sábado, 28 de noviembre de 2015

Jeff Crosby: Luz De Estrellas Lejanas


Ahora que dejo caer las últimas palabras en este invento que hemos acunado, sufrido y disfrutado por años..de repente, se abalanzan historias, se mezclan impresiones y sensaciones que  claman por hallar su espacio en esta historia, que son puzzle de historias más pequeñas.
Me viene al corazón, la necesidad de abrazar, de posar la mano en el hombro de  Jesse Hughes y Josh Homme cuando, entre lágrimas apenas contenidas, relataban la monstruosidad sucedida en La Bataclan de París.
O, también relatar uno de los mejores conciertos que he visto en años gracias a los caballeros de Black Star Riders.
O sugerir la lectura de Mr. Mercedes, del puñetero de Stephen King que borda un relato que engancha desde la primera frase...O, "Waking Days" el tercer álbum de Jeff Crosby si no cuentas sus dos EPs.
Diez canciones magnificas. Intensas, hermosas, atemporales en su factura, deliciosas en su contenido literario y musical, embriagadas, todas, de esa esencia que Jackson Browne o  Gram Parsons, por poner dos ejemplos, dejaron plasmadas en sus obras.
Envolverse en alas de ángel sin cielo, recorrer ese espacio mísero que nos aleja de la brutalidad de ser, ser humano. Ese material sensible y fugaz que se adentra con premura entre cosas hechas de piedra, acero y cristal mientras, a su alrededor, los fantasmas y los ecos de vidas pasadas inundan cada esquina.
En esta vida que corre desbocada, nuestras mentes recogen las reverberaciones de las vidas que se fueron, las arenas no olvidan los sueños que crecieron en ellas y el planeta entero se vuelve campo de cultivo y cementerio, cuna y tumba de palabras y gestos, de los actos de amor y desamor, que es amor no recogido y olvidado en los estantes del alma.

Así deambulamos, preguntándonos como porque quien cuando, eso si no pierdes el tiempo mirándote la polla o los pies. Si eres capaz de mirar más allá, casi entenderás esos acantilados hechos de luz que son las estrellas. Pero debemos alzar la cabeza y alejarnos de nosotros mismos. Buscar las maravillas que nos depara un mundo que es capaz de criar hombres y mujeres que viven poesía, que beben y se emborrachan de palabras, de música, que buscan trascender eso que nos ancla y nos define miserablemente. ¿Que queda, sino, de la arcilla de la vida vivida...solo las huellas de las manos desaparecidas? ¿Que recordaré en los próximos años...que desearía recordar?Canciones y palabras, imágenes y luz que enamora a la sombra; pequeñas películas que se forman en mi cabeza al escuchar canciones como "Canyons", "The Homeless and the Dreamers", "City Girls", "Emily" "I Should Be Happy" o "The Only One I Need". Belleza, apasionadas palabras que recogen los sentimientos más intensos y los más tristes, los más elevados y los más dulces. Diez canciones que son diez pedazos pequeñitos de historias que ves pasar a tu lado cada día, o que, incluso has vivido tu mismo, tu misma.

El músico de Donnelly, Idaho, hace crecer esos momentos en que, sentir, se vuelve un privilegio y, junto a su hermano Andy, Dave Manion, John Gilbertson, Ben Waligoske, Daniel Blumenfeld y Will Prescott, sus Refugees, pergeña pedacitos robados a estrellas lejanas que arden despacio, intensa y apasionadamente y dejan ese regusto agridulce, crepuscular y mágico donde la vida se confunde y funde con los sueños.





domingo, 1 de noviembre de 2015

Shawn Mullins: Creyendo, Aún, Las Palabras De Los Poetas


"Solo un ratito más"; Son las últimas palabras que pronuncia Charlie Parker, el detective, protagonista de las novelas del irlandés John Conolly. Solo un ratito más. Unos segundos que duren años para degustar esa canción, para dejar caer el alma en el poema que te envenena, para cerrar los ojos a una noche, sabedor de que el amanecer está ahí, a un parpadeo de ti.
Solo un ratito más para que las canciones de Shawn Mullins te llenen de viento las alas de la emoción y te permitan surcar, un ratito más, una vida que se dirige, poquito a poco, al ocaso, al lugar donde la canción es un eco de tu vida y tu vida, una sombra que se difumina, como la luz del sol, al atardecer.

Decía Friedrich Wilhelm Nietzsche:"La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño" Y los años pasados son un ensayo tontorrón de una vida que, al final, no es ni por asomo, la que has vivido. Enfrentas, cada amanecer a ese "The Great Unknown", con que Mullins da inicio a un disco poderoso, inmenso, hermoso y cargado de una risa escondida y pícara, como de niño.
El de Atlanta ha parido, glorioso y discreto, intenso y entre susurros un discazo de esos que entran despacio, que necesitan de una degustación prolongada y embriagadora para que el paladar descubra todos los matices y las maravillas que esconden este Corazón Estúpido.

Han sido cinco años desde su anterior álbum: "Light You Up". Demasiado tiempo, se podría reprochar al músico. Pero el reproche dura lo que la escucha de las diez canciones del disco, comienzan y terminan. Porque Mullins no necesita demostrar ya nada, ni a los críticos, ni al público ni, creo yo, siquiera a si mismo. Lo que hace, lo hace por el puro placer, y la necesidad, de crear, de emocionar, de conmocionar ese terreno, demasiadas veces baldío, que es la música popular. Blues como "Ferguson" o la ironía cachonda y tan KatrinaVille de "Pre Apocalyptic Blues", cajas de ritmos y ese rapeado tan particular de Mullins como en "It All Comes Down To Love", bellezas incontestables y maravillosas como la canción que titula el disco, sonidos Americana de esos que te llevan a Arizona, o cerca, al menos como en "Roll On By" o "Gambler's Heart". Música, belleza, poesía, vida, con mayúsculas si quieres, pero de eso con que sueñas por las noches cuando ni siquiera tú sabes que estás soñando eso. Y todo hecho con un talento y una pasión, con  serenidad y fuerza, con madurez, si lo prefieres, con esa seriedad conque solo los niños acometen la vida.

Canta Shawn en la preciosa "Sunshine" que todos necesitan ese pedacito de sol para seguir adelanta, para seguir cantando la vida, para que te ilumine, imagino, el camino. Las canciones del disco, abordan sus fracasos en las relaciones personales. De hecho, muchas fueron escritas mientras se derrumbaba su tercer matrimonio, y oyes ese sentido del humor ácido y necesario mientras se reprende a sí mismo por ser tan romántico.  Y, si no te ríes, y mucho, de ti mismo, si no guiñas un ojo al destino cabrón con la socarronería de un Burt Lancaster o un Errol Flynn, vas jodido, porque la vida te toma en serio y te obliga a ti a tomarte en serio la vida y en ese cuarto estrecho y oscuro, no cabe la risa, ni la poesía, ni la luz del sol.