no tardarán en convertirse en nuevos clásicos. Y esa es la función de un buen puñado de canciones de éste álbum, idóneas para corear en directo puño en alto: “On With The Show”, “Shine On”, “Blind Patriot”, o “Hot Shot”. Variedad, buen hacer y buen gusto, canciones como la genial “Gonna Go Blind”, una especie de Heavy-Blues estilo Badlands, o “I’m Coming Home”, bluesera, es tan buena que parece cantada por David Coverdale, en serio, escucha esa voz y luego me cuentas. La mejor: “I Want Your Money”, tremenda, con un gran riff, gran estribillo, grandes coros.... increíble canción.

Lo peor: la intro (que manía tienen muchas bandas con empezar con una absurda “intro” que no aporta nada al álbum), también la duración (mal endémico desde que apareció el formato CD y hay que llenar los 80 minutos que dura un CD como sea) ¿Es obligatorio hacer discos de casi 80 minutos?. En mi modesta opinión, con tres o cuatro canciones menos, haciendo una criba, el disco sería casi perfecto. Y sobre todo la portada, que es mala de solemnidad. Es horrible. Que sí, que vale, que el autor es el mismo que les hizo las portadas míticas de “Black tiger” y “Means Streck”, pero con ésta ilustración el tipo se las ha metido doblada. En definitiva, una notable colección de canciones creadas por éstos “secundarios de lujo” que todavía siguen a lo suyo, sin hacer caso a modas.

Pero a pesar de todo ello el disco es buenísimo. Y es eso, la perseverancia de bandas como ésta, que siguen impertérritas haciendo lo que mejor saben hacer, lo que merece la pena. Y es esa perseverancia y tozudez de los “perdedores” lo que me admira, me admira la gente como Y&T, Cinderella, Badlands, Britny Fox, Ratt, Rough Cutt, L.A.Guns, Ennuf Z’Nuff, Junkyard, Nazareth, Dokken, Anvil, Foreigner, Rose Tattoo, Hanoi Rocks, Quireboys, Great White, Dogs D’amour, Keel, y muchísimos más. Todos ellos acariciaron el éxito, alguno de ellos incluso lo degustó, por un breve período de tiempo fueron considerados Rock-Stars. Todo ello para caer al vacío apenas uno o dos años más tarde. Pero aún son capaces cuando se lo proponen de parir un disco tan honesto como éste. Va por ellos.

P.D. Me acabo de enterar de la noticia: al gran Phil Kennemore le ha sido diagnosticado cáncer, y ha tenido que colgar temporalmente su eterno bajo (el mismo con el que comenzó su aventura en el grupo, eso se llama fidelidad, oiga) a fin de recibir tratamiento lo más pronto posible. La banda, a petición del propio Kennemore sigue de gira con un sustituto. Y digo sustituto, porque ese puesto en el grupo siempre será suyo. Desde aquí le deseo una pronta y total recuperación. Todos tenemos todavía en mente a Ronnie James Dio. Joder, que plaga.

viernes, 8 de octubre de 2010

Zachary James "Al Final...Rock n' Roll"


Cuando acostumbras a pasear por este país musical imaginario por lares más, digamos, campestres, dominados, en muchas ocasiones, por guitarras acústicas y armonías vocales, es maravilloso pisar el asfalto ennegrecido y ardiente del sol de California que transmite el genial Zachary James y su banda con un Rock n´Roll de alto octanaje, heredero directo de las mejores bandas de los setenta como pueden ser The New York Dolls, los mejores Rolling Stones, The Faces, el Alice Cooper de la década setentera o los T Rex.
Lo que este jovencísimo cantante, guitarrista y compositor de la zona de Ventura, Los Ángeles, nos ofrece en este disco titulado “All Seeing Eyes” es una manera de hacer y entender el Rock n Roll. Canciones llenas de melodía, electricidad, coros al más puro estilo glam Mott The Hoople, incluso Kiss de sus álbumes gloriosos tipo “Dressed to Kill”.
Pero no sólo del Glam-Rock se alimenta la banda ya que en canciones como “Nothing In Life Is Free” nos acerca al Blues-Rock más genuino. Y en temas como “Never Had It So Good” al Rock de influencias Soul cocinado por Phil Spector. O en canciones como “Hate To See You Leave” un Bob Dylan acelerado, alegre y fiestero.
La grandeza de Zachary James radica en el cariño con que se acerca a sonidos que una vez dominaron las ondas y cuya intención, al margen de la crematística, por supuesto, era la de abstraer al que se cobijaba bajo su paraguas de tres notas y menos de tres minutos de duración, de una lluvia ácida, cruel y sucia que se empeñaba, y aún lo sigue haciendo, en mostrar un paisaje gris y desolador.
La banda que acompaña al de Ventura cumple más que sobradamente con la contagiosa alegría y grandeza de los temas. Captain Trips y Dylan Ade se alternan en el bajo y este último, apoya con la harmónica varias canciones el disco. De igual manera, Keil y Robin Ryder hacen lo propio con la batería y Armand John Anthony se ocupa del slide guitar y las teclas, dejando a Zachary James manejar la guitarra, el órgano, el slide, el piano y cantar con descaro doce temas que no serán top 100, ni falta que les hace.
La alternancia de flores y cemento en esto de la música es un placer genuino del que no deberíamos privarnos ninguno. El campo no necesita puertas y la ciudad merece un horizonte infinito. Y Zachary James y su banda tienen magia suficiente para hacer realidad esos sueños de licra, lentejuelas, pañuelos de colores y mucho, mucho Rock n´Roll.


