Los cascos se ajustan a la oreja de aquella manera, no se si será por la forma de mis cartílagos o por la ansiedad de las orejas por escuchar sus canciones.
Los tendones, los músculos se flexionan, chirrían y aúllan como fieras largo tiempo encerradas que ven la puerta abierta y la posibilidad de escapar. Su deseo de correr es mi deseo de correr.
Hace frío, el viento golpea el cuerpo, sonrío. Ante mi, una pista de tierra desierta, y ella a mi lado, mirándome desde su mundo de cachorrita eterno, nadie más.
Conecto el pendrive, volumen, el único modo de escuchar sus canciones. Y un primer guitarrazo, " The Road To Damascus Street" empieza a sonar, grita de alegría mi alma, y comienzo a correr y Ricky Warwick y su alucinante " When Patsy Cline Was Crazy (And Guy Mitchell Sang The Blues)" corren a mi lado.
El álbum de Rock and Roll, absolutamente eléctrico y poderosamente cargado de grandisimas canciones ya está a la venta; y, ¡la ostia, comprale los discos al Ricky tú, que merecen de verdad la pasta que te gastes en ellos. Porque el irlandés se ha marcado un acojonante disco de puro e intenso Rock and Roll, un disco para correr, con el viento envidioso empujándote a cada paso, ansioso por tener para si toda la electricidad, toda la fuerza y el impetus con que Ricky Warwick ha dotado a cada canción de las diez que componen esta gran obra.
Un disco parido en las oscuras y alcohólicas esquinas de un pub de Belfast donde Warwick y su colega-hermano del alma Sam Morrison pergeñaron las bases de lo que ha sido esta doble entrega en la discografía del front-man de los Black Star Riders, (cuyo nuevo disco:"The Killer Instinct, esta cercano a ver la luz).
" When Patsy Cline Was Crazy (And Guy Mitchell Sang The Blues)" es un disco vitalista, musculoso en su factura sonora, poderoso e intenso en su interpretación, como todo lo que el irlandés hace, y cargado de poderosisimas canciones que celebran una rabiosa actitud vital y emocional en las que se habla de amores intensos, fe en la amistad que transciende los años y los desencuentros, pedazos de memoria donde los recuerdos llueven desde el corazón al pensamiento y te hacen sonreír, o apretar los dientes con rabia, con pena o con euforia.
Las diez canciones de este disco se cargan de una intensa carga emocional y una arrolladora fuerza eléctrica que envenena cada nota, cada frase gritada, cada trozo de vida que arde gloriosa en las orejas y en el corazón. Compuestas por Warwick, Robinson y la inestimable ayuda de gente amiga como Andy Cairns de la banda Therapy?, caso de la maravillosa y, ya en mi corazón para siempre, "Celebrating Sinking" o la acojonante "Johnny Ringo's Last Ride" donde Ginger, de los Wildhearts compone y mete guitarras junto a Warwick. El bajo corre a cargo de su colega de los Black Star Riders, Robbie Crane y la batería y coros es de su amigo Gary Sullivan y la inclusión del bajo o la guitarra en alguna canción de Billy Morrison o Nathan Conolly o la trompeta de Sam Retzer en "That's Where The Story Ends".
El sonido del disco es demoledor. Todo en él esta cargado de intensa emocionalidad y una poderosa ejecución, las palabras de Warwick se cargan de la luz de un fuego que arde en su interior y al que alimenta con recuerdos de un Ulster o un Belfast perdido entre balas y manifestaciones, carreras y el peligro real a perder la libertad, la vida, el futuro bajo un montón de escombros de casas derruidas por las bombas o por las montañas de balas, de miedo, de rabia, de incomprensión. Y, aún así, hay sitio para el doloroso desamor, "Celebrating Sinking" donde los dados afortunados son lanzados por un brazo tatuado con el Death or glory hasta un corazón roto mientras se celebra el hundimiento de un amor. Mientras, el Llanero Solitario y Tomto se pasean por las palabras de "That's Where The Story Ends", la canción "casi" Country des disco y que hubiera hecho las delicias de Johnny Cash.
"Toffee Town" o "The Son Of The Wind" rozan a The Clash y a los Almighty, o tal vez sean hijas bastardas de Motorhead, al par que la canción que da titulo al álbum hubiera sido robada para poder ser interpretada por aquel irlandés negro que cantaba y tocaba el bajo de manera maravillosa,.. el cual hubiera bailado descojonao de la risa la vacilona "Yesteryear".
Ha sido toda una aventura llegar hasta estos dos discos y es una absoluta dicha poder disfrutarlos en toda su intensa carnalidad. Porque hay canciones y músicos que salpican tu alma con el sudor de su corazón y levantan éste con el poderoso viento de cada guitarrazo, que se da en cada canción del álbum.
Se que pasaré semanas, y seguro que meses, dejándome caer en todas y cada una de las canciones de los discos de Ricky Warwick. Se que algunas de ellas ya forman parte de mi bagaje emocional hasta el fin de mis días, que son banda sonora para sacarle chispas al suelo por donde corro y fuego al corazón que bombea música para que mi cuerpo la haga arder gloriosa.
Delante de mi, la carretera del trueno brilla con la intensidad eléctrica de una vida cargada de canciones..no necesito nada más.
Ricky Warwick: Celebrating Sinking
Ricky Warwick:Yesteryear
3 comentarios:
Recuerdo tus palabras, "Recuerda esto Carolynn, este disco es para correr"...es esa electricidad que solo tengo contigo y que tu conoces bien, muy pocos discos te oxigenan el alma y tu sabes de la mia . He visto como pasaban meses, muchos meses, de espera...como mirabas el contador que arrancaba días hasta ponerte de frente, ya, a este grandisimo Ricky Warwick y ahora mismo suena en casa por todos los lados, guitarrazos acojonantes, punteos que a mí, me vuelven del revés, esto es Rock and Roll, y yo necesito este Rock and Roll chico rockero.
Demoledaor lastima conocer su nuevo trabajo ahora me quedara para el año que viene pues es fantastico
Me bastan tus palabras Carolynn para valorar que este " When Patsy Cline Was Crazy (And Guy Mitchell Sang The Blues)" es uno de los mejores discos de este 2014 que se va y que seguirá siendo uno de los mejores del 2015. Entiendo que te vuelvan del revés las canciones de Warwick, no hay tantos músicos que creen e interpreten canciones como lo hace él.
Ojalá que sea banda sonora de los kilómetros que nos quedan por correr en los próximos días, meses y años y que nos levanten el cuerpo del asfalto, al menos a mi, porque tú, desde luego que vuelas cada vez que te calzas el arcoiris en tus pies...
Bernardo, te aseguro que todo lo que ha hecho Warwick es asi de maravilloso, tew lo recomiendo encarecidamente.
Un abrazo con la fuerza de las guitarras del disco para ambos..(para la chica un poquillo más intenso) :)
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