domingo, 27 de septiembre de 2015

Lucero: Queda El Sentimiento


Últimas balas; balas hermosas, cargadas de poesía y color, de magia y luz de atardecer. de esa serenidad que revolotea el alma y que tan rara es que se te pose en el hombro y te susurre los secretos del universo al oído para que tu sonrías y te digas para ti mismo: ah, era eso..."
Últimas balas que son canciones poderosas, embriagadoras, lúcidas y repletas de una hermosa necesidad de trasmitir historias pequeñitas que terminan ocupando el universo entero que es el corazón de las personas que sienten, que son, que viven una vida chiquita pero cargada de la épica que gente como Ford o Pekinpah plasmaban en la pantalla. Porque la música de Lucero tiene ese algo de fronterizo, de crepuscular, de momentos que se pierden y en los que solo queda el sentimiento, la necesidad de hacer las cosas porque es lo justo y porque ya hay en el mundo demasiadas personas y cosas injustas.
Y es que la música de los de  Memphis esta teñida de esa literatura que gente como McCarthy, Don Cormac imprime a sus historias, esas caídas del caballo de la vida, de que éste te arrastre metros y metros en una galopada inmisericorde y que, aún así, te levante, trastabilles el alma, sacudas el polvo de tu corazón y te yergas ante una vida que se despliega ante ti, como el desierto.

En su web, los Lucero definen a esta etapa, gloriosa y hermosa, de su carrera hoy en día como:"triste Country Rock bastardo de Soul y R & B," Y, debo añadir, que poesía, de callejón, de bareto de mataos que no tienen ya ni lugar al que huir ni ganas de hacerlo. Pero también belleza y melancolía en momentos en que lo duro es mirar a quien amas y sentir que todo se ha ido desmoronando, que  te queda el recuerdo, que duele, pero que es lo único que te mantiene entero, "My Girl & Me in '93" una  de las preciosas canciones que ben Nichols ha compuesto para este "Todo lo un hombre debe hacer", hermoso titulo para un disco maravilloso y cargado de sentimiento, pasión, Soul, Rock and Roll y poesía. El álbum  contiene algunas de las letras más hermosas, vibrantes y melancólicas que Ben Nichols jamás haya escrito, Letras que se leen como capítulos de su vida, que hablan de  la dualidad de las relaciones, el crecer, el madurar, el envejecer tratando de entender tu puto lugar en el mundo.

Trabajando con el productor Ted Hutt por tercera vez en el famoso Ardent Studios,, los Lucero han expandido su sonido, o tal vez es mejor decir, lo han refinado. Su esquema sonoro es, básicamente, similar a sus anteriores y maravillosas obras;"1372 Overton Park" y "Women And Work"
Los músicos se han sentido lo  suficientemente cómodos para tomar algunos riesgos con una paleta de tonos nuevos, a priori más sosegados pero cargados de una  potente panoplia de sonidos que posibilitan el dar vida a las historias detrás de las letras y hacer que estas crezcan y se te enreden en el corazón para siempre. Y esto le debió pasar a Nichols para que, por primera vez, metan una versión en un álbum de la banda:" I'm In Love With A Girl" de los Big Star, porque la canción es de esas que se te quedan grabadas en la cabeza, como lo hace "Baby Don't You Want Me","I Woke Up in New Orleans", "The Man I Was"," Went Looking for Warren Zevon's Los Angeles" o "Can't You Hear Them Howl".

Decía la escritora Blaga Dimitrova:"No tienes derecho a mentir, escribe cada uno de tus versos como si fuera una despedida" Lucero, componen canciones del mismo modo. Intensas, teñidas del fuego que se te come el alma por dentro y que te vuelve poeta, idiota, frágil e invencible a la vez. Lo que Nichols  Roy Berry , John C. Stubblefield, Brian Venable, Rick Steff y Jim Spake nos regalan son las gotas de sudor que chorrean cuando sientes la vida como propia, y, a la vez, sientes que el amor no es un tren que se marcha, son sombras y luces que brillan en un escenario y descubrir que las cuerdas que atan la vida se sueltan si transformas la mano que acaricia en la mano que dice adiós Y es que a veces, las canciones nos salvan la vida de nosotros mismos y, lo que queda,es el sentimiento.








lunes, 7 de septiembre de 2015

Pete Berwick: La Luz Poderosa De Los Hombres Buenos


Cuando escuchas por primera vez ese intenso, emocional y maravilloso disco del músico de Nashville, Pete Berwick, lo primero que te llega al corazón, antes que a la cabeza, son imágenes de las películas de Sam  Peckinpah. Una banda sonora perfecta para esas escenas que se graban a fuego en lo más profundo del alma. Un fuego intenso y arrollador como el que transmite las canciones de Pete Berwick.

