Enrique Villareal : Tres Puntadas, Tinta Roja Y Negra Corriendo Por Sus Venas

He tenido la fortuna de escuchar la extensa entrevista que Enrique Villareal, El Drogas, concedió el 31 de Julio en Radio Utopía de Madrid, al respecto de la próxima publicación, el día 15 de Septiembre, de su primer libro, que sé, y deseo que no será el último.

Literatura y Rock N Roll. Primos y, a veces, primos - Hermanos. Se miran desde una distancia extraña, envidiosa, midiéndose de esa manera única y vertiginosa que supone el crear y compartir ese algo que, a veces, alguien tiene dentro de sí.

¿Y que tienes tú dentro Enrique, que alumbras en estos momentos de tu vida ahora que tu mundo ha girado 180 grados y tu existencia está en un lugar inaudito, asombroso, adictivo?

Pasión, desde luego. Alma, por supuesto.  Emocionalidad y un sentimiento que empuja a este AUTOR, si, con mayúsculas, ya que no creo que sea sólo un músico. Tampoco un letrista inspirado. Es, creo yo, una persona que siente. Es, creo yo, un ser humano que empatiza con los sufrimientos de todos aquellos que no tienen voz, o no tiene un micro para aumentar ese algo que se necesita gritar. Una muestra de ello es ese proyecto personal, intenso, emotivo y dolorosamente poderoso que fue, que es, (porque, creo yo, que esta historia dista mucho de estar terminada) "La Tierra Está Sorda". 

Los huesos que no están bien enterrados, y esos huesos, a los que Enrique pone tinta sobre papel como sangre que cae en la tierra o se hunde en la pared junto a la bala que lo mata, esos huesos nunca estarán bien enterrados; y nos hace falta la pala de la verdad, del sentir ese dolor ajeno tan necesario que nos empuja a seguir sintiéndose humano, para desenterrar ese grito, esa vida segada, arrancada con dedos míseros, fascistas y darle luz, darle palabra, reconocer su existencia y así, volverla eterna.

Escribir, es fácil. Sino mira a tanto estúpido, tanto estómago agradecido, tanto mierdero juntaletras que se gana la vida, a veces muy bien, encadenando tópico tras tópico y lamiendo con presteza la mano que le alimenta. Pero escribir, no es trasmitir eso que arde dentro, obligandolo a pasar por la gatera de la industria. Escribir no es quedar bien, arrullar a un público con quien tienes que quedar bien y ser conocido y valorado por esos que miran el mar de la vida de reojo, sin atreverse a poner los pies del alma en la orilla y, mucho menos a zambullirse, a caerse al profundo, a sentir las olas golpeándote, derrumbandote, recordándote, en  definitiva, que estás vivo y, que esa vida es una ola, una gota de la ola, el sueño de la espuma queriendo ser mar.

Escribir, como escribe Enrique Villareal, y como referencia tengo algún articulo suyo en el periódico Gara, más sus textos en el libro la tierra está sorda, más sus poesías musicadas en esa obra arrebatada que es "Libros Prestados".Escribir, digo, así, es otra cosa. Es sacar un algo que se tiene o no se tiene. Como ejemplo,si miras obras pictóricas de autores consagrados y ves, por ejemplo, un grafitti, de Banksy, te das cuenta que no es una cuestión de hacerlo perfecto sino de trasmitir algo, de señalar eso que apesta, de decir en alto que el puto emperador no sólo va desnudo sino que es un hijo de puta.

"Tres Puntadas" es un libro compuesto de tres EPs . Una recopilación realizada por El Drogas de diferentes obras."Y si la noche fuese mi cómplice", firmado bajo el seudónimo de Eva Zanroi, en el que El Drogas bucea en lo que el denomina su lado más femenino, "El ojo de la aguja", formado por catorce escritos que se publicaron en su momento en el diario Gara, y El rincón oscuro" ese algo que a mi se me escapa en su definición y que estoy brutalmente necesitado de hincarle el alma.

Llegará el momento de extenderse sobre esta obra que nos espera emboscada a dos meses vista. pero veía la necesidad de dar una ostia en la mesa en este verano abrasador que atonta las neuronas y señalaros que por ahí, VIVE, gente que siente la sangre latiendole a cada respiración, gente que suda el alma de todos los modos maravillosos conque trasmiten esa necesidad de gritar la verdad, su verdad. Cruda, sin azúcar para ablandarla y hacerla más fácil de tragar. Gente, tíos y tías como tú y como yo. Con sus errores y sus aciertos. Gente que sublima su necesidad de hablar y trasforma la palabra en un arma, ese arma cargada de futuro pero, no por ello obligada a cargarse de polvo en una panoplia en la pared sino dispuesta a ser utilizada las veces que sea necesaria hasta que la justicia, o lo más parecido a ella pueda caminar por todos los pueblos que albergaron cunetas cargadas de sueños sin vergüenza, sin lágrimas, sin dolor.


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