viernes, 31 de mayo de 2013

I Can Lick Any Son Of A Bitch In The House: En Serio, Con Este Nombre ¿Quieres Un Título Para El Post?



Hay nombres que son inercias, modas, costumbres. Absurdas apatías que no dicen nada de la persona, del grupo, de la idea que se pretende transmitir.


Hay nombres que lo son todo.

En el mundo venenosamente mediatizado de la música, los nombres son piedras al azar que descubres en el camino y que a veces no tienen nada debajo, otras bullen de insectos, y las más, se contentan con llamar la atención. Pero hay momentos en que el nombre es la piedra. Y la intención de nombrar a sí a un grupo de gente que tratan de ser creativos, es la de dejar clara la finalidad de bautizarse de ese modo.

I Can Lick Any Son Of A Bitch In The House parece dejar claro el interés del grupo por definirse. Trazando de manera rotunda ese modo tan personal de entender la música.

Abrazados a un estilo cada vez más cercano a mis adorados Lucero, los I Can Lick sacan al mercado “Mayberry”. Trece poderosas canciones llenas de una personalísima forma de ver la vida y sus alrededores. Puedes buscar un modo cómodo de caminar por el mundo. Dejando entrever, sólo a quien tú quieres y lo que tú quieres tu interior. La actitud que muestras para con el mundo, no es necesariamente el tú que tú eres. Y así, te expresas de otro modo, envolviéndote en tus canciones, en las canciones de otro, escribiendo o fabulando. Caminando entre sombras y claroscuros.

Mike Damron el factótum de I Can Lick Any Son Of A Bitch Of The House se mueve como un tren. A veces desbocado, otras sosegado pero siempre intenso, peligroso en su posibilidad de descarrilar y arrastrarte a ti por medio de sus canciones a un vértigo que nos es tantas veces necesario y tan pocas veces logrado.

Mayberry es una grabación exorbitante de gente enfadada que necesitan hablar sobre la locura del mundo que habitan, y los muy cabrones, tienen la posibilidad y la libertad de hacerlo.. Damron cuenta con la inestimable ayuda y complicidad de Jon Burbank (guitarra), Mole Harris (bajo), Flapjack, Texas (batería) y un inconmensurable David Lipkind en la harmónica.

Desde que en 2001 iniciasen su singladura, la música francotiradora de Damron y su gente ha focalizado numerosos objetivos como Charlton Heston, la Iglesia Bautista de Westboro y el puto Ted Nugent.¡Joder, sólo por este último y el primero, esta banda estará en mi corazón para siempre!

Te escuchas “Mayberry” la maravillosa “Break All Your Strings”, “I Give Up (The Puppy Song)” o “It Don't Get Much Better Than This” y constatas que estás ante un disco cargado de veneno una rabiosa declaración de intenciones, un descubrir un corazón que arde y puede consumir todo lo que se acerque sin saber qué tiene enfrente.

Enfadados, irónicos, felices de ser esos cabrones a los que miran mal, los I can Lick se pasearan por ese mundo que algunos creen controlado y dominado como una manada de lobas.
Yo, al menos, me voy a  dejar arrancar el cuello.

Y, si por lo que sea tienes curiosidad por el origen del nombre del grupo, decirte que lo sacaron de la biografía de John L Sullivan, Mike Damron dixit. Un ex boxeador que soltó esa maravilla a quien quisiera escuchar.
Y tú, ¿Quieres escuchar?


 I Can Lick Any Son Of A Bitch In The House:Break All Your Strings


I Can Lick Any Son Of A Bitch In The House: It Don't Get Much Better Than This





miércoles, 29 de mayo de 2013

The Wild Feathers : Ese viento salvaje que nos levanta del suelo


El viejo avanza malhumorado por la calleja secundaria de esa pequeña ciudad o, puede, que sea un pueblo demasiado grande.- Al menos, sus habitantes sí que son putos pueblerinos- se asegura el viejo disparando miradas de desprecio como un B-52 disparaba sus 14,5 desde las troneras.

Sus ojos asesinan a un cielo cubierto de distintos tonos de gris.-¿Esto es una puta primavera?- se pregunta, escupiendo saliva por una boca que parece estar siempre rígida y amargada. Y, aún con ello, prosigue a buen paso su marcha hacia el garito situado en la trasera de un bar-restaurant de comida familiar.

El local aprisiona en sus paredes miles de canciones. En sus suelos cientos de conciertos. En el espacio indefinido que comprende el lugar, en su aire estancado, flotan notas y melodías y punteos y aullidos y cerveza rancia y sudor y risas.

Si te concentras, escuchas como se rompen corazones en 3,50 minutos, como se enamoran dos personas para siempre en 4,05 minutos. Como se pelea o se ríe, como se arregla el mundo o se inicia una revolución en 3,45 minutos. O, incluso,  se oyen los ecos de historias épicas de redención, de caída, de almas que se disipan en el aire mortecino de la mañana en 6,30 o 9,00 minutos.

-Cuantas cosas he visto y oído aquí- se dice el viejo con satisfacción. –Buenas canciones, buenos músicos…¡¡La ostia que tiempos tan cojonudos!! Y eleva su cerveza a modo de solitario brindis dándole un largo y satisfactorio trago. Mira a su alrededor…Mucho pelo canoso, cuando lo hay, mucha barrigona y mucha arruga y michelines y tetas caídas y demasiado maquillaje que no oculta unas arrugas que gritan demasiados años vividos.

-Muy pocas personas jóvenes- se dice- Para ver a una banda de jóvenes de Tennessee. Sus ojos se posan en una rubia espectacular que sonríe con dulzura a un carcamal que la mira embobado.-¡¡La ostia!!- bufa el viejo.-Que pena, si el tipo tiene que tener mi edad…Bueno, al menos tiene buen gusto el muy cabrón. Ya veremos si pasa lo mismo con los…los… ¿Cómo coño se llamaba la banda? Un cartel situado en una columna reza: “Tonight…The Wild Feathers”-¿The Wild Feathers? Espero que no sea una banda homenaje a Village People-Se chistea el viejo al par que esboza una sonrisa socarrona.

