Una
plaga. Es en lo que parece haberse
convertido el panorama musical en cuanto a biografías rockeras se refiere, Una auténtica y dulce plaga. Una loca carrera por contar las
interioridades de cada cual. Las hay de todos los gustos y colores. Pero ¿sabéis qué? que a mí me da igual, dadme lectura rockera y
allí me tendréis devorando las páginas en las que las singulares vidas de
nuestros disfuncionales amigos salen a la luz.
Y cuanto más loco y degenerado haya sido el protagonista en cuestión,
mejor. ¿A quien coño le importa, por
ejemplo, la autobiografía de Bob Geldof (en el caso de que la haya
publicado)? A mí dame carroña e
historias locas y una vida dinteresante, y estaré contento de leerte, dame a
Lemmy, a Ozzy, a Elvis, a Little Richard, o a Ted Nugent, y estaré en el
nirvana leyendo sus hazañas. Por eso me
ha gustado la autobiografía que el bueno de Saul Hudson ha sacado al mercado,
escrita al alimón con el escritor Anthony Bozza. Porque no se calla nada.
Slash:
melena negra rizada, gafas de sol, permanente cigarro en la boca, chistera
calada hasta la frente, pantalón y chupa de cuero, y botella de Jack Daniels en
la mano. Ah, y lo más importante: Les Paul colgada hasta casi las
rodillas. Saul Hudson creó al personaje,
y el personaje casi le devora. Eso es lo
que se puede sacar como conclusión de la lectura de este libro, en el que Saul
nos cuenta con pelos y señales el auge y la caída de esa especie de héroe de
cómic que él creó y que tuvo que reciclar al verse perseguido por la dama de la
guadaña. Reciclaje, esa sería la palabra
clave en la actual vida de Slash. En la
actualidad no bebe, no fuma, no toma drogas, y el único vínculo físico con su
pasado es un desfibrilador instalado en su corazón, que segun cuenta, con la
excitación del momento, se le ha puesto en marcha en el escenario en varias
ocasiones para recordarle lo vulnerable que puede llegar a ser.
El relato
tiene varias partes claramente diferenciadas:
En la primera nos cuenta anécdotas de su niñez y su adolescencia, y su
llegada al mundo del Rock. Casi sin
darnos cuenta somos testigos de los primeros intentos de formación de Guns
& Roses, de sus discrepancias, encuentros, desencuentros, sexo, primeros
problemas con las drogas y el alcohol, la grabación de Apettite For Destruction…. Olvídate de todo lo que hayas leído en
revistas y periódicos, aquí Slash decide contar la historia de la banda desde
dentro, y no tiene pelos en la lengua.
Nunca descalifica a nadie gratuitamente, él expone los hechos y nos
cuenta sin ambajes el por qué tuvo problemas con éste o con aquél. Sobre Axl baste una frase, cuando dice que le
costó años conocer su pesonalidad “si es
que alguna vez llegué a conocerla”. En
este punto, la narración es practicamente un monologo sobre colocones, paranoias,
alucinaciones, camellos, intentos inútiles de desintoxicación, más drogas, más
camellos… una vida tirada a la basura hasta que poco a poco reemprende la
marcha hasta la sobriedad y la paternidad actual. La época post-Appetite, el despido de Steven
Adler y el doloroso parto que supuso la grabción y edición de los Use Your
Illusion, las discrepancias de la banda con el cada vez más megalómano Axl y
las disputas internas son relatos tremendamente entretenidos. A partir de la renuncia de Slash a seguir
perteneciendo a ese circo en el que se convirtió G’n’R, la lectura, a pesar de ser disfrutable, se va
volviendo más monótona.
Lo mejor es
que, intercaladas con el relato, te va contando anécdotas divertidísimas. Así gracias a Slash podemos saber que si
estás en pleno invierno, con un frío del carajo, y estás tan borracho que te
quedas sobado y te meas encima, debes llevar puesto un pantalón de cuero, ya
que “conserva mejor el calor corporal,
además si llevaras un vaquero se te helarían las pelotas” (sic). También gracias a Slash sabemos que Axl es
capaz de bajarse de un coche en marcha sin avisar, y tras trastabillarse y dar
dos o tres saltitos salir corriendo dejando a Slash estupefacto. O su método para colarse en un club un día en
el que le no le permitieron la entrada, y ciego como estaba descubrió que a las
mujeres les dejaban entrar sin preguntar siquiera, así que con la borrachera
encima decide volver a casa, vestirse de mujer, para volver al club a
intentarlo de nuevo… y conseguirlo!!!
Solo para una vez dentro, darse cuenta de lo ridículo de la situación y
salir por piernas de allí.
En fin, yo
me he divertido mucho leyéndolo, algo que por otra parte es la misión de éste
tipo de lectura: divertir. Ahora solo falta esperar que Izzy, Duf, o
Steven saque sus respectivas biografías.
¿y Axl? Ufff… ni por asomo le veo
haciendo algo así.
4 comentarios:
Pinta bien, me la apunto, puede ser una buena lectura para el recién estrenado veranito.
La he leído. Está bien, pero la de Motley Crue es impresionante.
Uy! esta me la apunto como indispensable, pero es cierto la de los Crue es impresionante.
Un Abrazo.
Sí señor. Tenéis razón. La de Mötley Crüe es mejor, también tengo ese libro, y curiosamente llevo varios días con él, y anoche lo terminé de releer. La diferencia es que en aquel libro son cuatro los protagonistas y ves la historia desde cuatro puntos de vista diferentes, y en este solamente es uno. En fin, a ver si se animan los demás Gunners. Saludos a todos, y si hay alguno que sea de Pamplona o alrededores, que pasemos unos buenos sanfermines (y si nos venís a visitar os deseo lo mismo, of course). Agur...
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