Thom Chacon: Miradas Al Atardecer

Susurraba, entre espasmos y escupitajos de sangre, Federico Luppi al final de una maravilla de película argentina titulada Rosarigasinos: -"Yo lo que quiero es irme de joda"..Y así, languidecer al atardecer de su último día en la tierra. A un puto paso de la felicidad, de la libertad, de poder dejar atrás, al fin, ese pasado horrendo que lastraba su vida y le empujaba a odiarse y a odiar a todo  y a todos.

Esa película fue para este que os escribe absorbente, fascinante, plena de segundas lecturas y metalenguaje que afrontaba muchas vidas, o, quien sabe si todas las vidas.
A pesar de suceder en el cono sur del continente americano, cada vez que escucho este tercer disco del norteamericano Thom Chacon, vienen a mi cabeza imagenes de esa gran historias de perdedores, jodidos por su propia estupidez, por una mala suerte que les empuja a la miseria y les niega la posibilidad de sustraerse a ese maelstrom que les engulle el alma.

La música de Chacon se amalgama en una suerte de sonidos totalmente norteamericanos, con alguna que otra influencia de México. Pero lo que de verdad define al autor es su necesidad de hacerse su propio camino al margen de utilidades cremastísticas y de reconocimiento público. No busca, al menos así lo creo yo, alabanzas de la crítica especializada, sumisión de una masa que busca al nuevo icono del día o hacer el disco del año.

"Innocent Man" es eso, lo que todo el mundo, o la buena gente al menos, desea ser. Y es una manera preciosa de iniciar un disco. Se enreda en tus orejas una dulce melancolía que busca reconfortar un alma cansada y te empuja a suspirar y sonreír, de manera queda, o abiertamente. La vida es bonita y tú, te debes una vida así.

Que las canciones poseen vida propia es algo que tú, que tienes corazón, además de músculo que bombea sangre, sabes desde siempre. Y lo que hace Thom Chacon es eso, darle vida propia a canciones que llenan la habitación en la que estás escuchando su disco. "Ain't Gonna Take Us Alive", "American Dream", "Amy", "Bus Drivin' Blues"o "Big River" son ensoñaciones, paseos al sol de una primavera dulce y tranquila. Esos momentos en los que bajas la intensidad de tu existencia, tras un Rock n Roll que ruge desde dentro, para cargar pilas y afrontar el próximo Rock N Roll que reclama tu alma, que siempre lo reclamará.

Momentos de belleza y calma, de atardeceres y sosiego, esos sonidos que suenan a besos suaves, a caricias como brisa, a miradas que se funden en un anochecer que no deseas que termine nunca. Los mundos que uno se crea cada día son responsibilidad propia y ahi, caben todos. La suavidad de una canción que huele a anochecer de verano, el amanecer de luz y azul esplendoroso y todo ese Rock n Roll...

Y claro está, tener la posibilidad de irse de joda...