
Recién salido al mercado el nuevo álbum del músico norteamericano, uno no puede menos que congratularse de la fortuna que se tiene de vivir en este mundo atomizado y pueril que, sin embargo, te da acceso a obras del calibre de esta “Number Seven”.
¿Quién le iba a decir a aquel chaval que creció en un suburbio rural al sur de Nashville, que años después, se iba a convertir en uno de los intérpretes más acojonantes del nuevo siglo?
Lejos quedan ya los inicios de la mano de Dan Baird y el primer EP con la banda Spoonful. Y. afortunadamente, ya sólo en la memoria, el accidente sufrido con una scooter en Agosto del 2008 que mantuvo al autor en un doloroso hiato de frustrante inactividad. Inactividad que se rompió con el magnífico "The Wreckage" Obra a la que a tomado el relevo esta maravilla sonora llamada Número siete. Once canciones, trece si te haces con el disco con dos Bonus Tracks, versiones acústicas de “Fool's Gonna Fly” y “Nothing To Lose” Dos de las mejores canciones del disco. Aunque, siendo honesto, desde mi punto de vista, no hay una canción mala en todo el CD. Y a uno, inevitablemente, se le va la cabeza a una época en que los discos tardaban meses en aparecer en las tiendas y, tras tanto tiempo de ávida contención, el resultado, habitualmente, era demoledor.
Number Seven posee esa magia antigüa y adictiva que álbumes de Bob Seger, Springsteen,Aerosmith, Triumph o los Scorpions de los setenta tenían para mí. Ese terminar el disco y volvértelo a poner desde el principio. Primero como una tromba, como una tormenta. Después dejándote llevar por las canciones y, posteriormente, y tras semanas de escucha, decantando cada tema, escanciando cada nota. Saboreando toda su magia.
Number Seven es otra de las siete maravillas que ha creado para este mundo un chaval de Franklin llamado Will Hoge. Y que no sea la última.
Will Hoge-No Man´s Land
Will Hoge-Fool´s Gonna Fly