Zachary James & The All Seeing Eyes - Rescue Me

Zachary James & The All Seeing Eyes - Never Had It So Good


miércoles, 6 de octubre de 2010

Trust "Au Nom De La Liberté"


La memoria es un asesino caprichoso que, oculto entre las callejas oscuras de la mente, te ataca con recuerdos indiscriminados para, después, dejar un alma herida de nostalgia.
Para bien y para mal arrastramos el peso de los recuerdos y éstos, en ocasiones, se nos posan en el hombro como cuervos, a la espera.
Hace días amanecí con una canción que no había escuchado en años, en muchos años. De alguna manera mi subconsciente pudo pasar de contrabando la canción a mi mente consciente y martillearme con ella durante días.
Imagino que la situación social vivida estos meses condicionó, de alguna manera a mi cabeza para extraer de ese pozo absurdo que es la memoria la canción Antisocial; del grupo francés Trust.
En 1980 el chaval impresionable que alguna vez fui descubrió, de casualidad, como muchas cosas buenas, una cinta de casette con el titulo de Repression. La buena pinta de la banda me empujó a comprarla y, para mi sorpresa, una vez puesta en el reproductor, me estalló en el alma el tema Antisocial. Bernard Bonvoisin, su cantante, masticaba y escupía unas palabras cargadas de rabia y rencor hacia una sociedad egoísta e ignorante. Añadida a mi primera sorpresa inicial, el de una banda que cantaba Rock n´Roll en francés.
Las letras de Bonvoisin están dirigidas a un estado represor, manipulador y criminal que coarta la libertad del individuo y machaca al individuo. O lo encierra en cárceles, o lo manda al paro, o meramente, lo olvida una vez que se jubila.
El mundo que los Trust señalaban con un dedo acusador relega ese otro mundo del cual proviene la banda. Barrios marginales, familias desestructuradas y personajes sin futuro.
Leer las letras de su Repression es como lanzar un cóctel molotov contra todo lo conservador y “bienpensante” de la sociedad. En “Le Mitard”, se habla de las cárceles y todo el sistema represivo del gobierno francés. Incluyendo frases del enemigo público número uno del momento, Jacques Mesrine. Con “Monsieur Comedie”, le dan un repaso al Ayatolah Jomeini, refugiado en Francia en aquel momento.
Canciones agresivas, cargadas de sentido social y magníficamente interpretadas por el guitarrista Norbert “Nono” Krief. Vivi “Oak” al bajo y Jean Emile “Jeannot” Hanela a la batería.
Trust se separaron en 1984 aunque la banda se ha ido uniendo de manera intermitente y grabando discos con títulos tan sugerentes como “Prende pas ton Flingue”, No lleves tu pistola contigo. “Europe et Haine” Europa y el Odio o “Ni Dieu ni Maître”, Ni Dios Ni Amo, en los años 1992,1996 y 2000.
Alguien podrá argumentar que ese tiempo ya pasó y es absurdo, pasados los años, mantener un pensamiento radical. Pero, desde mi punto de vista, siempre he considerado que cuantos más años vives y más consciente eres de las cosas que han pasado, pasan y, desgraciadamente, van a seguir pasando, más radical debería volverse uno.
No obstante, si el tema social no va contigo, siempre quedará la manera tan sincera y arrebatadora con que la banda acomete canciones como “Passe”, “La Fatalite” y “Sors tes griffes”. Puro Hard Rock desde el corazón de unos tíos que sobrevivieron a un futuro Terminal empujando contra el muro de miseria y desesperanza con sus instrumentos y unas letras cargadas de verdad.

Trust - Passe

Trust - Fatalite


lunes, 4 de octubre de 2010

The Godfathers "A veces, la Fortuna es muy puta"


