Chris Laubis : ¡¡Eh Cabrones, Johnny Thunders Aún Navega!!

Tan básico como un abordaje por parte de Long John Silver y sus secuaces. Como desbancar un casino o ganar una timba al poker en el garito más infecto de Las Vegas. como conectar una guitarra, un bajo y una voz a la electricidad y que las baquetas del batera cuenten uan, chú, zri, for.

Golfas y golfos, Chris Laubis y su banda acaban de parir con gozoso dolor un  discazo de puro y puto Rock N Roll. Sin concesiones. Como mucho el respeto por iconos absolutos de esto del Rock N Roll más garitero, sucio y perverso de occidente. esto es: Johnny Thunders, Mott The Hoople y, por extensión, Ian Hunter, Los Rolling, de la época "Exile" y el puto Dan Baird y sus Georgia en algún tema de esta efervescente locura llamada "Black Cat Xing". Diez poderosaas y adictivas canciones conectadas con el lado peligroso de la calle del Rock N Roll a la que le llovizna el mejor Glam - Rock de los años setenta y encharca en deliciosas canciones llenas de ironía, sudor, sexo y risas de esas que se pierden en la madrugada.

El neoyorquino Chris Laubis acaba de sacar al mercado su cuarto disco y a mi me ha enamorado su indolencia salvaje, su maravillosa falta de pretensiones, su necesidad de epatar con tres acordes y un montón de ganas de pasarlo bien y hacérnoslo pasar bien a nosotros.

Toda esa miseria que los grandes estadios nunca se atreverían a ofrecer. Todo el submundo alcoholizado, perverso, cachondo, perdido para para una sociedad que no se ve los cojones, ni el coño porque la barriga emocional lleva ocultándoselos años, todo el sudor del alma, toda la distorsión del corazón y el desafine de personas que sólo quieren reírse con los demás y buscar en dos horas el abordaje perfecto a una vida gris y pasarla por la quilla, sacarle las tripas y dársela de comer a los cuervos más negros de los que seas capaz de soñar, queda resumido en la música que Laubis exuda en este álbum.

Tienes a Juanito Truenos, en la deliciosa " I Love to Masticate" o " Too Many Nights in a Gin Mill"  tienes a los Rolling, "Hey Chatterbox", tienes a Ian Hunter en " Just What I Need" a los Who en " Loving Cup"...¿Necesitas más ejemplos? Y no, ni de puta coña estoy hablando de imitación. Hablo de amor por una épòca en donde la música salia del corazón, se emborrachaba en el alma y se daba de ostias en la tripas para acabar siendo expulsada por la garganta cazallera y garrula de un nota que acojonaría a Jack Sparrow.

Uno, que ha tenido la puta suerte de ver, por perro, por diablo y, desde luego, por viejo al puñetero Johnny Thunders, me preguntó si tenia jaco, el muy crápula, no puede sino congratularse de caerse de bruces y darse un delicioso ostión con este rocker pirata y sin complejos y enfrascarse en la batalla de su vida con esta espectacular colección de canciones.

Cuando la campiña te satura, cuando estás de los atardeceres hasta los huevos y lo bucólico se atraganta, la ostia que bien sienta un lingotazo del bourbon más cazallero y peleón que se sirve en el barucho más infecto y miserable de la gran manzana. Ese barucho donde, a la hora bruja, Chris Laubis te arrancará el alma de tu cuerpo y se la cambiará a Satanás por un juego de cuerdas nuevas.

Chris Laubis : The Late Show

Chris Laubis :  I Love to Masticate

Chris Laubis: Can't Hear Myself Drink