El viejo pierde la mirada por el local y no es consciente de que cinco chavales están ya en el escenario y arrancan el concierto con “Backwoods Company” la primera canción de su álbum de debut de título homónimo.

El trallazo pilla desprevenido al viejo. Su mirada busca los bafles del aparato de música del local, pensando en alguna canción de los setenta que suena a toda ostia, pero la sístole y diástole de la membrana  del speaker permanece inmóvil. –¡¡Son los putos críos!!-se dice asombrado. “American” y “Hard Wind” casi le arrancan del taburete. -¡La ostia, si parecen unos Byrds o unos Eagles encabronados! Los maravillosos juegos vocales de  Ricky Young, Joel King, Taylor Burns y Preston Wimberly más la batería de Ben Dumas te empuja a soñar con Crosby, Stills, Nash y Young o con los Eagles pero con la mala ostia de los Led Zeppelin o los MC5.

Las canciones se suceden ante el asombro del viejo. Suenan “I Can Have You” y “The Ceiling” tan setenteras., tan suyas. Suena “Tall Boots” y “Left My Woman” tan dulces y deliciosas como el beso que la rubia le da al carcamal y que lo eleva dos palmos por encima del suelo. Suena, ante el éxtasis del viejo, “Got It Wrong” y “I´m Alive” y el viejo sonríe, se deja llevar por la fuerza y la pasión, se desprende de los años como de la ajada chupa de cuero. Tiene calor, tiene una sonrisa en la cara, tiene Rock N Roll y Folk-Rock, y canciones que suenan de puta madre. Tiene a unos chavales que, simplemente tocan y disfrutan de la música. El alma se le escapa con la risa, lo levanta, a él también, dos palmos por encima del suelo y, flotando en el garito, tiene cuarenta años menos…Y es feliz.







lunes, 27 de mayo de 2013

Black Star Riders : Cabalgando la electricidad y el fuego... Llegan los Jinetes


Había en aquellos días, hace una vida ya de ellos, una arrebatadora emoción con la salida de sus nuevos discos. Mi mirada, e imagino que también alguna de las vuestras, se agrandaba ante las portadas y contraportadas de esos vinilos.

 Me arrebataba la curiosidad ante esa extraña grandiosidad de sus poses fotográficas, los logos con el nombre de la banda o el título de la obra, esa estética, luego sabría que cuidadísima, de desafío, de chulería; ese olor a Rock machote, a distorsión, a electricidad y a todo ese  fuego en el alma que estallaba en tus entrañas y alcanzaba el exterior de tu vida, creando mares eléctricos, ríos de sonido, modificando las costas y la tierra interior que eras tú para siempre. O, al menos, para un par de meses, hasta la salida y compra de aquella nueva maravilla, aún ignorada.

Estaban el “Allied Forces” de los Triumph, y el “Don´t Say No” de Billy Squier, el “No Mean City” de Nazareth y el “Signals” de Rush; el “Nobody´s Fool” de Slade y el “Dream Police” de Cheap Trick y también el “Rock In A Hard Place” de Aerosmith.

Y estuvo Thin Lizzy y su “Chinatown”.

Discos, paras mí, distintos, únicos, rebosantes de una magia y un poder subyugantes. Y claro, toda esa mística y esa mítica del Rock N Roll que te susurraba al oído que te encontrabas ante algo más que un disco de Rock. Que eso que ibas a escuchar, seguro que, al menos un mes seguido, era mucho más que diez o doce canciones de una banda a la que tú, pobre chaval de provincias, jamás podrías ver en directo. Así, la imaginación se disparaba y tus días eran un sueño cargado de electricidad y momentos insuperables que duraban tres coma cincuenta y cuatro segundos de  apasionado desvarío.  Entonces encarabas la vida con la intensidad de un rock N Roll y esos momentos, esas sensaciones de intensa pureza te marcaban para siempre.

Con los años, con la vida arrastrándote o llevándote a trompicones hacia tu futuro, con los cientos, miles, tal vez, de canciones, esas sensaciones se van diluyendo y ves la música de manera distinta. Adaptada a ti como un apéndice que siempre ha formado parte de tu vida.

Pero hay veces…Hay veces que ese sentimiento, ese viento emerge desde muy adentro e hincha las velas de esa embarcación llamada emoción dirigiéndose al puerto que es tu vida y te arranca de tu tierra firme transportándote a mares de Rock N Roll e islas con forma de canción.

Black Star Riders son mi nave ahora. Su “All Hell Breaks Loose” me ha provocado esa sensación poderosa y dichosa de estar ante algo grande, lleno de fuerza y sentimiento. Doce canciones que arrastran mi corazón hacia la emoción de escuchar temas poderosos hechos desde muy adentro.

Scott Gorham, mítico solista de Thin Lizzy desde 1974 a las guitarras, Marco Mendoza al bajo, Damon Johnson de Brother Cane a las guitarras, Jimmy DeGrasso a la batería y Ricky Warwick de los Almighty a la voz y a las guitarras son los Jinetes de la Estrella Negra. Una banda de Hard Rock de hechuras clásicas que beben de todas las grandes bandas que en aquella mítica década nos dieron momentos gloriosos.

El disco fue grabado en enero de este año y su sonido es una delicioso cambalache de sonidos Hard- Rockeros cuyo eco nos recuerda a los Thin Lizzy, el single "Bound for glory",  "Kingdom of the lost", irlandesa y muy Warwick de sus discos en solitario, y temazos que se acercan al sonido Almighty, como "Bloodshoot" o esa puta maravilla que es  "Valley of the stones" . Las canciones están llenas de vida, de fuego, de apasionados punteos y letras poderosas. Óyete esa contagiosa melodía de "Kissin´the ground" o "Somebody salvation", y el fabuloso colofón de "Blues ain´t so bad” y tendrás ante ti a una banda como esas de antaño. Esos grupos que te arrancaban el alma y te la desmenuzaban entre los surcos del vinilo para sembrar allí un sentimiento tan intenso y profundo que, hoy en día, aún te hace estremecer.

"All Hell Breaks Loose"   tiene todo eso y más. El título, tomado por Warwick de los logos con que se pintaban algunas bombas durante la segunda guerra mundial, posee esa brujería única e intensa de una época llena de magia. Desde la portada a la actitud del grupo pasando por el tiempo en que se grabó el álbum del ocho al veinte de enero, ideas claras, canciones y ganas de hacer Rock N Roll.

