viernes, 18 de abril de 2014

Podemos Ser Héroes


Me gustan los tebeos. Adoro sumergirme en océanos de imaginación y pura creatividad humana.
 Todos los mares que gente con talento han desplegado para nosotros, me son necesarios para buscar mi propio horizonte emocional.
Desde Little Nemo a Terry And The Pirates, del Silencio De Comes al Tarzán de Burne Hogart, del Makinavaja de Ivá a las obras de Hugo Pratt, del Monster o el 20 Century Boys de Naoki Urasawa al Sgto. Rock de Bob Kanigher y Russ Heath o los tebeos de Ibañez, del Slaine al Kozure Okami de  Kazuo Koike y Goseki Kojima, del Peter Punk del Max al Alack Sinner de Muñoz y Sampayo...
Y los Superhéroes.
¡Joder, los superhéroes! Me fascina ese extraño y absurdo equilibrio entre industria y pura y desbordada imaginación y talento de los autores norteamericanos. Así, no es de extrañar que el tebeo, como tal se crease en los Estados Unidos, país que, en muchos aspectos se comporta como un adolescente. Este hecho no hace sino confirmar el curioso fenómeno que se ha ido desarrollando en estos años recientes.
Con Daredevil:Born Again, de Frank Miller y David Mazuchelli, The Golden Age de James  Robinson Y Paul Smith y, sobre todo con Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons,  los Superhéroes se volvieron humanos, con el sobrevalorado Kick-Ass de Mark Millar y John Romita Jr. se apuntó en la dirección correcta al sugerir el porqué nadie se volvía un Superhéroe en la vida real, en este mundo real.
 Y es que en este mundo donde cualquier papanatas es una estrella, por muy efímero que sea su brillo y los artistas se ven empujados a ser superestrellas, no extraña el que aparezcan individuos que se crean su propio modo de ver un mundo degradado y envilecido y quieran marcar la diferencia.

 Decía Pico Della Mirandola en 1489 en su "Discurso sobre la dignidad del Hombre" que tendemos a reconstruir las historias que nos contamos a nosotros mismos. Así, aprendemos tanto de nosotros mismos como de los que están a nuestro alrededor. Y en esta época caótica que vivimos, estamos reforzando constantemente la idea perversa de que somos aberraciones antinaturales que nos empujan y nos precipitamos gustosos a un vacío que no hace más que crecer. Si esta idea arraiga en nuestras mentes influenciables y deja huella en el arte, la política, en la sociedad en si; si dejamos que las historias sólo sean de culpa y fracaso y tengan un final infeliz, viviremos bajo la sombra ominosa de esa oscuridad para siempre. 
Me pregunto si ha sido esa percepción de lo más triste y gris de nuestras vidas las que han empujado a tipos tan normales como cualquiera a lanzarse y crear sus disfraces, a coser capuchas, símbolos e imaginar nombres brillantes y llamativos para hacer lo correcto, para hacer el bien. 

Personas como Life que con un fuerte sentido de la justicia social que dedica horas de su vida a  trabajar con las personas sin hogar y marginados que encuentra a su alrededor y dispensar esas, aparentemente pequeñas comodidades que vitalmente llenan los huecos dejados por el Departamento de Servicios para Desamparados de NYC.  Cargado con una mochila llena de cepillos de dientes, lociones, jabones y alimentos, patrulla las zonas más desfavorecidas de la ciudad ayudando a la gente.
Está Lionheart en Liberia, vestido con una camiseta y una máscara que da esperanza a quien menos tiene. Ver la devastación que la guerra y la pobreza causaron a sus compatriotas: la tuberculosis, la disentería, la muerte, lo marcó de por vida .Sabía que no tenía más remedio que actuar. Buscar los medios para que cada aldea se proveyese de agua potable, educar a las chicas de los poblados para que no sean un número más como las otras que se llevaron, prometiéndoles una cosa para luego convertirlas en esclavas sexuales. Lionheart va por los pueblos y trata de educar a las gentes sobre esto, para decirles que sean conscientes de si mismos, para llegar a ser autosuficientes.
Están Zetaman en Portland que patrulla las calles con comida y ropa para los sin techo de la ciudad. En Atlanta Crimson Fist, un ex-politoxicómano que procura que los chicos y chicas no sigan el camino que sufrió él, The Statesman en Birmingham, Reino Unido y su lucha contra el narcotráfico,  En Vancouver, Canadá, está Thanatos, que reparte comida y ropa de abrigo entre quienes solo la muerte parece prestarles atención. Está Nyx en Nueva York, si, también hay chicas, y ésta procura ayudar a aquellas que sólo tienen su cuerpo para procurarse una dosis de Crack. Incluso verdaderos luchadores contra el crimen como Phoenix Jones en Seatlle cuyo conocimiento en artes marciales y un eficaz táser ha evitado robos y violaciones y ha dado más de un susto a narcos de la zona. Están Oni en Japón, Superbarrio en Mexico...
Ridículos ¿No? Imagino esa sonrisa de suficiencia que algunos pueden estar poniendo ahora. Payasos, colgados, frikis, mataos, colgaos... Si, puede que también haya algo, o mucho de eso, pero, dime ¿que los diferencia de esos chavales y chavalas que imitan a Sid Vicious, a Axl Rose, a Shakira a Cristiano Ronaldo a cualquier estrella o estrellita efímera del mundo de la música o el cine o los deportes?.

