The Western Sizzlers: Están Dos tíos en un Bar…

El garito tiene una esencia especial. La grasa acumulada de décadas se pelea, de manera continuada con el nauseabundo olor de la cerveza rancia y el sudor de los parroquianos más abyectos, por mantener una hedionda supremacía sobre el local.

Hay poca luz, lo prefiero así. La suficiente como para distinguir tu picha de la del vecino en los váteres, por agarrar tu cerveza y no la del vecino en las mesas y por abrazar a una chavala, y no al vecino en la zona de baile.

El camarero haría temblar al peor asesino en serie del estado y los habituales del local…uuufff… de eso mejor no hablar, Satanás se lo piensa antes de decidir entrar a echarse un billar o pedir consejo sobre nuevos modos de maldad.

El garito tiene su encanto. Vertedero de esos a los que, viendo a la gente que lo frecuenta, los perdedores natos sienten compasión por ellos. Y yo, lo prefiero así.

Y aquí estoy, esperando. No sé bien si ya es de noche o a amanecido otra vez. Mi compinche SJ. Llega puntual, como siempre. Yo, que siempre llego tarde, he decidido ir un día antes para no hacerle esperar. Cosas de ese extraño virus llamado amistad.

SJ. Surge del exterior somnoliento de la ciudad como un leviatán en horas bajas, recortada su figura contra el sol perezoso del medio oeste norteamericano. Sonríe un segundo, suficiente, no vaya a congelársele la mueca risueña y tenga que hacer de doble del Joker en alguna nueva entrega de batman. Se sienta y la cerveza fría que segundos antes ha puesto el camarero en la mesa, es consumida con ansia de eremita en el desierto.

En unos momentos, los Western Sizzlers harán lo que mejor saben hacer…Rock N Roll. Son una puta maquinaria de sonidos grasientos que abrazan el más añejo Rock N Roll garitero de finales de los años ochenta y los primeros noventa, ese sonido que bordaban esa panda de mangarranes llamados The Georgia Satellites. Y es que de esos malincuentes, los Sizzlers tienen mucho ya que su mítico guitarrista Rick Richards es uno de los factótums de la banda junto a un tipo que atiende por en nombre de Charlie Starr, cantante de unos tal Blackberry Smoke. Snit Fitzpatrick se ocupa de las baquetas y Nicky Ford que también se aferra a la guitarra como una iguana a sus víctimas.

SJ. se asombra de la versatilidad de la banda. Pasan de sonidos terrosos y totalmente Satellites como “I'll Die a Happy Man If It Kills Me” a bellezas de esas que resuenan en las noches veraniegas de ciudades perdidas y rotas al lado de perdedores perdidos y rotos como “Unfinished Business” Sonidos ingleses, como no podría ser de otra manera teniendo en cuenta que el otro Western Sizzers de importancia es el británico Kevin Jennings y se evidencia en “One Day Closer to Crazy” o la acojonante versión de “Break The Rules” de los Status Quo. Dicen que el verdadero sonido Country son tres acordes y la verdad, y  en canciones como “Sugar Pie” o el Honky Tonk de “One More Beer” queda bastante evidenciado.

La música es arrolladora, llena de fuerza, diversión, calor y color. Los ecos de Lynyrd Skynyrd, Status Quo, Blackberry Smoke , Waylon Jennings y The Georgia Satellites resuenan en cada nota en cada gota de sudor, en cada canción cantada desde las tripas, con una sonrisa, un gesto socarrón y cachondo que nos asegura que la vida debe de ser, también esto. Canciones para cantar en un garito, canciones que nos empujen a ponernos hasta las cartolas, a cantar desafinados, a sonreír como paletos a vivir una vida que debe de sonar como un puto Rock N Roll…Y de esto,  los Western Sizzlers, saben bastante.

The Western Sizzlers - One More Beer

The Western Sizzlers - I'll Die a Happy Man If It Kills Me

The Western Sizzlers - One Day Closer to Crazy