Miro al chaval que fui, atisbado entre las arrugas que me devuelve el espejo y se, que el cabrón se lo está pasando de puta madre.


Black Star Riders - Valley Of The Stones

Black Star Riders - Bound For Glory


viernes, 24 de mayo de 2013

US Rails : Railes que sueñan con ser Aguilas



Una de las partes integrantes de este organismo bicerebral que se ocupa del espectacular desarrollo de este blog infernalmente celestial, estaba en el punto de mira del señor Rancio de manera permanente desde hace días. El muy ladino fantaseaba con la adquisición de este nuevo e increíble discazo de los norteamericanos US Rails: “Heartbreak Superstar”. Recién salido al mercado, los trece temas de esta cuarta entrega discográfica, han hecho las delicias de este que suscribe y de su contrapartida cerebral; porque ¡¡la ostia!! El quinteto musical ha firmado uno de sus mejores discos hasta la fecha. Si, por increíble que parezca, US Rails han mejorado su “Southern Canon”. El desarrollo estilístico de esto chicos de cuarenta y todos para arriba está en un punto álgido. Creativamente superan sus obras anteriores. Ninguna canción que baje la media, ningún tema que digas:-No está mal- nada que no te absorba las orejas y el corazón durante las treces canciones que conforman el álbum. Una puta y absoluta delicia.

Joseph Parsons a las guitarras acústicas y la voz y las voces, Ben Arnold  a las  guitarras acústicas el  piano el  órgano y la voz y  las  voces, Scott Bricklin al bajo las guitarras acústicas , el órgano y las voces y Matt Muir a la batería y las voces y Tom Gillam  con la  guitarra eléctrica la  slide guitar y las voces han creado un monstruo embriagador, un animal que respira talento y devora aburrimiento, que desuella cada brizna de pesar y apatía dándonos  ese empujón que te arranca de la tierra y te lleva a ese sitio que se llama placer. Música, letras, admiración, puto Rock N Roll, americana, Folk- Rock, y ese sonido Eagles que va adquiriendo parcela a parcela su lugar entre los travesaños de los US Rails.

“Follow the Lights”, “Heaven Right Now”,” Devil in My Hands “, “Fearless” o la que da título al disco es una delicia que  te obliga a cerrar los ojos y a sonreír, a buscar el cielo azul, incluso a través de nubes grises. Y de eso se trata ¿no? De buscar ese momento único que te distingue como ser humano, que no te pone por encima de los demás pero que si pinta una luz en tus ojos y construye una sonrisa en tu cara que nace desde tu alma y se extiende hacia aquellas personas que, como tú, sufren esa sensación poderosa y adictiva que es sentirse vivo y lleno de música.

Yo sé, por ejemplo que “Most of It” o “Follow The Lights” son de esas canciones que le cantaría al sol de medianoche que alumbra mi vida. Ese tipo de bandas sonoras que el corazón necesita para sentirse vivo y bombear sangre  con la alegría de un viaje hacia ese horizonte que nunca se alcanza y que siempre estará allí, para todo aquel que desee ser feliz. O eso que se le parece.


US Rails - Follow The Lights

US Rails - Most of It





miércoles, 22 de mayo de 2013

La Que Se Avecina...(O Cómo Un Lapo es La Peor Tormenta Para Algunos Y Una Sonrisa Es Un Cielo Estrellado Para Otros)



El señor Rancio mira a través de su ventana. Tan limpia y pulida que produce desprendimiento de retina mirarla más de dos minutos seguidos.
Los ve pasar por la calle, sonriendo. Parecen casi felices, se murmura a sí mismo. Y una mueca de disgusto que sueña con ser desprecio, rompe su rostro, vestido de rictus de asco permanente. Demasiados años de pensamientos amargos y cargados de censura.

¿Cómo sonríen?- Se pregunta- ¿Acaso sus ilusiones pueriles les sofocan ese incendio del alma que muchos padecen? ¡Qué idiotas!- afirma con la rotundidad de aquel que se sabe poseedor de la verdad absoluta- Ya verán ya, cuando la realidad les coja por los huevos..A ver dónde termina esa sonrisilla.
Y es que el señor Rancio sabe que a este mundo se ha venido a sufrir. A lamentarse, a rogar y a sentirse humillado y ansioso por abandonar este fangal lleno de pecado. Sabe que las ilusiones, por pequeñas que sean, son un lastre que, si estás flotando en ese mar embravecido que es la vida, amenazan con arrastrarte, irremisiblemente al fondo oscuro y sin retorno que es la frustración, la desilusión.
El señor Rancio no comprende, ¿Ilusionado, por un disco, por unos minutos de música hecha por unos vividores que nunca se han esforzado ni sufrido el día a día? ¡¡Que idiotez!!- Clama el señor Rancio- ¡Que pérdida absoluta de la dignidad!.

Y, ¡Caramba! es que no es para menos. Esta.."gente" se ilusiona con la salida, dicen que el 24 de junio, con el nuevo disco, después de tantos años sin nuevas canciones, de doce ilusionantes temas incluidos en el disco "Beautiful Curse" de los británicos The Quireboys. Con una canción que ya me ha enamorado por su título. "I Died Laughing" ; y con un primer single, "Too Much Of A Good Thing" a-co-jo-nan-te.
Pero es que, ¡corcholis!- piensa encabronado el señor Rancio- en julio, el 23, concretamente, el tambien británico James Maddock, saca al mercado "The Good Life". 13 canciones con la intensidad de, por ejemplo, "Don’t Go Lonely," y que siguen la senda de ese magnifico disco, "Wake Up And Dream", posteado en ese magnifico blog llamado Necesito Un Rock n Roll.

 Una locura-piensa el señor  Rancio que, asqueado aparta la vista de la ventana, aunque el pensamiento le sigue como una mosca en verano y su cabeza comienza a sobrevolar la nueva obra de del guitarra de los Foo Fighters, Chris Shiflett y su banda: The Dead Peasants, y lo que promete ser un curioso experimento titulado “All Hat and No Cattle” versiones de clásicos del honky tonk, de gente como Waylon Jennings o Merle Haggard, por poner dos pesos pesados, más una canción propia.


