viernes, 11 de octubre de 2013

Brett Dettar : El desierto cantaría estas Canciones



El sol en caída libre.
El ferroso sabor de tu propia sangre
Y el acre crujido de la tierra resaca bajo tus botas.
En la lejanía, ocultándose tras el horizonte, una tierra que puede que no veas jamás.
Y las canciones.
Y la dureza de las cosas, su cruda cualidad, su aspereza.
Y la necesidad obligada por un sentimiento, entrenado para ello, de adentrarte en sonidos y esencias que arden con una absorbente e inamovible personalidad.
Brett Dettar, Greensburg, Pennsylvania, vive en  Los Angeles, California.
 Y no, este segundo álbum suyo: "Too Free To LIve", no es otra obra musical más
Hay demasiados músicos circulando por carriles de vía estrecha y  que, sin embargo, consideramos sus canciones como flamantes autopistas cuando, en realidad, son sólo trazos de tiza desdibujados en carreteras secundarias.

Este nuevo disco del músico nos empuja a escuchar los sonidos puros y cargados de una crudeza primigenia de gente al limite. Aquellos que ganaban palmo a palmo el terreno a la vida en lugares inhóspitos. Oigo cualquiera de las canciones de Detar y me viene a la cabeza las obras de Jack London, de Joseph Conrad, incluso de Rudyard Kipling.
Puro siglo XIX. Esencias sonoras cargadas de ecos confederados, de tramperos del Yukon, sonidos Roots y Folk que eran bandas sonoras de Westerns de verdad.
Y también Blues crudo, oscuro, terroso, indómito de principios del siglo XX. Música que está lejos, a una vida de distancia, como mínimo, del siglo XXI, con su asepsia, su egoísmo y esa ausencia de pureza y del deseo de ser libre.

Once canciones que llenan el alma de melancolía y aire fresco, casi frío, once canciones que hablan de abandono, de la dureza de la vida y de las consecuencias de errores cometidos estúpidamente, "Satan_s Foot On My Neck", " I Can See The Darkness". Canciones que destilan un deseo tragicómico por trascender una vida que se ha abalanzado como una jauría de hienas al alma y han anclado a ésta a la piedra que Sísifo empujará eternamente.
Tristeza no pena. Un dolor lacerante que te empuja a seguir vivo, "Your Heart Grows More Heartless Each Day", " Please Don_t Go Away Like That", " Broken Hymn".
Dice Detar en una entrevista: "Que encontró su inspiración cuando se paró a pensar, viviendo en una casa vacía, reflexionando sobre los pasos a tomar en busca de su sueño. Se encerró a escribir canciones y se dio cuenta de que sus composiciones eran lo más honesto que tenía, hablando de él a tumba abierta. Eran un ejercicio de pena y purificación".
Esta sensación de honesta tristeza y absoluto sentimiento de redención se palpa en todo este "Too Free To LIve" así como en su anterior "Bird in the Tangle" donde escuchas toda esa  intensidad y emotividad, que te hace recordar a  gente como Gram Parsons, Kriss Kristoferson o Townes Van Zandt.

Tu propia sangre en caída libre
El rojo sabor del sol y el eco de su calor en la reseca tierra, bajo tus botas.
En esta tierra, tras el horizonte, una lejanía  que puede que no veas jamás.
"Too Free To Live" es una obra adusta, cargada de emoción e intensidad que parece estar escrita para ser escuchada en las noche del desierto o como eco al crujir de las hojas que el  otoño esparce por la ciudades.
Y yo me pregunto:¿Puede uno ser demasiado libre para vivir?


1 comentario:

Carolynn Underground dijo...

Lo pondré en nuestros desayunos, para desperezarnos y empezar el día suavecito.
Tenías razón, un disco que bucea profundo y que casi te sorprendes cerrando los ojos para sentirlo, preciosos violines y esos coros lo hacen delicioso.
Dibujamos un montón de horas de explosión por delante...you know ;)
Buen Finde