La gente se hace tatuajes, se cambia de sexo, se aumenta o disminuye las tetas, el culo, el estomago, tratan de ser perfectos, de que todos los admiren y se fijen en ellos en una obsesiva carrera hacia si mismos. El Yo, mi, me, conmigo que excluye a todos los que no sean ellos.
Al menos, estos mataos miran fuera de sus ombligos. Tratan de manera

 casi infantil de arreglar todo aquello que se roto o corrompido aportando un algo que haga de este mundo un sitio mejor. Dan, no a ti o a mi, que lo tenemos fácil, una esperanza, marcan una diferencia y, de paso, viven esa experiencia única y deseada por ellos desde que eran niños.
Y tú puedes decir que para ayudar a los demás no necesitan disfrazarse de mamarrachos. Si, pero ¿que los diferencia de los del pañuelo palestino de los cojones, o de los del hábito, la sotana o el traje evangélico?


 Por ahora se centran en cosas pequeñas, viven vidas emocionantes y creen, de verdad que lo creen, que aportan algo a la sociedad. Centran su energía en facilitar, unos minutos nada más, algo de sosiego y confort a quienes no tienen nada, y nada es nada, ni pensión, ni sueños, ni ropa, ni hogar. Aportar algo de luz a tanta oscuridad, darles un mínimo de esperanza, aunque sea disfrazado de mamarracho, merece la pena, creo yo.
Y, no deberías poner esa cara. Tú, seguramente, conoces algún Superheroe. Gente que ha hecho cosas admirables, sin necesidad de trajes estrafalarios, es cierto, pero, ¿hubiera importado si lo hacían disfrazados?.