Y para terminar ese punk reconvertido en singer songwriter llamado Jesse Malin, que tiene 40, ¡40! canciones de las cuales no se sabe cuantas entraran en la continuación discográfica de su "Love It To Life", el cual, sin embargo, era un directo en acústico. Hecho este que hace que los seguidores del ex D-Generation, babeemos pensando en nuevos temas del neoyorquino.
Demencial-se dice a sí mismo el señor rancio. ¿En que estan pensando? Ilusión, momentos de pura emoción por escuchar una canción nueva de un tipo que ni siquiera sabe que existes. ¿Y todo para qué. Para abandonarte durante unos minutos a esa locura llamada música. para obviar el mundo por unos momentos y dejarse caer en los brazos del niño, de la niña que se ilusiona con cualquier cosa? ¡¡Que absurdo, que locura!!
El señor Rancio cierra las persianas de su casa, hasta abajo. Las de su corazón ya las cerró hace años. Se aparta de la ventana como se ha apartado de la vida, con dignidad, con orgullo, fuera, la vida sigue, el mundo brilla, se muere y también se vive. se ríe, se ilusiona, se alcanza un día más y el mundo sigue girando y la música suena en el corazón de todos aquellos que quieran escuchar.















lunes, 20 de mayo de 2013

Records Of Interest : Treetop Flyers, Beth Hart & Joe Bonamassa



Te están vigilando. Las compañías discográficas, las más grandes y las más pequeñas saben todos tus secretos. Te espían todos los días y todas las noches..demasiados discos demasiados grupos, tan poco tiempo…
Las compañías lo ven todo , bandas de Rock, bandas de Pop, bandas de americana, de Alt-Country, de Heavy Metal, de Rockabilly, de Blues..Los grupos en sí, no van a actuar para presentarse ante ti..Por eso hemos decidido actuar nosotros. Trabajamos para ti...Sea el estilo que sea, si consideramos que merecen la pena los encontraremos para ti.

                            Treetop Flyers - The Mountain Moves (2013)







                              Beth Hart & Joe Bonamassa - Seesaw - 2013



viernes, 17 de mayo de 2013

Jacky Danny : Estás en la otra orilla del Yang Tse, forastero



Dice la leyenda que cuando se estrelló la avioneta en la que viajaban Buddy Holly, Richie valens y J. P. Richardson en 1959, el día que la música murió, como cantó Don McLean, un pedazo de ese avión que ya era leyenda de la música y del Rock n Roll salió disparado hacia los cielos, donde un tornado lo envolvió y arrastró miles de kilómetros hasta hundirse en una tierra ignota, ajena al Rock y llena de tensiones sociales y miedos que son ancestrales y que los mismos hijoputas reinventan cada día, cada siglo para sojuzgar y parasitar del pueblo.

Dicen que, con los años, ese pedazo de metal mítico reverberó de tal modo que una oleada de puro Rock N Roll empezó a crecer en esa tierra.

Y así, llegamos al año 2010 cuando en la ciudad de Beijing, a la sazón capital de la república popular China donde cuatro chavales se lanzaron a componer canciones con una poderosa ascendencia angelina. Una capa de tintura de puro Sleaze Rock que estalla en un disco  aparecido en enero de este año. Diez canciones en un álbum de título homónimo magníficamente interpretado por Bobby.Li, Xinfei , cantante y guitarra rítmica, Jack Cheung guitarra solista, Lil' OO al bajo y Johnny Wong a la batería.

Para flipar ¿no?                          

Canciones como “From The 80s”, “The Cowboys Ain't Dyin'” o “You Can't do it Like I do it” temas que tienen esa ascendencia de gente como Cinderella, Faster Pussycat, Krokus, Hanoi Rocks o los Rolling Stones.

Y no suenan nada mal. Hace nada la banda publicó un EP titulado “Zip Up” donde recrean canciones que grabaron por primera vez en aquellos lejanos años de sus inicios y que ya grabaron en su primer disco. Pero regrabadas y potenciadas para nuestro deleite.

Además, a las canciones ya conocidas se une “Part Time Love” puro Rolling Stones con la interpretación de Jack Cheung a las voces y unas de las que más atractivas me resulta de esta inusual banda del extremo oriente.

¿Es exótico? Por supuesto. Pero que esto no nos empuje a pensar que sólo por ello están en este blog. Jacky Danny hacen buen Hard Rock. Poderoso, fogoso y lleno de Rock N Roll.

No sé si esto significa lo que Phillip K. Dick dijo acertadamente hace décadas y ”El imperio nunca tuvo fin” y significa que estamos bajo la bota para siempre. O bien, que el mundo está despertando y la música pasa de etiquetas y tópicos.

Ojalá que sea lo segundo porque, la ostia…esta revolución  tan necesaria, está tardando demasiado en llegar.





miércoles, 15 de mayo de 2013

Willie Nile : Soñé con Rosas de Medianoche y Flores Vagabundas



Envuelto en la oscuridad abrazando al sol de medianoche que me da luz y vida, me voy cayendo en un sueño, en otro sueño hacia calles que nunca he visto, camino por ciudades donde nunca he estado y llego a barrios donde, ahí sí, sueño con vivir.

Estoy en  Bleecker Street; miro a aquellas personas que se cruzan con otras personas, todas maravillosas, llenas de luz, de magia. Frente a mí, la descascarillada pintura del pub me hipnotiza, exigiéndome traspasar su puerta y adentrarme en la calidez del interior del garito. Tomo asiento junto a un pequeño gran hombre que me saluda con un leve cabeceo. Le sonrío - ¿Qué pasa Willie? El músico neoyorquino toma un sorbo de su cerveza:- Ya ves, pasando el tiempo antes de ir a buscar a mis nietas al colegio. Miro esa fuerza sosegada que Nile posee a raudales. Igual que una presa a punto de reventar y desatar toneladas de agua al exterior.

-Vaya discazo te acabas de marcar colega- le digo al par que señalo al camarero para que nos sirva sendas cervezas.

-¿Te ha gustado?

