
Hace días me sonó el reloj avisando de que la mañana estaba ya ocupada por cosas intrascendentes pero necesarias que debía realizar. Antes de poner el pie en el suelo puse el reproductor y el nuevo cd que había adquirido y, en mi horizonte inmediato, todo desapareció de repente y dejé que el mundo prosiguiese su loca carrera, la música, la de un chaval de Brooklyn, Nueva York, me había descabalgado de la carrera de ratas que, a veces es nuestra vida, colapsándome la mañana.
Pasado ya medio año de este 2011, puedo asegurar que este, “Little John The Conqueror” es uno de los discos del año, al menos para mí. Esta segunda obra del ex King County Caravan ha sido toda una revelación y sus once canciones te arrastran hacia lugares donde desearías perderte, y olvidar que el mundo es esto que nos empuja hacia carreteras sin salida.
John Delore es capaz de emocionar desde el inicio del disco, con esa entrada fantasmal en la que se oye un tren en la distancia y el mundo se trueca en anden de estaciones olvidadas y tu corazón se templa y el tiempo deja de correr y el corazón empieza a respirar más despacio, al ritmo de las canciones que va desgranando Delore con esa voz que, a veces recuerda al gran Ellioth Murphy.

Este álbum es un continuo crescendo de emocionalidad y buenas, muy buenas canciones. En donde la poesía y los sonidos cercanos a lugares como el medio oeste americano y las obras de Hayes Carll, Mason Jennings y Steve Earle son todo un referente.
Vas oyendo canciones como “Northern Georgia Fog”, la preciosa “The King of Uglytown” o las magnificas “Wayside” o “Love in the 21st Century” y tu cabeza se deja caer indolente y sosegada sin más horizonte que la próxima canción y el mundo se parece a esos atardeceres que se vuelven brillantes y limpios tras una tormenta.
El Reverendo John Delore ha creado con dos discos,” Ode to an American Urn” el primero, y este maravilloso “Little John The Conqueror”, un universo propio pleno de emoción y poesía, de canciones que hacen que esta vida se ralentice y se vuelva algo más valiosa.
Daos un momento, poned el disco y dejaos llevar por la belleza de la música.