Yo sé de gente que en el mejor momento de su vida cargó con las vidas de otras personas como Atlas, en su momento, cargó con el peso del mundo a sus espaldas. Admiro de una manera absoluta a esta persona y procuro aprender de sus gestos y vivencias cada día.
También conozco a otro que luchó contra una supervillana de comic que se adueño de su cabeza y después trató de acabar con su cuerpo. Su perseverancia, su tesón y su actitud vitalista han logrado que, hoy en día, se pueda considerar a esa arpía derrotada. Y, sí, conozco a otra persona que volvió su vida muro de contención, y aún lo hace, para salvaguardar a aquellos que más quería de cualquier mal de este mundo aún a riesgo de privarse de una vida que otros, y ella misma también, hubieran disfrutado despreocupadamente.
Imagino que muchos pensareis:"que pobres tarados. Que pena de vida tiene que tener para acabar creyéndose personajes de tebeo" ¿Y tú y yo?. ¿Y cualquier tipo o tipa un sábado a la noche imitando en los bares de cualquier ciudad a James Dean, o a Scarlett Johanson, ávidos y a la vez atemorizados por un mínimo de contacto, de cariño o una dosis de autoestima que eleve el ego?. ¿hay tanta diferencia, es menos ridículo?.
No es tan extraña una vida donde las personas pretendan ser más de lo que son. E. Paul Zerh explicó en su libro:" Becoming Batman" el tipo de entrenamiento, dieta, tabla de ejercicios y tiempo que se necesitarían en la vida real para transformarse en un Superheroe.
Los tebeos poseen esa vitalidad primitiva del arte prehistórico, esa magia simpática que se recreaba en las cuevas de este mundo hace 40.000 años donde algo más grande que la vida daba esperanza, fuera al final real o no.
En este siglo XXI, donde todos estamos continuamente bombardeados por unos medios de comunicación aterrorizantes, abrumadores, alarmistas y nihilistas donde imágenes de muerte, guerra, humillación, dolor y miedo se adueñan de cada segundo de nuestras vidas so pretexto de que es esa la historia que precisan y desean los consumidores de entretenimiento. En este siglo vilipendiado, ¿no deberíamos de enfatizar nuestra inteligencia, nuestra gracia, nuestra bondad, la honestidad, la capacidad de amar, la creatividad, el sentido del humor, la solidaridad? ¿No deberían de manifestarse en nuestro comportamiento, en nuestro trabajo y relaciones? Deberían de resultarnos esperanzadoras la proliferación de historias de Supérheroes. Su luminosidad, su afán de buscar lo mejor de cada uno de nosotros, de imaginar lo más justo, decidido y bueno que albergamos es un lujo que deberíamos de agradecer. Al fin y al cabo, el primer Supérheroe, Superman, de 1938, fue concebido por dos chavales como un superhombre solidario, socialista en su pensamiento y enfrentado a políticos corruptos, maltratadores de mujeres y policías que abusaban de su cargo para imponer una ley del miedo y el silencio.
Las historias de Superhéroes se crean en los, supuestamente, niveles más bajos de nuestra cultura, pero contienen en su interior todos los sueños y miedos que albergamos los seres humanos.
Estos chicos y chicas, estos mequetrefes con buenas intenciones y la cabeza en las nubes, quieren, de verdad, hacer algo mejor por el mundo. Aunque éste sea un barrio, una calle, una persona que come caliente o se arrebuja en un abrigo o una bufanda, o salva su cuerpo y su alma de una agresión. Estos mataos hacen algo positivo en su vida y en la de los demás...¿Tan malo es?




4 comentarios:

Unknown dijo...

20 Century Boys es absolutamente genial. Creo que es lo mejorcito que ha dado Japón en el plano audiovisual. Un abrazo, tío. Pásate por el blog mío si quieres: homenaje a García Márquez.

Jorge García dijo...

Los mayores superheroes amigo mío son lo que consiguen evitar tener que vencer arpias que intentan asaltarles porque hacen de su vida un escenario vitalista y multidisciplinar en el que son capaces de dar y recibir con libertad y humanismo.
A mi no me gustan los comics, en principio, pero me gustan los heroes como mi amigo Rafa, a lo mejor me acerco un poquito a los comics y así veo un poquito mas a mi colega.
desde León un abrazo fuerte y besazo a la reina.

Carolynn Underground dijo...


A mí también me gusta tu amigo Rafa, Addi, me gusta su mundo rodeado del color de los comics y de historias en las que el protagonista, con o sin antifaz, crea la ilusión en el lector de que otro mundo es posible, muchos conocemos gente que son más que Super Heroes, son personas que ayudan a esperanzarse a otros cada día, gente que da cada paso con dignidad y valentía. Me alucinas chico rockero... claro que ese es uno de tus Super Poderes...y tú lo sabes bien. Buen FInde

TwoHeads dijo...

¡Ah los compañeros del superheroe!¿que haria yo sin vosotros? Sois mi Robin, mi Bucky Barnes...Y agradezco vuestras palabras en un post tan suigeneris como este. Leido está tu post hermoso sobre Garcia Marquez..nos queda sus palabras, menos mal
Querido Addi, nunca es tarde parazambulllirse en algo tan bonito como los tebeos..Aqui te dejo algunos título: Batman Año Uno. Planetary, Daredevil, Born Again, Watchmen, Historias de una rata mala, Superman All Stars..y buuuufff muchos más
Y Carolynn..superpoderes, la verdad es que si tengo uno, la asombrosa capacidad de enamorarme de tí cada segundo de mi existencia, más y más y más hasta mel fin de los tiempos....
Gracias a todos por vuestras palabras y por pasaros por aquí..nos vemos ..un abrazo.