-Me ha encantado, me ha envenenado, tío. – Willie sonríe- Estoy muy contento y orgulloso de él.

-Y no es para menos- secundo. Las doce canciones de tu “American Ride” son soberbias. Y la idea de que fuera la gente que te conoce y te sigue quienes eligieran los temas que habéis grabado, me parece cojonuda.

-Bueno- dice Nile- Es para la gente, es lógico que sean ellos quienes al final decidan ¿No?

-Sí, claro- asevero irónico- Como hacen los Rolling.

-No empecemos con los Rolling- Recrimina en broma el músico.

-No, no...No merece la pena. – Al contrario que tu disco. ¡Joder, medido e intenso,poderoso y, la ostia, sobre todo alegre! Eso es una de las cosas más bonitas y llamativas que veo es tu álbum Willie. Desde “This is Our Time” a “Life On Bleecker Street” y pasando por “Say Hey” o “There's No Place Like Home”, cada canción es una sonrisa, un estallido de ganas de vivir de bailar la canción de salir al cielo azul, al mundo donde el sol, la vida, los sueños nos envuelven y tiran de nosotros para que salgamos a jugar como lo que de verdad somos, niños.

-Willie sonríe, exageras, parece decir con la mirada. Sólo son canciones. Y sí, tiene razón. Sólo son canciones. Pero las palabras a las que lleva de la mano la música están llenas de verdad, de fuego, de luz, de intensas miradas al mundo real. Y ahí está una de las cosas más bonitas de la música de Willie Nile. El que, a pesar de ver el mundo como es. De mirar la tele y constatar la miseria, el dolor, las injusticias, de sentir las cosas que se padecen cada puto día que se pasa en este cambalache absurdo que es la vida, Willie, trata de ver la pureza, de encontrar esa luz que brilla entre la podredumbre, de empujar hacia adelante y salir al escenario con una sonrisa, de pasear por el mundo con ganas de mejorar, de dejar una tierra que merezca la pena para sus nietas, para la gente que sonríe en sus conciertos,  y con las personas que se cruza en la calle.

-Eres un buen tío- Le digo a Willie. El músico alza la jarra de cerveza a modo de brindis. –Y, además, ¡coño, Willie, te marcas una puta versión de la ostia, de “People Who Died” del puto Jim Carroll…¡Joder Willie, Jim Carroll. Ese cabrón supuso la ostia para mí en su momento!

-Ya veo que te gusta- dice Nile- Me alegro hombre.

-Y yo me alegro de haber tenido una charla tan agradable contigo tío. Pero siento que me voy a despertar así que…

-Así que, venga un abrazo- dice Willie. Y claro es un placer perder su menudo cuerpo entre mis brazos.

Siento la luz del sol hermoso que arde a mi lado, mi alma se despereza poco a poco. ..Salgo del pub como salgo del sueño. Pero antes, no puedo evitar volverme con una sonrisa. Tengo una última cosa que decirle a Willie: - Eh Willie- le digo - ¿Sabes que tienes un pelazo que parece un tejón de pie?

- Nile sonríe – Si- dice y eso es lo único que evita que salga disparado y comience a orbitar en el campo gravitatorio de tu inmenso trasero.

Las risas me acompañan en el despertar y mucho, mucho más allá.



Willie Nile - This Is Our Time

Willie Nile -  She's Got My Heart



lunes, 13 de mayo de 2013

The Quireboys Y Willie Nile : Un Lujo Para El Rock N Roll


La ilusión, la emoción, las cosas pequeñitas que son capaces de cubrir el cielo son tan fáciles o difíciles de alcanzar como uno desea.
Desde luego que se puede soñar con una vida de lujo y bacanal, con mansiones y viajes jet-set. Se puede exigir ese derecho a lo extraordinario del mundo que, al parecer, viene con el ADN, y no, yo no lo encuentro. Y las mejores personas que conozco, también carecen de él.
 Porque, en realidad, lo extraordinario del mundo, no son noches lujosas en hoteles de 1900 euros la noche, ni humillaciones de aquellos que les tienen que servir y aportan a ese ego embarrado y mísero su dosis diaria. Prefiero, necesito más bien, hablar de algunas de esas personas maravillosas que conozco. Personas maravillosas que compartieron conmigo unas horas de puro, puto y acojonante Rock N Roll. Personas que vieron hombro con hombro y cerveza con cerveza esos momentos mágicos que cambian la vida de la gente, por unos momentos que pueden ser eternos. Personas a mi lado y personas maravillosas sobre el escenario. Gente que para muchos,  siempre o casi siempre, han sido considerados músicos de segunda. Esos que imitan a los “graandees” y que nunca llegaran a llenar estadios, ni alcanzaran esa gloria multitudinaria de la que otros gozan.
Y ni puta falta que hace.





Y es que The Quireboys y Willie Nile cubren el cielo que yo necesito mirar cada día. Dan viento a mis alas con cada canción arrancada del alma y ofrecida a todos esos cabrones afortunados que tuvimos la puta fortuna de tocar esa gloria segundona de músicos gloriosos. De autores de corazón, de gente que se cree lo que hace, que disfruta, ¡¡caguen dios!!, con lo que hace y por extensión, hace disfrutar a los que, a dos pasos de ellos tuvimos la suerte de pasar unas horas de memorable y decadente Rock N Roll.
Miraba las caras de la gente, buena gente, os lo aseguro, y los veía sonreír, del mismo modo que yo lo hacía. Sonreían porque en esas horas, no eran sólo ellos, eran sus vidas brillando, saltando, bailando, emocionándose, sintiéndose mejores y, por lógica, siéndolos. Olvidando los grandes y los pequeños problemas, creciendo desde el  alma y tocando las estrellas.
Spike con un pie roto o casi, se marcó, junto al resto de Quireboys un show memorable. Con un par tío. Otros suspenden la gira por un catarro y tú te pegas dos horas en escena, casi como Papá Legba, con un puto vudú que te tuvo de pie y haciendo Rock N Roll desde las tripas.
Willie Nile, ante un reducido grupo de personas, levantó el puto teatro donde actuaba a base de coraje, corazón y cojones. Nos emocionó, nos puso de pie, nos hizo sonreír, nos regaló luz y abrazos y maravillosas sensaciones a nuestros corazones y a nuestras caras.
Nueve músicos en dos días distintos. Nueve profesionales que arrancan chispas a sus instrumentos; pero, sobre todo gente encantadora. Personas luminosas y cercanas. Aquellos que pudieron llegar a ser y no lo fueron, o no les dejaron,  o no quisieron.
Puro Rock N Roll, tan necesario como el aire que respiro, Tan intenso y adictivo como la buena gente, mi gente... Con quienes  compartí esas cuatro horas gloriosas al margen del mundo real. Me llevo abrazos, promesas de más música por parte de gente grande que nunca llenará estadios...¡Me llevo un discazo de Los Beatles maravilloso..gracias tron!
Y ahora.... A por todos los demás.










viernes, 10 de mayo de 2013

The Dimestore Junkies: Siempre es Invierno en los Aeropuertos



Existen lugares que respiran distinto.