La caprichosa dirección que el puñetero Destino suele procurar a algunos grupos, relega a éstos a un lugar injusto en esas habitaciones cerradas de la memoria que raras veces solemos visitar.
Resulta entonces una pena que grandes canciones y grandes intérpretes desaparezcan del colectivo sin apenas repercusión ni reconocimiento. Este ha sido el caso de los cinco componentes del grupo británico de finales de los malditos 80, The Godfathers.
La banda se formó por el deseo de los hermanos Cyone de revisitar esa estética Rock n´Roll tan chulesca que tan bien supieron ostentar los magníficos Dr. Feelgood. Arrogancia, clase, actitud, intensidad, rabia, melodía…¿necesitáis más? The Godfathers tenían eso y mucho más que ofrecer tras su debút con el álbum “Birth, school, work, death” en el año 87. Precisamente las palabras que dan inicio a la canción del mismo título fueron realizadas tras la tercera victoria de Margareth Thatcher en las urnas. Y aquí radica una de las actitudes que más valoro de la banda; su compromiso político y su actitud frente a regimenes tan ultra conservadores. En aquellos años, junto a los galeses The Alarm, mantuvieron la llama del Rock n´Roll y del pensamiento crítico en un Reino Unido que se lanzaba en brazos de Madonna, Rick Astley y el National party.
The Godfathers canalizaron a un tiempo esa actitud proletaria y ese gusto por las canciones con rabia e intensidad en tres discos que tuvieron un resultado más bien discreto.
Tuve la suerte de poder verlos en directo en la sala Ilargi de Lacuntza y os aseguro que la presencia el talento y la energía que desprendía la banda eran apabullantes. Y eso que el cantante Peter Coyne sufrió una pseudoelectrocutación que casi lo deja en el sitio. Eran otros tiempos, supongo. Serenos con esa pose gansteril de los Cockneys londinenses y unas ganas de quemar el local con electricidad y Rock n´roll que para si quisieran bandas que son ahora los tíos más duros del negocio (y no citaré nombres para no herir sensibilidades y tampoco merece la pena)
Canciones como “Cause I Said So”, “She Gives Me Love”, la vacilona “Walking Talking Johnny Cash Blues” o esa veleidad Power Pop que se titula “Love Is Dead” permanecerán para siempre en mi habitación de las grandes canciones que se esconde en algún lugar de mi memoria.
Una pena que la banda no tuviese más suerte porque se la merecían y nosotros, seguidores del grupo, tambien nos merecíamos más canciones de esta gran banda.
Os dejo con unas cuantas canciones de sus tres álbumes incluyendo la genial, y de titulo más largo del mundo, creo yo: “Just Because You´re Not Paranoid Doesn´t Mean To Say They´re Not Going To Get You”.

The Goodfathers - Cause I Said You

The Goodfathers - Just Because You´re Not Paranoid Doesn´t Mean To Say They´re Not Going To Get You


viernes, 1 de octubre de 2010

Pure Grain "Transportando Rock n' Roll"



A veces la vida es como una mala peli de televisión. Deseas que faciliten tu siesta a las cuatro de la tarde y son olvidadas conforme la vislumbras en una vigilia cercana al sopor.
Imagina la historia: Hay un chaval, con su guitarra, sentado en un Bus de la famosa compañía norteamericana Greyhound, su destino es, como no, Nashville. Allí, ese chaval sin casa y sin apenas pasta en el bolsillo, asume que una ciudad como Nashville puede llegar a ser terriblemente intimidante. Así que Chris Taber, el acojonado chaval de esta historia, dirige sus pasos a lugares más cómodos y seguros en donde canta para los turistas, cocina en un garito de conciertos y comida llamado Dead Dog Saloon y, por la noche hace sus pinitos como singer/songwriter. ¿Parece tópico? Espera. Unos mendas lo ven tocar, uno de ellos dueño de un local, y casi, se lo llevan para Cincinnati bajo el brazo porque creen que allí es donde está esperando su futuro. Allí, un tío llamado Dallas Moore (en serio) le pone el apodo de “The Carolina Kid” y lo dirige hacia un grupo de músicos fantásticos que, aún no saben que son el germen de Pure Grain.
Las cosas parecen funcionar y en 2003, sacan el disco “No Regrets”. Desgraciadamente, como en todo mal telefilm, la mala suerte se ceba en la banda y lo que podía haber sido un gran inicio, se torna un callejón sin salida.
Taber cuelga la guitarra y agarra el volante de un camión. Primero ganarse la vida, después, cumplir los sueños. Este nuevo disco se inició en el año 2005 pero la realidad obligó a la banda a permanecer en la reserva hasta este 2010; momento en que la banda se vuelve a juntar en este magnifico “Out in the Storm” compuesto a partes iguales de Rock n Roll, Americana, Funk n´Blues y Soul tamizados por el engranaje de esa poderosa máquina que es el sur de los U. S. A.
El sonido de la banda se acerca a los clásicos de los setenta. Marshall Tucker Band o Average White Band y el ritmo de bandas como Blues Traveller. Todo ello cantado por la poderosa voz del carolina Kid que, por otra parte, semeja, en ocasiones, al legendario Bob Seger.
En Fuera de la Tormenta, los Grano Puro, cubren todas las expectativas para hacer de este disco uno de los grandes del año. Blues Rock en “The Truckin´ Song”, como no, habida cuenta del pasado del cantante. La dulce melodía de “When I´m Alone” o la poderosa “Farewell My Love”. Añádele a esto maravillas groove como Kid n´Funk Blues” o “Soul Food” cercana al sonido Allman Brothers.
Grandes canciones, maravillosamente interpretadas y cantadas por una poderosa voz que circula en el disco a la velocidad de un dieciocho ruedas

Pure Grain - Out Of The Storm

Pure Grain - Soul Food