lunes, 10 de enero de 2011

Soungarden "Badmotorfinger"


Etiquetas. Desde el principio de la escritura el ser humano ha estado etiquetándolo todo. Unas veces para comprender el significado de un conjunto de cosas que comparten algo en común, otras veces simplemente para saber de qué estamos hablando. Musicalmente el etiquetado de diversos estilos ha llegado a un punto desesperante. No hablo de los estilos musicales, en mi opinión hay que diferenciar una cosa de la otra. Una cosa es un estilo musical, y otra muy distinta una etiqueta. Para mí, un estilo musical es el Blues, o el Heavy Metal, o el Jazz, o el Rock & Roll o el Punk. Ahora bien, cuando me hablan de Psycho-Billy, o de Nu-Metal, o de Symphonic-Jazz-Soul-Punk, o de Emo-Rock, pues la verdad, no sé que carajo me están contando.

Todo esto viene a cuento por una etiqueta que surgió a principios de los 90 en la ciudad de Seattle: el Grunge. Bajo ésta denominación se englobó a una serie de bandas que en mi opinión nada tenían que ver entre sí, sólo que eran de Seattle, y que una gran mayoría de ellos se pinchaban en el brazo. Eso era el único nexo común. Porque ya me diréis que tiene que ver musicalmente Alice In Chains con, por ejemplo, Nirvana. O en que se parece Soundgarden a Pearl Jam. Las influencias en cada uno de esos grupos era tan diversa, su música tan distinta, que meterlos a todos en el mismo saco es, en mi opinión, una chorrada. Una etiqueta. Para mí el Grunge es la etiqueta por antonomasia.


Y dentro de esa escena (otra palabra chorrona, “escena”), se editó el disco que nos ocupa. Un clásico del Rock (eso sí que no es una etiqueta), que habiendo pasado ya unos cuantos años, suena tan fresco y tan agresivo como el día en que se grabó. Uno de los pilares de esa música que salió de Seattle. Posiblemente sea el disco más desgarrador y pesado que se haya grabado en aquella época. La guitarra de Kim Thayil es la protagonista en un principio, pero conforme va avanzando la grabación te vas dando cuenta de que el bajo, en el que no habías caído antes, se va convirtiendo en el dueño absoluto del disco. Si a todo eso le añadimos la mala leche y rabia que escupe Chris Cornell, ya tenemos el puzzle completo. Las composiciones pecan a veces de bajar por momentos la marcha rítmica, quizás por eso suena tan pesado.

Las canciones navegan entre el ritmo machacón a lo Black Sabbath, “Outshined”, “Holy Water”, “Room Of A Thousand Years Wide”, la brutalidad sonora y rítmica de temas como “Face Pollution”, o “Drawing Flies” y un saxo loco que suena por ahí en medio, las Zeppelinianas “Somewhere”, o “Mind Riot”, y las inclasificables “New Damage”, “Rusty Cage”, o “Jesus Christ Pose”, ésta última la mejor sin duda, un tema tan loco, enfermizo, con un ritmo endiablado, unas letras tan ofensivas religiosamente que el vídeo clip fue censurado en la MTV en su momento. Un disco básico de los 90, imprescindible para ese movimiento musical de Seattle cuya etiqueta no voy a nombrar y que todos tenéis en mente.


Curiosidades: El disco tiene tanta calidad, que fue nominado a los Grammy en 1991 como “mejor representación de metal”, y fue catalogado por la revista Guitar Player en el puesto 45 de la lista de los “100 mejores álbumes de rock de todos los tiempos”. La canción “Rusty Cage” fue versioneada por Johnny Cash en su disco “Unchained”. Una vez desecha la banda, Chris Cornell puso voz a ese supergrupo llamado Audioslave, que a pesar de tener mucha calidad, no llegaron a ninguna parte. Después inició una carrera en solitario patética, intentando parecer una especie de Enrique Iglesias y similares que daba vergüenza ajena. Lamentable. Ahora parece ser que Soundgarden se van a reunir de nuevo. Esperemos que estén a la altura.

11 comentarios:

Savoy Truffle dijo...

Para mi este disco es alucinante, aunque admito que me gusta más el Superunknown. Coincidimos en que es puro rock, si señor. Memorable Rusty Cage. De todas formas, tengo alguna discrepancia en cuanto a lo que dices del grunge, porque estos grupos a veces si que se parecían... lo digo porque hace poco le grabé a un amigo una de Alice in Chains y enseguida le recordaba a Nirvana, eso es así. Saludos.

TSI-NA-PAH dijo...

Yo les vi en esa gira junto a los Faith No More
Que tiempos!

Paco dijo...

Disco imprescindible (cierto lo del bajo). Una pena que Cornell no supiera superar esta obra. Con Audioslave también hizo algunas cosas interesantes, como Like a stone. De su carrera en solitario, ni idea. Lo de las etiquetas es insoportable, en cuanto que cada uno puede denominarlas a su antojo. A ver si es verdad que vuelven con ganas. Saludos.

J.M.B. dijo...

Lástima la pseudocarrerita en solitario de Cornell...

Un saludo

Redacció dijo...

Luego vino la comercialización de grupos adscritos a la etiqueta grunge... eso daba más pena que la propia etiqueta en si.
Gran época para el rock aquella.
Saludos

ROCKLAND dijo...

¡Pedazo de dinamita!

Todavía retumban mi oídos al son de "New Damage" o "Face pollution".

Los descubrí con este disco y se convirtieron para mi gusto en la BANDA de los 90.

Excelente post.

Saludos.

J Aybar dijo...

Tu lo has dicho, absolutamente imprescindible. Esperemos que Cornell se redima ...

El incomprendido dijo...

Peazo de burrada de disco. Una pasada. En cuanto a los parecidos entre bandas, pues que queréis que os diga. A mí Nirvana no me recuerda para nada a Alice In Chains, la mejor banda del Grunge. Estos son mucho más depresivos que Nirvana. Aunque me gusta Nirvana. Soundgarden son una pasada, y Pearl Jam un coñazo infumable. Ahí tienes razón, no tienen nada que ver una con otra. Grandes Soundgarden.

Kolikotron dijo...

Son buenos de cojones, a los que no soporto dentro de toda esa parafernalia llamada Grunge es a los Pearl Jam, me dan grima...
Saludos metalicos

Juancho Farias dijo...

La gran banda de grunge por excelencia y la voz de Cornell ,sublime my friend
Un abrazo rocanrolero

manel dijo...

Gran disco. Quemado de tanto escucharlo. ¿Gruge? Que coño significa esta eqtiqueta. Hard rock puro y duro por parte de una banda en estado de gracia. Saludos!!!!