Lugares ajenos al día que se desparrama alrededor de lo cotidiano.

Hay una dulce tristeza en los andenes de las estaciones donde chapoteamos despedidas mientras esas miradas que siguen a los trenes que se alejan, se pegan a la ropa, o revolotean como enjambres de mosquitos, el aire antiguo de esas estaciones.

Y, claro, también el de los aeropuertos.

Aunque los aeropuertos parecen hechos de otoño. Con todos sus sonidos amortiguados por la nieve. Esa nieve que se oculta tras los grandes ventanales y bajo la imitación de mármol de los suelos de las terminales.

Las estaciones y los aeropuertos. Algunas calles, algunos bares, albergan una épica de lo cotidiano. Un ritmo ajeno al mundo fuera de ellos. Si, sé que los ruidos, el constante ir y venir, las prisas, las ruidosas despedidas, parecen retar a mis palabras a retractarse y claudicar, a reconocer que me equivoco.

Esto es así…En el mundo real. Yo hablo desde esa mirada que está dentro de cada uno, de cada una. Esa mirada que demasiadas veces dejamos que se cubra de legañas, por acción u omisión. Muros que ponemos nosotros y que también nos ponen.

Yo miro de otro modo esos lugares. Estaciones y aeropuertos llenos de invierno. Estaciones y aeropuertos que necesitan una banda sonora. No música de ascensor, sino aquella que refleja los sueños, las esperanzas, los miedos y las tristezas y también, las risas de las personas.

Hoy oigo la lluvia triste abrazándose a los coches aparcados, encogiendo a las personas en sus cuerpos, quien sabe si en sus miedos.

Hoy, cuando escribo, el día se ha vestido de invierno y la lluvia que cae parece la mano traslúcida de un ángel que busca el corazón de las personas agotadas, el alma de los hombres dormidos.

El día ha puesto hoy nieve en mis tardes de sol. Pero, de igual modo que sé que “Skyline”, de los Dimestore Junkies, dura cuatro minutos y siete segundos, sé y necesito creer que el día se marchará con el invierno, a rastras, si es preciso y mañana habrá luz y Rock N Roll y canciones como “Where Loose Ends Meet”, “Holden Caulfield And I” o “Everything Is Broken” del nuevo disco de la banda de Hässleholm, Suecia.

Las once canciones que el sexteto sueco acaba de publicar “With No Permission To Land ” sigue la senda del maravilloso “Skyline”, disco del cual toman “prestadas” cuatro canciones para su nueva obra. Canciones que suenan diferentes, más intimas, más sentidas, quizá, y, esta es mi percepción, menos espontaneas, pero preciosas, poderosas. Puro Rock N Roll  de texturas cercanas a esos grandes músicos norteamericanos llamados Springsteen, Nile, Petty.

La voz de Jorgen Johansson engancha, atrapa las orejas del alma y te toma por el corazón para liberar el invierno que pueda haber en tu interior y empujarte, despacito hacia ese nuevo día que, si lo deseas, te espera cada mañana.

Las calles siguen empapadas de agua de lluvia; anegan algunos momentos. Pero, como en todo, la lluvia termina, las nubes se siguen persiguiendo por un cielo siempre cambiante, siempre un poco más lejos. Y el sol se asoma por las esquinas del mundo prometiendo todos esos amaneceres que nos merecemos, todo el calor que una vida que necesita ser vivida, precisa.

Nuestros pasos, aún pisando charcos, deben de sonar como un Rock N Roll…Porque, al fin y al cabo, necesitamos un Rock n Roll.




miércoles, 8 de mayo de 2013

Lucero : Todas las carreteras que nos esperan



Existe, al menos para mí, un tipo de música que transforma los sonidos en imágines y sentimientos tan poderosos que desconectan mi vida del mundo, precipitándome a paisajes, a sensaciones a otras aventuras, a otras vidas.

Lucero posee una magia que, para mi desgracia, ha sido ajena a mi vida y con la cual, aún así, me identifico.

Esa magia se ha ido apoderando de los últimos trabajos de los de Memphis y ha sembrado de sonidos seductores y poderosos cada canción de sus discos. Esas canciones me han trasportado a escenarios que parecen sacados de las obras de Cormac McCarthy. No sé si es debido a que el cantante de Lucero, Ben Nichols, sacó en el año 2009 un EP titulado “The Last pale In The West”, basado en la obra de McCarthy que aquí se tituló: Meridiano De sangre.

Pero, evidentemente, Lucero es mucho más que un reflejo literario y una banda sonora que podría acompañar a los antihéroes del escritor.

Lucero es la intensidad, cruda e inocente, del Rock n Roll. Esa esencia pura que crece y arde en el interior de la tierra. Es el sudor del alma que pugna por gritarle al mundo el deseo de vivir, de sentir de clamar por un momento único que merece una vida entera.

Las canciones que la banda de Memphis han ido componiendo al cabo de los años se han ido despojando de un ímpetu Punk – Rock que campaba en sus primeras obras, para dar paso a una intensidad sonora húmeda y sensual. Repleta de Soul caluroso y un  Rock N Roll vigoroso que deja sombras setenteras en tus orejas.