 Sexto larga duración de Berwick. Maduro. Hermoso, doliente, cargado con esa luz mortecina que brilla poderosa en las noches más oscuras. Un disco que se eleva por encima de tanta repetitiva cháchara insustancial de esos músicos que han retozado entre algodones mientras Pete cantaba y contaba lo que vivía.
"The Legend of Tyler Doohan" respira vida. Emoción y una acertada mezcolanza de estilos que hacen del disco un paseo por lo mejor de la tradición musical norteamericana. "She's Too Wild For Me" es puro Jerry Lee Lewis, mientras que canciones tan hermosas como "The Proof Is In The Whiskey" o "Cried My Last Tear" harían  llorar de envidia a Steve Earle o al mismo Bob Dylan.

Pete Berwick siente la vida como una canción, una última actuación, una manera de gritar su vida, su existencia misma. Al cantar, al hacerte llegar a golpe de corazón las mismas historias que has escuchado miles de veces pero con esa pátina de realidad, de callejón a medianoche, ahogado en lágrimas o vómito. De coches que van a ninguna parte, que estacionan en moteles que parecen tumbas y ciudades que desaparecen, como fantasmas en autopistas que engullen todo. De  amores que se rompen, de vidas que se resquebrajan de mundos que colisionan en un lamento en un grito en un llanto, sientes, y, ¡joder de que manera!, que esto es distinto. Que es verdad. Que esa historia que te llega rota, desde una garganta que se bebe la vida es profunda, dolorosa y bellamente verdadera.
Solo tienes que escuchar la canción que da titulo al álbum que cuenta una historia de la vida real y, a la par,rinde homenaje a un niño de 8 años que murió al intentar salvar a su abuelo en el incendio   que sucedió en el remolque al que se había visto abocado tras una puta vida de trabajo y miserias. ("demasiado jodidamente joven para que muera un hombre"), se lamenta Berwick, con su ronca voz ,conmovedora, encogida el alma y rabioso el corazón.

Desde su inicio con esta canción, las historias se suceden en un hermoso desfile de perdedores y corazones agrietados que resisten la vida como si fueran Sísifo; no en vano el álbum se subtitula"... Y otros cuentos de  victoria y  derrota.". En ellos hay espacio para el Barrelhouse honky-tonk, "She's Too Wild For Me" Sonido  Sticky Fingers y Country Rock. Vaciladas de viernes a la noche, "Keep Your Socks On o "Do not Look Down, Con una amarga descripción de lo que es tocar por esos pueblos perdidos de la mano de Dios y de Satan. Si te oyes "See You In Hell", parece que estés escuchando la segunda parte del mítico"Ghost Riders in the Sky" Pero es que además hay canciones tan bonitas como "Wait" o "Are You Sure I'm What You Want" , que se a convertido en una de mis canciones del año.
Todo lo que este tío hace lo hace desde muy adentro, desde ese tuétano del alma al que unos pocos privilegiados son capaces de acceder para teñir sus canciones de belleza, de horizonte, de lágrimas.
Pienso en "Smalltown Blues" o " Everything's Waiting" y me viene a la cabeza que Enrique Villarreal podría haberla incluido en cualquiera de sus discos. Tal es la pureza y la oceánica belleza con que algunos autores dotan a sus obras. Y, mira, buscando más semejanzas, Pete Berwick es un novelista con cuatro obras en su haber.

Más de 35 años en la música. Boxeando con la vida y en el ring, como amateur.
 "No se puede matar a un hombre nacido para pasar el rato" es el lema de Berwick, Y no es mala filosofía mientras viaja de pueblo en pueblo, con toda una vida de canciones a las espaldas y las arrugas de existir, de sentir, de ser, marcadas en cada esquina de su piel y en su maltrecha seis cuerdas.
Berwick brilla, como un crepúsculo, como un sol que, aún cansado de girar y girar por el universo, sigue brillando y dando calor a las almas que tienen un ratito para disfrutar de esa luz poderosa de los hombres buenos.