¿Sabéis que creo que hace que las
cosas funcionen en este mundo? La honestidad. La verdad en el primer momento.
El no cerrar los ojos a la verdad. Por puta y miserable que ésta sea.
Y esto que debería ser piedra
angular en las relaciones entre las personas. También se aplica a esta belleza
que amamos los que andamos por estos lares y lleva por nombre Música.
Cory Chisel y su maravillosa
banda The Wandering Sons, han parido con dulce dolor y emoción a flor de piel
un delicioso disco titulado “Old Believers”. Segundo disco de Cory Chisel &
The Wandering Sons. Y, en palabras del
propio Chisel: Una obra que habla de reconstruir. Y a esto le añado yo mi
propia opinión. Si este disco trata sobre la reconstrucción de las cosas. La
lógica empuja a pensar que, antes, la vida ha sido derribada, deshecha o
meramente resquebrajada.
Así, tiene sentido que se creen
canciones que hablan de cómo dirigirse hacia adelante. De cómo uno, una, camina
hacia un mundo nuevo. Un mundo que se debe descubrir con honestidad, con
inocencia. Aún manchados por viejas inercias emocionales o caminos retorcidos
que dejan huella. Este nuevo mundo tiene leyes físicas distintas y, lo
inteligente, es adaptarse a él, no hacer que éste se adapte a nosotros.
“Old Believers” es una bonita
proclama en este sentido. El de Babbitt, Minnesota, ha creado una maravilla
musical llena de emociones a flor de piel que se canta y se toca con orgullo,
con cariño, con sinceridad. Esto se constata en la poderosísima interpretación
de “I’ve Been Accused.” Pero esta acometida brutal de los sentimientos también está
presente en temas como “Never Meant To
Love You”, “Please Tell Me,” y esa belleza, que a mí me tiene pilladisimo
titulada “Seventeen”.
EL Soul, el Rock, el Blues, el
Gospel. La verdad. Amigas y amigos. A flor de piel. Con la garganta atrapada
por la mano del alma. Esa honesta actitud musical que hace que el receptor de
la canción se emocione. El asunto, al
fin y al cabo, es ese. Escuchar una canción, y me da igual de quien sea. Con el
alma, con el corazón. Recibiendo lo que esa otra persona te transmite con una
honestidad brutal. Sea un punteo del gran Stevie ray, un guitarrazo de los Buckcherry
o un aullido de Mónica Naranjo. No es tanto la canción sino como es
interpretada y, sobre todo como la recibe nuestras orejas y nuestro corazón.
De esto Cory Chisel y sus Hijos
Vagabundos saben un montón. Y lo demuestran en este discazo grabado en Nashville y producido por ese músico
maravilloso llamado Brendan Benson, de la mítica banda The Raconteurs.
Belleza, poesía, alma y verdad.
Tan necesarias en este mundo…tan difíciles de ver.
6 comentarios:
Gracias, y si, la musica la tienes q escuchar con el alma y el corazon, te aseguro q asi lo hago.
"Sobrevivire" Y con gente honesta a mi lado mejorrrrrrrrrrrrrrrrr!!
Yo estoy de acuerdo con Adagio...cómo cambia una canción si con quien la escuchas es un amig@ honest@...me quedo con las ganas de escuchar ese tema...Seventeen...del que hablas...menuda bomba de post...entre guitarrazos, poesia y buena musica...soñar para no querer despertar chico rockero
El primer parrafo es una declaración de verdad que comparto al 100%. Creo que llevas razón en todo lo que comentas en este afilado post, grandes reflexiones. Escuchare a esta gente que no les conozco...
Muy buen texto tío.
Abrazo...
Gracias por tan magnífico post y por darnos a conocer a estos músicos.
Me han hablado maravillas de este chico. Y lo que puedo escuchar lo refrenda. Saludos!!!
Qué maravilla, flechazo a la primera!
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