lunes, 14 de octubre de 2013

Dave Hause: Paseos Por Las Playas De Jersey



Cuando pienso en Dave Hause, absurdamente, me viene a la cabeza JD Salinger. Sé que, a priori no guardan relación alguna, pero los textos del ex-The Loved Ones poseen esa pátina de inocencia que está pronta a desaparecer, al igual que los personajes del esquivo escritor me trasmitían a mí.
¿Se puede ser honesto y persistir en un oficio que necesita del público y en la búsqueda de la máxima audiencia posible? Si, creo que si. En este pueblucho mio tengo el ejemplo de un señor de cincuenta y cuatro años que no ha abandonado ni un ápice sus principios y su modo de entender la creación y la comunicación. Así que, ¿porque no lo va a ser este chaval de Philadelphia?

Este segundo y maravilloso disco de Dave Hause, "Devour" es un paso, más largo y decidido que su primer álbum en solitario de 2011, "Resolutions". Maduro e intenso. Poderoso en sus ejecuciones y cargado de palabras que necesitan ser degustadas despacito.
“Devour”, es un disco que, al contrario que “Resolutions”, que sonaba más desde las tripas sin filtros ni perspectivas, más, si quieres, simple y directo, está más trabajado. Hause ha focalizado su creatividad en ofrecer un poco más de esencia y carga emocional con respecto a su anterior trabajo, sin que esto signifique que "Resolutions" sea un trabajo incompleto, ni mucho menos. En “Devour” el sonido se me antoja mucho más grande,más eléctrico y amplio en sus acabados, sin abandonar esa alma rabiosa y visceral que siempre transmite en sus canciones. Mientras “Resolutions” es, en términos de grabación, algo más precipitado y crudo, en "Devour" existe todo un desarrollo y un prolongado proceso de elaboración, dotando a las canciones del álbum de una esencia especular al estilo de las primeras obras de Bruce Springsteen. Algunas de esas canciones, como “Autism Vaccine Blues”, la maravillosa "The Great Depression" “Damascus”, “Stockholm Syndrome”, “Become Secular”, “The Shine”, la springstiniana, “We Could Be Kings”, la intensa "Father's Son" o “Benediction”, son una excelente forma de  encauzar un sentimiento que se desborda en Hause y reafirma al autor en el hecho de que publicar discos en solitario ya no es un proyecto paralelo.
 Dave se ha dedicado en cuerpo y alma a mimar sus nuevas composiciones, tratando de ofrecer una identidad bien definida y cargada de alma. “Devour” se aleja notablemente del modo en que The Loved Ones hacían canciones abalanzándose y abrazando el espíritu del Rock’N’Roll más puro y emocional con algunos toques Pop y un sonido Americana medido y adaptado a letras sólidas y trabajadas.
 “Devour” suena más melancólico, que no triste, algo más oscuro, en una primera percepción que, se diluye, no obstante, al sentir la luminosidad emocional del autor que mima sus canciones y aporta una dosis de realismo tremendamente honesto expresado en unas letras que hablan de la decepción asumida de una generación que, teóricamente, iba a triunfar como nunca pero se vio inmersa en un período de confusión que ha acabado derivando en un desastre global del que aún no conocemos las consecuencias.
Canciones como La Gran Depresión hablan honestamente de qué ha pasado con esa generación que se iba a comer el mundo y el mundo, ese mundo brutal y deshonesto, como siempre, los devoró, y aún los sigue devorando.
 "Éramos los niños Reagan Nuestros héroes no trabajaban como nuestros papás, éramos buenos hijos cristianos íbamos a la iglesia en domingo. Siempre teníamos un camino a la derecha; nuestros sueños huecos quedaron enterrados bajo montones de basura de plástico y promesas incumplidas que, en los niños dejan una huella indeleble. Bienvenidos a la gran depresión, somos hijos de nuestros padres, jugamos a la guerra en  fin de semana con nuestras armas de plástico, tenemos que ponernos al día, tomar las vitaminas y decir nuestras oraciones, vamos a ser médicos, abogados y millonarios. ¿De verdad murió por nuestros pecados? ¿Y a nosotros, nos dan por muertos? Si me  querías a salvo ¿por qué ostias me jodes la cabeza? La fábrica se ha ido, los préstamos están cerrados, pero hay algunos lugares a la izquierda que me recuerdan a casa. Sólo dame un lugar a la izquierda que me recuerde a casa".

Dave Hause, como muchos músicos honestos, caminan, lo quieran o no, bajo la sombra ominosa de su banda anterior, de las canciones que hizo y de la identificación que hace el  público del músico y de esas canciones. Es una puta condena no deseada que fuerza al autor a realizar equilibrios cabrones con lo que fue, lo que es y lo que desea ser.
Dave Hause, como otro músico querido que anda en la misma puta tesitura, ha aumentado en calidad, profundidad y complejidad su obra tratando, asimismo, de aportar algo más. Y esa actitud, es toda una declaración de intenciones digna de admiración. Hay que ser valiente para tratar de despegarse de forma casi definitiva de las referencias que hasta ahora aún te identificaban con un tiempo y un momento concreto y afrontar los días que vienen con la ilusión de un niño recorriéndote las arrugas que son huella de vida en tu rostro.
Gente así, son ejemplos que empujan a mi alma acojonada a querer ser más valiente, a crecer, a mirar cara a cara a la vida y a sonreír.
Igual que un niño.



Dave Hause: The Great Depression











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