Los quince años que la banda lleva componiendo música dan fe, en esta pequeña e intensa obra, de un poderoso sentimiento que va envolviendo cada canción. Hay algo terroso y crujiente en estas canciones. Algo que reclama espacios abiertos y carreteras secundarias que van inventando caminos a cada kilómetro que das. Esa mística de un sonido del alma queda patente en la voz de Nichols que suena igual que el motor de un Chevrolet Impala del 67. Intensa, dramática, ardiente y engrasada por un Bourbon que parece destilado en el infierno.

Sonidos Country – Rock en “Texas & Tennessee”. Medios tiempos deliciosos como “Union Pacific Line”  que me hace soñar con estaciones y trenes que me llevan a lugares donde unos ojos del color del mar fundiéndose con el cielo me esperan. Soul de una sensualidad que te empuja a bailar muy suave, muy cerquita de esa chica preciosa que sonríe como una luna creciente en la noche y que el bueno de Sam Cooke hubiera estado encantado de interpretar.

Y al final ese sonido campestre, canalla y outlaw de “The Other Side of Lonesome”.

Esa es la única pena del disco, cuatro canciones que te arrancan un deseo de más, de mucho más. Un acelerar el motor de tu vida en pos de esas carreteras polvorientas que aún están por cruzar.

Me siento en el suelo, ensuciándome la ropa con el polvo del camino. Miro como el sol va declinando por un horizonte que crece a cada respiración que doy…Sonrío, Mañana volverá a salir el sol…Por ahora es lo único que importa.






lunes, 6 de mayo de 2013

¿Y Ahora Qué? 2




Pasado el uno de mayo. Pasados los patéticos paseitos de los sindicatos apesebrados poniendo caras drámaticas y avisando de que necesitan reunirse para hacer una comisión que cree un estudio que valore la necesidad de afrontar la posibilidad de sentarse a hablar de "que hay de lo mio" y cuanto les va a caer este año.
Pasados esos momentos reivindicativos de pandereta...¿Y ahora qué? Si, otra vez, ¿Y ahora que?
Nada, ahora nada. Y lo que nos queda es la rabia. Lo que nos queda es saber que tenemos razón  y con eso nos quedamos.
Asi que no escribo más. Afortunadamente, hay por ahi, muy buenos amigos, (gracias por descubrirme esto, Iker), que te ponen en el camino a gente que dice las cosas como son y lo plasman en imagenes que hacen pobres mis palabras. Así que, como dejó escrito Pavese : Ni una palabra más...
Y a sentir...



  

viernes, 3 de mayo de 2013

Tom Keifer : Lo Que Necesitas…Esto Es Rock N Roll



Los años van arrancando de cuajo los momentos únicos que uno no aprovecha. Como en  un huracán, no te enteras de que todo se va desarbolando a tu alrededor porque vives en esa pausa momentánea y ficticia que es el ojo del huracán. Y esto es así…si tú te dejas, claro.

Por ese motivo, porque no me voy a dejar. Porque ser el asesino de las emociones de uno mismo es lo más estúpido que uno puede ser, porque no está en mi naturaleza y porque soy quien quiero ser cada día de mi vida, me reivindico a golpe de guitarra, de bajo y batería, a gritos y a susurros y por eso necesito un Rock N Roll.

¡¡Y, la ostia, Tom Keifer me acaba de regalar catorce!!

Porque, dime, en tiempos tan mediocres, tan plagados de parásitos emocionales, inmersos en una nada catastrófica que hemos dejado que nos inunde y dirija a lugares en los que no queremos estar, ¿Qué te haría pelear, hacia qué lugar encaminarías tus pasos, convencido de que ese es el puto sitio al que quieres ir? No, no te voy a lanzar una proclama política, si quieres defender lo tuyo ya sabes lo que hay que hacer. Pero yo, en estos momentos, querría estar en primera fila, frente a  un escenario en el cual estuviese cantando y tocando Tom Keifer. Agarrado a mi chica y sudando Rock n Roll. Así de claro.

Y  es que el cantante de aquella grandísima banda de Hard Rock, llamada Cinderella, acaba de sacar al mercado uno de los que, para este organismo bicerebral es el disco del año. “The Way Life Goes” es un puto compendio de cómo se  puede y se debe hacer MÚSICA, si, con mayúsculas. Es un mapa de sensaciones y pasión. Un itinerario que va de las tripas a las guitarras, del corazón al amplificador. Un medio que logra estallarte esa costra que, capa a capa, estúpidamente, te vas añadiendo en la monotonía de los días, en los pasos que no has dado en los quisieras que no has tenido los cojones de gritar. Puro Rock N Roll. Tan sencillo, tan mágico, tan fácil de sentir y tan difícil de explicar. Hecho con alma. Cantado con una pasión, una ilusión y un sentimiento que deseas que se te enganche a la piel como el último beso que el amor de tu vida te ha dado.

Escuchar  “Thick And Thin” me hace soñar con noches que se desdoblan como una flor nocturna, esas noches, esas flores que despliegan un perfume que te hace cerrar los ojos y sentir.

“Ask Me Yesterday” es la banda sonora que toda persona que tiene ganas de crecer como ser humano debería de escuchar. Posee una intensidad y una profundidad emocional que pone alas al alma. Y es que Tom Keifer ha estado trabajando en The Way Life Goes desde el año 2003 y eso, amigas y amigos, se nota en cada canción que el de Springfield ha compuesto. “Solid Ground” en una apetitosa  introducción a lo que va a ser una gloriosa fiesta de Rock.

Pasión y alma estallando como un puto volcán en el primer día de vida de la tierra. “A Different Light” tiene una envolvente manera de tomarte de la mano y llevarte a una puesta de sol en el sur de la vida y acurrucarte en esa persona que sólo te puede dar días bonitos.

“Cold Day In Hell” se impregna de ese Rock N Roll apasionado con una musicalidad poderosa y unos coros femeninos que embellecen cada estrofa, tanto de esta canción como de ese puto tema que me tiene envenenao titulado “The Flower Song”.

