jueves, 24 de enero de 2013

The Lone Bellow : Las latitudes y las longitudes del Alma



Entendemos el mundo de una manera única y especial. Cada uno de nosotros, a su particular manera, es dueño de un mundo propio. Un planeta, un país, una ciudad, una vida, una muerte, un dolor, una dicha.

El modo en que las latitudes y las longitudes del alma sitúan a cada uno de nosotros en ese lugar especial, hace que enfoquemos nuestra vida entera, conforme esos lugares se despliegan ante nosotros.

Zach Williams mira al mundo con dolor. Una vida teñida de tragedia a la que, sin embargo, coge de la mano y no abandona, no huye de ella, no la oculta, ni reniega y, sobre todo, le da la vuelta para crear música maravillosa; emocionante, emocional, desde dentro, desde muy dentro. En esas fronteras del alma, donde muy pocos se atreven a adentrarse y donde, como no, los ángeles no se atreven a pisar.

Cuando la mujer de Zach tuvo un accidente montando a caballo cuyo resultado fue una parálisis, casi total. Los días se congelaron y el horizonte desapareció de la vista de la pareja.

Uno se hunde, se refugia en cualquier sustancia, se pierde dentro de sí mismo o descarga su rabia y frustración contra todo y contra todos.

Williams, sin embargo, empezó a escribir. Palabras que eran lágrimas, gritos, puñetazos a una pared. Todo ello plasmado en un diario. A menudo con ritmo y rima pero no con la intención de que fueran canciones. Y fue su amigo, el cantautor Caleb Clardy quien le empujó a ver las cosas de otro modo. Clardy miró lo que había escrito Zach Williams,  y casi zarandeándole el alma le dijo: "estas son canciones, hombre, tienes que aprender a tocar la guitarra y cantar al mismo tiempo."

Y así empezó todo. La banda se mudó desde  Brooklyn, lugar en donde vivía, pese a que Williams nació en Georgia, a Nueva York y sacó un discazo altamente recomendable “Story Time” en 2009. Su mujer fue mejorando y la vida de Williams había cambiado para siempre.

Las canciones de Williams hablan de  "Tragedia, esperanza, traición y redención”, en palabras del músico. Y yo añadiría que son palabras de amor y pasión, de vida exprimida al límite, de apurar cada segundo en esta existencia sea del modo que sea. Cansando al cuerpo, acariciando el alma, caer desde lo alto de un acantilado de espaldas a la vida, sabiendo que, hasta que ésta sea, tú, debes de ser.

Williams posee una pureza única. Sus canciones, parecen necesitar ser vomitadas desde el tuétano del alma a un mundo que permanece ajeno a todo mientras no le incumba directamente. La fuerza, la pasión con que el músico desarrolla canciones es algo que a mí, particularmente me envenena los sentidos.

Zach Williams, Kanene Pipkin y Brian Elmquist son intérpretes vivos naturales, apasionados que toca y cantan un folk-rock de  infecciosas texturas, de arrebatadas interpretaciones y con una total y absoluta vinculación y en estrecha armonía entre los tres miembros de la banda.

Las doce canciones de este primer álbum del Bramido Solitario, son maravillosos paseos por el sentimiento, la fuerza y una apasionada forma de ver la vida. “Green Eyes and a Heart of Gold”, la increíble, adictiva y maravillosa “Bleeding Out”, “The One You Should've Let Go” o “Two Sides Of Lonely” y “Looking for You” son maravillosos muestras de un corazón que arde con fuerza, con intensidad, con rabia.

Puede que la música te llegue más o menos, puede que en estos momentos, no estés para estos sonidos pero, si le prestas unos segundos de tu vida, escuchando, seguro que tu vida experimentará un pequeño cambio, aunque sea brevemente, y dentro de ti crecerá un fuego tan hermoso como un amanecer.


THE LONE BELLOW - "Two Sides of Lonely" [live] from SerialBox Presents on Vimeo.

THE LONE BELLOW - "Teach Me to Know" [live] from SerialBox Presents on Vimeo.





2 comentarios:

Rafa dijo...

Pues lo he estado escuchando esta semana.Es un discazo, y realmente cantan las canciones desde muy profundo del alma. un abrazo,

Redacció dijo...

Desde luego que me voy adetener en este disco. Me ha gustado mucho la reseña, si es verdad que determinados discos tienen que disponer de su momento idoneo, aunque canciones como estas bien merecen prioridad. Excelente, saludos.