Escribir esta entrada es una necesidad, un placer y un modo de agradecer a las personas que dejaron sus mensajes en el post de Will Hoge, y me hicieron sentir esa maravillosa sensación que significa no estar sólo ni predicar en el desierto.
Considero necesario escribir un post que va a estar lleno de datos, Datos constatables. Nombres y lugares que no son meros “dicen que”.
Esto, amigos y amigas, es la verdad. Al menos la verdad que yo veo. Porque ellos, esos tipos que definí al inicio de la entrada de Will Hoge. Son los que están promoviendo, de manera cada vez menos soterrada, y de manera constante y machacona, eso que se ha ido llamando desde esas famosas sectas secretas de potentados y “dueños del mundo “el Novus order seculorum". Porque que un tipo tan siniestro y criminal como el que fuera ministro de asuntos exteriores en el gobierno de Richard Nixon, Henry Kissinger preconizase ese Nuevo orden mundial, hace temblar.
Esto va a reventar, lo sabéis. Las élites están organizando esta debacle para hacer tabula rasa con la civilización y quitarse de un plumazo las viejas inercias que hasta ahora les han obligado a guardar las formas. A arroparse bajo el pútrido manto de una democracia de papel maché que los forzaba a respetar, a su particular manera, al individuo al que deseaban exprimir.
Porque este “problema económico” es irresolvible. El PIB mundial es de 70 billones de dólares. La economía mundial está apoyada en una estafa piramidal de proporciones bíblicas que acabará por reventar. Si sumas los 3.9 billones de dólares en efectivo que respalda el dinero, a efecto reales, los 845.000 billones de dólares en oro que circula por el mundo, observas que las cosas que se deberían de sostener y no se sostienen. 39 billones de dólares en dinero bancario, en su mayoría deudas. Productos derivados de la especulación, 62 billones, pasta que se vende y se revende para conseguir beneficios rápidos, 290 billones y los rescates bancarios que, hasta el momento es de 1.9 billones. ¿La conclusión? La deuda económica es impagable. Y el camino es el abismo.
La crisis energética, la superpoblación, el deterioro medioambiental y el alimentario crean en el individuo un arma de destrucción masiva que casi les sale gratis al sistema: El miedo. Este miedo provoca inseguridad y esta inseguridad fuerza a reclamar más control por parte de la población a un sistema que está encantado de proporcionárselo. Me viene a la cabeza los disturbios de la zona de Watts en Los Ángeles en el 65 y el aumento de yonkis en la misma zona un año después con el consiguiente deterioro de la convivencia y el reclamo a las autoridades de una mayor presencia policial. Aquí, en el norte sufrimos el maldito plan Z.E.N. zona especial norte y sus derivados. El sistema no es muy imaginativo, aunque, ¿lo necesita?
El control se está desarrollando ya. Y no, no te voy a hablar de esa gran serie llamada Persons of interest, donde se nos muestra un sistema de control que analiza gestos, presencias, frases, calor corporal, ritmo cardiaco y circunstancias que son analizadas por algoritmos que pueden discernir un “pensamiento hostil”. Control en forma de chips subcutáneos que ya empiezan a ser reclamados por padres preocupados ante los secuestros y, desgraciadamente, asesinatos de niños. El miedo y su subsiguiente reclamo de control, evidente ¿no?. Cámaras de seguridad en cualquier lado, 40.000 sólo en Londres, Madrid 20.000, China, dicen que siete millones..¿Quién sabe cuántas habrá, en realidad en el mundo?
El deterioro intencionado de la educación en las nuevas generaciones. El desprecio a nuestros mayores, tras décadas de dejarse la vida para sostenerlos a ellos. Los enfrentamientos creados para la ocasión entre población autóctona y “esos que vienen de fuera para quitarnos el pan y el trabajo”. La manipulación con el consabido adagio romano Panem et circenses derivado en mundiales de futbol, olimpiadas, macroconciertos tipo Rock in Rio, veranitos de los cojones para que te idiotices y olvides el montón de mierda que te está lloviendo constantemente en forma de vacaciones que ni te puedes pagar ni disfrutas, ¿o si?
Votas, los elijes, les das la llave para que entren en tu vida, la violen y la asesinen o la esclavicen y ellos te ignoran una vez que han logrado su objetivo Y tú, tú te quejas en el bar, antes de ver el partido del siglo de esa semana. Te quejas en un trabajo que temes perder y por el que vas tragando mierda cada día de tu vida. No luchas porque los tuyos dependen de tu trabajo para llevar el pan, pero exiges y reclamas tu porción de migajas, si alguien que si que ha peleado, ha logrado algo, aunque sea miserias.
Vale. Tienes una vida que perder. Pero, a esto que tienes ahora, ¿de verdad lo llamas vida? No sería más apropiado llamarte siervo de la gleba. Y considerar tu vida, escasas posesiones y enseres pertenecientes al señor feudal que te paga la mierda de nómina que cobras cada mes.
No sé que puede deparar una sociedad que pierda todas estas mentiras y haga desaparecer tanta miseria moral. Pero creo que no va a ser peor que este mar de los sargazos emocional y moral.
Sal a la calle, pero no para sentarte y levantar las manitas. Clava los pies en la tierra, en ese asfalto que, según los del Mayo del 68 ocultaba la playa, disponte a pelear contra esa masa represora que, estúpida y obediente irá a por ti. Son fuertes y van mejor equipados, pero nosotros somos más y tenemos una razón para pelear.
Creo que es ahora o nunca. Si no nos movemos, después no nos dejaran movernos. Así que deja de mirar esta pantalla, apaga el ordenador y sal a la calle y lucha por lo que es tuyo.
Chocadelia Internacional - La revolución no va a ser televisada