Versátil, y lleno de alma, Keifer se pasea por el Rock N Roll con una elegancia y un suave y poderoso caminar dejando huellas sonoras imborrables como “Mood Elevator”, o ese medio tiempo delicioso y lleno de corazón llamado “You Showed Me” una canción tan emocionante y emocional que vendería mil veces mi alma por podérsela cantar así, con la emoción a flor de piel al amor de mi vida, mientras el sol va declinando por el horizonte y la noche sonríe a la vez que despliega sus estrellas y lanza la luna a jugar por un cielo que parece estar hecho para bailar, bajo él, un apasionado Rock N Roll como este “The Way Life Goes” hasta el amanecer.

Hay discos que te hacen emocionar. Discos que te son necesarios para llenar, en ocasiones, esos huecos del alma por los que se puede escapar la vida. Discos que son un fondo agradable para ser tú, pausadamente, y vivir los minutos en un vals de sensaciones…Y discos que te arrancan las tripas del alma. Que te estallan en las orejas, en el corazón. Que te emocionan de tal manera que lanzan al tío racional que eres a la estratosfera sin traje espacial, y libera al animal que llevas dentro empujándolo a aullar a la luna de Rock N Roll que arde en el cielo nocturno. Gritas y suspiras los susurros de ese amor a bocaos que necesitas dar y que te den. Lames el cuerpo sudado después de bailar canciones llenas de electricidad y pasión. Te acurrucas en la cueva de carne y huesos que ese cuerpo que deseas te ofrece mientras suenan canciones borrachas de sentimientos y deliciosas sensaciones para que, pausada y dulcemente, cierres los ojos  mientras el pitido de un ardiente Rock N Roll aún resuena en tus orejas y deja una huella imborrable en el corazón. Así es “The Way Life Goes” Fuego de las tripas, electricidad del alma y sudoroso y poderoso Rock N Roll…La puta ostia.

Tom Keifer - Cold Day In Hell

Tom Keifer - You Showed Me




miércoles, 1 de mayo de 2013

Davidson Hart Kingsbery : Ventanas al Desierto



El pedazo del mundo que recorta la ventana de la habitación en la que permanece inmóvil desde hace más años de los que nadie desearía y era capaz de recordar, Es un trocito de cielo. Un cielo azul o gris o tachonado de estrellas y lunas vagabundas que acuden fieles a su cita en la ventana mes a mes.

Además, ve las ramas escuálidas y huérfanas  de hojas de un viejo olmo resquebrajado y terminal que, cuando el viento golpea con rabia la ciudad, manotea, como la garra de una bruja de película de Disney el cristal de la ventana, quien sabe si con la intención de romperlo, estirar la rama y atenazar el corazón de la persona postrada en la cama como reclamando una vieja deuda que al fin iba a cobrar.

No es mucho. Pero es el mundo. Aún y todo, eso hubiera sido del todo insuficiente y dolorosamente pobre si no estuviese la música.

Cada mañana alguien, no sabía quién, sus ojos no abarcaban ese ángulo de la habitación, le deja en un reproductor de CD un disco. Cada mañana uno distinto, sin repetirse nunca. De estilos y texturas variadas. Buena música siempre. Y eso, es lo que al fin y al cabo importaba.

La voz que trae la música, posee un sonido tranquilo, pausado. Pero llena de música, a su vez y  tintada de un ánimo que recorre cada frase que dice como un rio subterráneo que llena de vida las entrañas de la tierra.

La voz deja la habitación con un –Que lo disfrutes- Y sólo queda la música y la persona postrada en la cama. Pero en ese momento, ya no hay soledad. La música llena la habitación y el mundo. Hace crecer magia y emoción y sonrisas que nacen en el corazón aunque, los puentes para llegar a la boca estén derruidos y desperdigados por su cuerpo inerte hace una eternidad.

Hoy la mañana empieza con “Met An Angel” una deliciosa canción de un  disco titulado “2 Horses” de una banda que atiende al nombre de Davidson Hart  Kingsbery. Y esa melodía arranca el alma de la persona y la hace volar a través del cristal. Y alzarse hacia un cielo azul que ya no es el de la monótona y lastrante ciudad en la que ha languidecido desde hace años. Ahora el cielo azul es el de un desierto sin nombre, más intenso, más amplio con un horizonte que duele mirar.

“Stay Outa My Dreams”  y “2 Horses” parece estar hecha para escucharla desde un cadillac de 1957 con una carretera que crece a cada kilómetro que recorres. Con el viento enredándose en tu pelo y susurrándote al oído canciones con la belleza y la intensidad de “Stuck In Washington” o “Sunflowers On The Water”. Es una música que el chaval de Paris, Texas (Sip, como en la peli de Win Wenders) que las canta las saca desde las putas tripas. La crudeza en la voz de Hart Kingsbery, semeja a mascar esa gravilla del desierto que cruje bajo el peso de las botas gastadas que tú y tú y también tú desearíais calzar poniendo rumbo hacia una nada deliciosa y ajena a los mapas, a las cuadrículas al orden. Puro Outlaw, con la sangre hirviendo y no por el calor del desierto sino por el fuego del alma que estalla a cada estrofa, a cada nota que la banda escupe desde allí dentro. Desde esa cueva cuyo frescor rememora el primer amanecer de este planeta y cuya intensidad todos hemos olvidado, o casi.

Ben Strehle a los teclados, Dean Johnson a la guitarra solista y a las preciosas harmonías vocales, Bryan Crawford a la batería, Eric Himes al bajo y Hart Kingsbery a la voz solista y a la guitarra acústica parecen cabalgar al lado de la persona, huyendo de una ley que obliga al aburrimiento, al sometimiento a la jaula donde tan cómodos se encuentran algunos y algunas; o en pos del próximo garito donde tocar canciones como “Devil In His Heart” o “Nyquil and Wine”. Poder e intensidad en temas que llenan el día de más luz de la que el propio desierto es capaz de tener y canciones que anuncian esa calma que da el atardecer y preludia la noche invitando a los depredadores a bailar canciones de vida y muerte.

La música llena el alma de la persona de sonidos, de texturas, de olores y sabores que nunca ha experimentado. La música arrastra a la persona lejos del cuerpo que parece un sudario, la empuja afuera, a otra vida, a una vida. La hace sentir y al sentir, es. Y de este modo, no hay prisión que la retenga. No hay maldición que sea capaz de infligirle temor, no hay horizonte al que no pueda llegar y no hay, nunca habrá, muerte que le pueda alcanzar.