miércoles, 27 de marzo de 2013

Bryan Estepa : “Todo el dinero del mundo no puede comprar la felicidad que nos merecemos”



Quedar con mi padre cada semana, aunque sólo sea por un corto espacio de tiempo, es una de esas cosas de las que estoy realmente orgulloso. Poder mirar ese rostro machacado por años y kilometraje, literal y de ese otro más doloroso y profundo al que hacía referencia ese filósofo y doctor en arqueología apellidado Jones, es un lujo para el alma. La verdadera vida representada en surcos que parecen el  fondo de mares prehistóricos, secos cientos de miles de años atrás, la dulzura y la necesidad de emocionarse, pese a la extenuación de una vida oscurecida que resonaba con dolor a cada paso que se daba en ella. Esa vida  que casi se reía de ti y te susurraba en las esquinas de los días interminables y las noches asesinas del sueño: - No importa hacia donde te dirijas ni cuanto camino pongas de por medio; ni siquiera a donde llegues, porque siempre estarás a la misma distancia del sitio en que has caído. Y mi viejo, en eso de caer, tiene una puta cátedra.

Reivindico a mi padre, reivindico a los padres de personas maravillosas a los cuales he tenido la fortuna de conocer. Padres que siempre te ven como ese chavalín o esa mocosa por la que darían su vida. Por la que siempre sacrificarían lo que tienen e, incluso, lo que nunca poseerán.

Cuando años atrás mi padre y yo mirábamos durante horas paredes blancas, en una espera atosigante que fundía el tiempo como esos relojes de queso que Dalí plasmó en algunos de sus cuadros, el silencio era terrible. Porque, hay silencios donde desaparece, a dolorosos pedazos el corazón. Silencios que son una manera de quedarse vacío, atrapados en una madeja de hastío y desesperanza. Y, cuanto más tratas de desenredarte, más lejos te quedas de cada uno de tus sueños. Y entonces nada tiene sentido y la vida y la esperanza eran son puta mentira travestida en calles largas y vacías y viejos hospitales y salas de espera y lluvia lenta que viste la ciudad de latón y nieblas.

Mirando en retrospectiva a ese ayer ya neblinoso y en fuga hacia el olvido, me pregunto:¿Por qué a la buena gente no le pasan cosas buenas? Tras buscar denostadamente el disparador que pusiese en marcha los mecanismos de la suerte, abandonabas el objetivo con la frustración adherida al alma como el petróleo se queda pegado a la piel.

El exorcismo necesario para que esas imágenes queden relegadas al olvido ha venido de la mano de un pequeño australiano que parece haber descifrado el canto de los ángeles vertiéndolo en canciones llenas de un delicioso Pop-Rock y que atienda al nombre de Bryan Estepa.

El cuarto disco del músico de Sydney: “Heart VS Mind” contiene once luminosas canciones plagadas de una vitalidad, una poderosa calma entre tormentas y una lucidez compositiva e interpretativa asombrosas.

Escuchar “(If You Follow) We Just Might Get Near”, (tío, que título: si tú continuas  tendremos que avanzar ...) obliga a mi mente y a mi corazón a sonreír a ver la vida con un sosiego y una deliciosa pereza emocional. Me empuja a querer ver la vida de mi padre, de todos esos padres y madres que se dejan la puta piel del alma por sus hijos con una admiración y un reconocimiento que, raras veces les llega y que tanto merecen.

¿Significa esto que el disco de Bryan Estepa está dedicado a los progenitores? Desde luego que no. Simplemente la música del álbum posee esa luz que yo veo en mi viejo, derrotado cientos de veces, pero nunca vencido. Con esa fuerza  con la que se mira la vida desde ese rincón del ring que parece a punto de desgajarse del cuadrilátero.

Oyes “Overnight”,”Restless”, “She VS Him ” o “Them Fighting Words” y entiendes esa conexión entre Fortaleza y sosiego, atardeceres en calma y luz de sol jugando con la vida que todos deberíamos vivir pero que muchos abandonan a sus suerte esclerotizándola y obligándola a claudicar. Alguien dijo: “El que muchas personas hayan muerto, no significa que, en realidad, hubieran vivido” .

Veo a mi padre y a otros padres y madres que he tenido la fortuna de conocer y admirar sé que ellos si han vivido. Con lágrimas de dolor y rabia, de miedo y pena pero calientes, saladas, vivas. Y, cuando esa congoja se desvanecía, el sol, ese sol luminoso y lleno de esperanza, surgía al ritmo brillante y contagioso de una vida que sonaba como las canciones de Bryan Estepa.

Espero que muchos viejos y muchos hijos seamos capaces de cantar ese  delicioso estribillo de la primera canción de este maravilloso disco: “Todo el dinero del mundo no puede comprar la felicidad que nos merecemos”.

Bryan Estepa - (If you follow) We just might get near

Bryan Estepa - Them Fighting Words






5 comentarios:

Carolynn Underground dijo...

Yo tambien reivindico TwoHeads a todos esos padres que dan sin esperar recibir, a ese abrazo y esa mirada que sabes dice...siempre estaré a tu lado, ese amor incondicional que sale a borbotones, yo tengo la gran fortuna de sentirme así, privilegiada y orgullosa por ello...una vez alguien me escribio "Súbitamente...cielos azules"...y a partir de entonces salió un sol que ilumina mi vida y la de los mios, porque a veces, sin raices...se sujeta más fuerte lo que uno desea...Un abrazo enorme para tu padre, siempre tan maravilloso, tan humano, asi sois los dos, especiales y únicos para los nuestros chico rockero.

ADAGIO dijo...

PRECIOSO XICO ROCKERO,
PERO Q FORTUNA TENER UN HIJO Q VALORE TODO ESO, TU TAMBIEN ERES MUY ESPECIAL...
MUAKKKKKK

bernardo de andres dijo...

respecto al disco de Estepa, mejor que el precedente, aunque no tiene ninguno malo. Le falta poco pra llegar al primero que es para mi gusto imbatible. Al respecto de los padres merecen el mayor dde los reconocimientos, mucha suerte la tuya estar con él y disfrutar de su mirada. Cuidarlo.

Jorge García dijo...

Tío, cada día escribes mejor, ademas me has llegado porque yo en estos momentos y debido a un problemilla de salud estoy contando con una ayuda impresionante de mi viejo, y a lo mejor le debo una entradita, aunque no sea tan brillante como esta.
En cuanto al disco lo tendré en cuenta como todos los que propones. Es cierto quear con el viejo es un privilegio...
Enhorabuena por la entrada, un fuerte abrazo.

Bryan dijo...

Hi Twoheads,

This is Bryan Estepa here.

I don't normally write back on these posts but your beautiful words about your father and my music really moved me. My Spanish is not great (actually, terrible!) but I felt the emotions of your words and it was wonderful.

As a songwriter my hope is that my melodies, lyrics and music connects with the listener in some way. I'm so happy that it has with you.

Thank you again my friend.

Bryan
mail@bryanestepa.com